LA IGLESIA ROMÁNICA DE SAN MIGUEL DE LLUMES SERÁ DECLARADA BIEN CATALOGADO DEL PATRIMONIO CULTURAL ARAGONÉS

La Iglesia Parroquial de San Miguel de Llumes, localidad situada en el término municipal de la vertiente zaragozana del Alto Jalón de Monterde, se convertirá en bien catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés en el plazo de un mes. Así lo anuncia el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) de este lunes, 19 de junio, tras iniciarse el procedimiento a instancia de la Asociación Flumes para el Desarrollo del Valle del Piedra.

El procedimiento para designar como Bien Catalogado al templo de Llumes, iniciado a petición de la Asociación Flumes, ha contado con la adhesión del Obispado de Tarazona y del Alcalde de Monterde (Zaragoza). En su solicitud, pedían la protección de la iglesia de San Miguel de Llumes, incluida desde abril de 2022 en la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra, como Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento, una figura de protección mayor que la de Bien Catalogado. No obstante, según afirma en el BOA la Directora General de Patrimonio Cultural, Marisancho Menjón Ruiz, "el informe técnico del Departamento de Educación, Cultura y Deporte ha considerado más oportuno el inicio de expediente para su declaración como Bien Catalogado".

La Ley define los Bienes Calalogados como aquellos que, pese a su significación e importancia, no cumplen las condiciones propias de los Bienes de Interés Cultural, algo que desde el Gobierno de Aragón han considerado que ocurre con la Iglesia de San Miguel de Llumes, un pequeño templo románico ubicada en el valle medio del río Piedra y a unos 6 km del Monasterio de Piedra, y cuya primera referencia parroquial data del año 1.131. 

La construcción de la iglesia tal y como se puede ver ahora, pero sin la torre y los anexos, data de la segunda mitad del siglo XII o principios del XIII. A mediados del siglo pasado se realizó una restauración en el templo de Llumes tratando de conservar las características originales, abriéndose de nuevo al culto gracias a ellas en 1954. Desde entonces, el mantenimiento y la vigilancia han sido inexistentes, lo que ha provocado el deterioro, que incluye humedad en el suelo de terrazo del interior del templo, que se transmite a las paredes hasta una altura de más de un metro. Además, tiene goteras debido al mal estado de la cubierta y carcoma en varios elementos, como el confesionario y la peana. 

La principal amenaza actual desde el punto de vista estructural son dos grietas verticales en el ábside que van de lado a lado del muro, partiéndolo en tres paños, así como una grieta longitudinal a lo largo de la bóveda. Con la petición de la Asociación Flumes se quiere evitar este deterioro estructural y prevenir su derrumbe para, posteriormente, recuperar su valor funcional, monumental y artístico. Además, entre las razones que esgrimen en la Asociación para su catalogación y protección, destacan que "hay un peligro inminente que puede poner en riesgo a las personas que frecuentan la iglesia".

Por todo ello, en su resolución, el Gobierno de Aragón destaca que el templo de Llumes posée "valores culturales" que hacen adecuada su protección como Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés "como ejemplo del románico zaragozano de finales del siglo XII o principios del siglo XIII". Un románico que desde la Asociación Flumes pretenden proteger y recuperar no solo con esta catalogación, sino con todo un proyecto en el que llevan ya tiempo trabajando y para el que recientemente han recibido la aprobación de una subvención de la DPZ de 3.198,33 euros.