LA IMPORTANCIA DE LOS FESTEJOS

|

Esta mañana me he cruzado con un vecino y me ha dicho “¡qué contenta te veo hoy…!”. En ese momento no he sabido qué contestar. Pero después de reflexionar unos instantes sobre los motivos de esta alegría extra, he encontrado una respuesta muy sencilla: “Porque son las fiestas de mi pueblo”.


Y es que las celebraciones generan emociones positivas y aunque no nos vayan muy bien las cosas, cuando llega alguna fecha señalada, nos sentimos más alegres. Esto nos sucede porque necesitamos celebrar de vez en cuando algún acontecimiento, aunque solamente sea para romper con la rutina.


Porque lo más importante, es que nos permiten compartir actividades con otras personas diferentes a nosotros y “diluirnos” con ellas en una experiencia conjunta.


En ese sentido, la fiesta tiene grandes beneficios a nivel psicológico y mental, porque nos permite conectar con los demás, favoreciendo la unión, orgullo de pertenencia y una proyección conjunta hacia el futuro.


Además, de forma distendida e inconsciente, estamos reduciendo nuestros niveles de ansiedad y de estrés, activando la sociabilidad, la empatía, la valoración, la gratitud y la alegría.


Por eso, podemos considerar las celebraciones y los festejos como aliados de nuestro bienestar.

Pero las fiestas, como casi todo en la vida, también pueden ser un arma de doble filo y hacernos mucho daño, cuando se cometen excesos.


No olvidemos que el exceso, siempre supone una vía de escape de escape temporal…

Cuando cometemos excesos, además de castigar nuestro cuerpo (con excesos de comida, alcohol, falta de sueño, etc.), también estamos castigando nuestra autoestima, porque después solemos sentirnos mal con nosotros mismos…


Y cuando los excesos se repiten a menudo, deben saltar todas nuestras alertas y no normalizarlo. Algo va mal. Tan mal que necesitamos mirar para otro lado, para no pensar, evadirnos, consumir hasta dejar de pensar…


Y todo al servicio de no afrontar los problemas, por miedo al dolor emocional. Al fin y al cabo, son avisos de que tenemos problemas o conflictos sin resolver…


Una vía de escape temporal nuca es la solución, porque al día siguiente nada habrá cambiado y los problemas seguirán ahí, con el agravante de que tú te sentirás peor y con menos energía para resolverlos.


No caigas en esta la trampa y convierte las fiestas y las celebraciones en tus aliadas para mejorar tu estado emocional. ¡Felices festejos!




Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

Comentarios