EL SUELO QUE PISAMOS

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“Este castillejo es el más diminuto y el de posición más genuinamente roquera de todo Aragón, sobre un pitón de escalofriantes laderas con extraños estratos de cuarcitas y esquistos… De él desciende una coracha de tapial, que es una de las que presentan mayor pendiente en la arquitectura militar española”1


No sé si a ustedes les habrá ocurrido, en mi casa teníamos el libro de Cristóbal Guiart de “Castillos de Aragón”, de la magnífica y descatalogada obra de Colección Aragón. Desde entonces siempre me lo imaginé como eso, un pequeñísimo castillo, al que costaba bastante llegar por las verticales paredes de roca, imaginaba encontrar las flechas de los caballeros intentando hacer blanco a través de la minúscula ventana de su torre. Cuando uno es pequeño se lo imagina con sus grandes cocinas, majestuosos salones y sobretodo un ejercito siempre en guardia. Pero no cabe duda que el castillo de Embid es excesivamente pequeño y aunque uno tenía mucha imaginación había algo que no acababa de cuadrar.


En “La Defensa de Embid” documentaba algunas vagas descripciones sobre la constitución de este bastión entre los siglos XIII y XIV. Sabemos que existieron hasta dos ubicaciones diferentes, el Alto de la Fuente con una cerca amurallada a su alrededor que albergaba a 30 ballesteros y 20 lanceros y la otra en el Alto del Colmenar, donde los aldeanos construirían de nuevo sus casas y fortaleza además de contener una guarnición de 25 hombres y esto empieza a hacernos pensar que tal vez el Embid fortificado es algo más extenso que lo que hasta ahora podíamos pensar. Lamentablemente ya pocas evidencias encontramos en este pueblo sobre la fortificación, prácticamente desaparecida. El último retazo documental lo encontramos a través de Miguel Monterde y López de Ansó que nos dice que Embid de Ariza tuvo un castillo fuerte y muy importante por estar en frontera y el cual se mandó demoler en el año 1728. 2


Debe disculparme el lector porque el que suscribe no es arqueólogo por lo que algunas de las cuestiones que se abordan en el presente escrito, aquellas que no pueden documentarse, son sólo eso, sugerencias para que alguien versado pueda aprovechar y realizar más elaboradas y firmes teorías, por lo que me limitaré tan sólo a presentar algunos de los elementos que a lo largo de este tiempo se han podido descubrir. El siguiente dibujo muestra una interpretación a tenor de las muestras que se pormenorizan posteriormente.


Dibujototal

Interpretación del amurallamiento de Embid


Este pueblo tiene tres barrios bien diferenciados y a todos ellos los separa el curso del agua, dos a ambos lados del barranco y el otro al cruzar el río Henar. Gracias a la documentación obrante en el Archivo Provincial de Soria sobre la expropiación y construcción de la carretera de segundo orden de Deza a la Estación de Cetina, pudimos confirmar los accesos al barrio Somero, el primero por la actual calle Somera, llamada antiguamente Calle Real, por donde penetra la acequia molinar desde  el camino a Cihuela y el otro en la conjunción de dicha calle con el Barranco, donde se sitúa el Molino harinero. Existía también un acceso parcial casi en la desembocadura de este barranco, donde actualmente cruza la carretera, a modo de pasadizo para acceder a Ayuntamiento, Posada, Herrería y Fragua anteriores al año 1905. En la actualidad la orilla del río está limitada en su totalidad por diferentes viviendas que tienen en común un zócalo o base fuertemente armada de piedra. Gracias a las siguiente fotografía tomada entre los años 1905 y 1909 podemos ver la continuidad de una pared de tapial que recuerda enormemente a los restos de la muralla próxima al castillo.


Foto1909tapial

Barrio Somero, 1905-1909, AGUN, Fondo Franciso Íñiguez


A falta de herramientas mas eficaces y a simple vista de abajo a arriba se aprecia una cimentación de mampostería de piedra heterogénea desde el mismo nivel del río hasta el primer nivel o planta suelo de la vivienda. Después continúa otro muro de mampostería con un enlucido. El siguiente tramo lo forma una fachada de tapia de tierra con juntas de yeso o cal. Se pueden ver claramente la disposición de los mechinales que son los orificios que dejaron las agujas al componer el tapial.


Tapial (1)

Esquema constructivo del tapial. Isabel Sánchez Gualda


Cada tongada puede tener entorno a los 80 ó 90 centímetros y se cuentan cinco hasta el tejado. La parte superior del muro tiene un espesor de 70 a 80 cm. El lienzo que se observa en la fotografía unido al edificio saliente en el que se ha comprobado la continuación de dicha pared tiene al menos una longitud de  25 metros de forma continuada, lo que hace pensar que de tratarse de una muralla defensiva podría estar soportada por una torre a cada lado. La cimentación parece indicar el contenido de una estructura mayor en diferentes zonas, y especialmente en  la parte derecha de la imagen donde todavía se ven los restos del antiguo ayuntamiento derribado por el barranco de 1905. Una estructura cuadrangular sobresaliente al lienzo, con cimentación de mampostería y repitiendo el patrón del lienzo anterior, esta vez con un enlucido mayor o tapia calicostrada incrementando sus resistencia y durabilidad.


Se indica en la memoria de la expropiación de la carretera en 1909 que sólo quedaba en pie parte de un muro de mampostería de 60 centímetros de espesor y cuatro metros de longitud, dejando una planta de 20 metros cuadrados.


Planoayuntamiento

Plano del Solar del Ayuntamiento, 1909, AGA


Estas medidas no se alejan de las encontradas en otras referencias de construcción tapial en fortificaciones del territorio español. Un buen ejemplo lo tenemos en el castillo de Jorquera en el que encontramos vestigios de un periodo islámico y medieval con torres cuadradas de tapial de 4 metros de frontal y 90cm de espesor, y lienzos de muralla que van desde los 115cm en su base hasta los 40cm en las almenas. 3


Jorquera

Parte de la muralla de Jorquera. Isabel Sánchez Gualda.


Aunque la verdadera muestra de datos nos la da la propia muralla bajo el castillo de Embid, esta construcción tiene una cimentación escalonada de mampostería como la encontrada en el Castillo de Lojuela de época musulmán y sobre ella una tapia calicostrada formada por diferentes capas de cal apisonadas y sobre ellas un relleno de hormigón de cal, tierra y piedra con un espesor entre 60 y 70 cm.


Murocastillo

Detalle del perfil del tapial bajo el castillo


El nombre original de la calle que servía de cierre a extramuros en dirección a Cihuela nos indica la presencia de otro de estos elementos constructivos, la Calle detrás de la Torre, topónimo documentado ya en el siglo XVII, “Huerto sito en la Vega donde dicen detrás de la Torre, de cuatro cuartillas, confronta con huerta de los herederos de D. Juan de Sigüenza, con el río y calle pública”. Alguno de los edificios que se conservan en la actualidad se nos presentan con un espesor de muro que supera el metro de profundidad.


Detrasdelatorre

Detalle del zócalo de mampostería


Además junto a éste emplazamiento se sitúa otro nombre que hace referencia al castillo, en un aniversario de 1605 encontramos “Una casa que confronta con calle pública y casa de Joan García y subida del Castillo” que era el espacio que quedaba entre la última casa de la Calle Somera y la anterior que corresponden a los número 40 y 38 actuales. O el que más me gusta que aparece en un testamento de 1738, “Item a Diego y María Hernández mis dichos hijos de gracia especial La Casa en que yo vivo sita en este dicho lugar que confronta por la parte de arriba con casa de María Repetidor y puerta del Castillo”. Ambas claras referencias al castillo y su entrada.


Subidalcastillo

Detalle de parte de la subida al Castillo


Tampoco debemos olvidar otro lugar relacionado con éste y que hoy en día todavía se utiliza. “Una casa que confronta con casa de María, calle pública y paso a las Torrecillas” en 1737.El lugar de las Torrecillas se encuentra sobre las casas en el primera bifurcación de la Calle Somera entrando desde el Barranco, donde existe un paso público, estrecho, que permite subir por la montaña atravesando corrales, y un característico colmenar-palomar.


Pasotorrecillas

Paso de las Torrecillas


Torrecillas

Subida a las Torrecillas, vista del colmenar


Altotorrecillas

Alto de Torrecillas


Cruzando el Barranco nos encontramos con otro edificio desaparecido, la casa-cárcel, la cual, gracias a la descripción y naturaleza que se expresa en la memoria de la expropiación de la carretera, sabemos que la pared orientada al río, de tapial, tenía una longitud de otro metros y medio y casi siete metros de altura con un espesor de 75 centímetros sobre un zócalo de piedra.


Casacarcel

Plano de la Casa Cárcel, 1909, AGA


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Detalle del tapial. AGUN, Fondo Franciso Íñiguez


Poco sabemos del anterior puente destruido en la riada de 1798, sólo sabemos de su existencia, en cualquiera de los casos, de haber existido un cierre perimetral amurallado hubiera sido necesaria la presencia de una puerta al cierre del paso del río, quién sabe, tal vez como en Torrijo de la Cañada.


Lo que sí sabemos es que en repetidas ocasiones a lo largo de la historia el pretil de la iglesia tuvo que ser reparado, éste aparece como un gran muro de mampostería y cantería bajo los pies del templo en defensa del río a lo largo de toda su pared al oeste. Si bien es cierto dicha construcción aparece definida en el año de 1610 en el libro de fábrica de la Iglesia de la siguiente manera, “Y mas se cargan 1.024 sueldos a costa de manos y materiales de cal y canto y estribo para la defensa de la canteria de la iglesia por el daño del rio que le conbate y fortifficar la muralla...”


En la pared sur de la Iglesia existía la casa y corral de García Sierra y Anna de Cuadérniga que vendieron a la Iglesia en 1570 para que ésta hiciera una calleja de unos 2,60m de anchura que uniría el río con la calle Real pero que sería cerrada en el año 1736 y en 1770 se construiría la actual Sacristía.


Tapiaiglesia

Detalle del muro próximo a la Iglesia. AGUN, Fondo Franciso Íñiguez


A tenor de las fotografías, parece existir otro lienzo de muralla hasta la misma Iglesia, con un zócalo de mampostería y sobre esta una tapia rematada al final con distintas piedras de sillar. Poca más información tenemos sobre ella más que las referencias a su mantenimiento en el año 1803 con motivo de la llegada de los franceses, “componer las almenas de la pared de la Iglesia”. Este mismo año retirarían la plata y esconderían las cosas de la iglesia para evitar que cayera en las manos del enemigo. Ya había concluido la construcción de la nave nueva de la iglesia y estos últimos años próximos al XIX se habían dedicado a la reconstrucción del pretil y el azud de las tapias que debía estar situado en este mismo emplazamiento aguas abajo del puente.


Pretil

Detalle del pretil. AGUN, Fondo Franciso Íñiguez


Detrás de la Iglesia, la calle Real había sufrido un estrechamiento en la construcción de la Capilla Mayor en 1645 y en 1889 se ubicaría la casa rectoral o casa del curato. En la descripción de la casa podemos leer “y una bajada por escaleras a la bodega donde existe una tinaja grande de barro para el agua que se deposita para días de aluviones”. Este edificio que limita al Norte con la Calle Camarona, apoya su pared sobre la peña vertical de roca viva y un poco más arriba de la calle encontramos los restos de un fuerte muro y una estructura rectangular de mampostería sobre la roca que parece mostrar de nuevo un amurallamiento que continúa paralelo a la calle por la que podrían apoyar la línea de casas de la plaza hasta el mismo Barranco.


Torre

Restos de una supuesta torre


Murotrasiglesia

Restos de la supuesta muralla


Barrancogerona (1)

Inicio del Barranco, 1934, José María Íñiguez


La calle del Barranco también muestra trazas de mampostería muy interesantes, además éstas sirven para soportar las grandes avenidas de agua en momentos de tormenta. Cimientos y zócalos fuertes y con gran altura a lo largo de la totalidad de esta calle hasta en final de las casas, donde éstas estaban construidas por anchos muros de mampostería, en la parte más antigua no se encuentra restos de tapial y menos de adobe, dando la impresión de constituir en sí misma una propia fortaleza.


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Detalle de los muros de mampostería


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Imagen de las casas del barranco, 1934, José Maria Íñiguez


En el callejón del Barranco estaba ubicado el Hospital del pueblo, una casa con apenas una o dos camas proporcionadas por las limosnas y donaciones de los que querían expiar su alma. Cetina también tuvo atribuido a la fundación por la Orden Hospitalaria4. El de Embid aparece por primera vez documentado en 1650 cuando D. Bernabé Palafox paga un aniversario por la memoria de Alonso Aniñón con una casa confrontante con el Hospital. Este se mantuvo hasta principios del siglo XIX aunque en el año de 1764 ya debía encontrarse en muy malas condiciones. Don Antonio Lozano y Vallejo cura de la parroquia decía “En Embid no hay Monte Pío, como ni tampoco Hospital, si solo una casa cubierta que dejó un piadoso vecino de este lugar para que la justicia de él la cuide y reciba los pobres y hospeda en esta no tiene renta alguna ni aún una cama para una necesidad”. En 1817 ya se indica que había dejado de usarse en el pago de otro aniversario “Casa en la calleja del Barranco confronta con Casa que antes fue Hospital y ahora es de Ramón Gómez”


Casasbarranco

Dibujo de la fachada de las viviendas del Barranco

Ya poco más puedo aportar, al menos de momento, pues tenemos un pueblo que bajo sus pies aguardan los secretos del pasado, y ahora sólo puedo pensar en el transcurso de las distintas civilizaciones que han ido moldeando el barro y la piedra para proseguir con su forma de vida, las costumbres, las creencias, la convivencia, dando paso a nuevas culturas y dejando atrás otras que no se olvidan, al menos no tan fácilmente como podríamos suponer, ¿o no?


Ladrillomudejar

Ladrillo lobulado macizo para nervaduras. Mudéjar. Siglo XIV, Embid de Ariza




1. Castillos de Aragón. II, Desde el segundo cuarto del siglo XIII hasta el siglo XIX, Cristóbal Guiart Aparicio, Colección “Aragón”, 1976
2. Ensayo para la descripción geográfica, física y civil del corregimiento de Calatayud, 1788, Miguel Monterde y López de Ansó, Centro de Estudios Bilbilitanos, IFC, José María Sánchez Molledo, 1999
3. Estudio histórico y constructivo de las murallas almohades de Jorquera, Isabel Sánchez Gualda, 2020
4. El hospital de Cetina: algunos datos para su historia. Joaquín Ibáñez, 2020
Libros de Fábrica, AP. Embid de Ariza
Testamentos, AP. Embid de Ariza
Libro de Aniversarios, AP. Embid de Ariza (1650)
Planos del Archivo General de la Administración
Fotografías del Fondo Francisco Íñiguez del Archivo General de la Universidad de Navarra
Fotografías de Dolores Gerona Íñiguez

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