El castillo de Cetina, o palacio, como se suele llamar en nuestro pueblo, es una construcción singular por muchos motivos. La primera, que se ha mantenido en uso desde la Edad Media hasta finales del siglo XX. Un tema que conozco muy bien... porque fui el último inquilino que se marchó de la fortaleza hacia 1998 o así. Mis padres alquilaron una parte del castillo en torno a 1958 y desde entonces hasta que nos fuimos nos sirvió de casa de vacaciones y para establecer un fuerte vínculo con Cetina y toda la comarca.
Ahora, por desgracia el castillo-palacio se encuentra en estado de abandono, desmoronándose poco a poco, parcheado con intervenciones de urgencia poco afortunadas. Este monumento merece mejor suerte, no sólo por esa rareza de ser un castillo habitado sin parar desde la Edad Media, sino porque alberga una extraordinaria capilla gótico-mudéjar; porque en esta capilla se casó el cascarrabias de Quevedo; o porque, como tantos otros parajes de nuestra comarca, aparece en el Poema de Mío Cid.
No sé las horas que me ha llevado hacer esta reproducción, quizá unas cien. En total cuenta unas 20.000 piezas. Y aunque no es la construcción más difícil que he hecho con Exin Castillos, sí ha sido, sin duda, en la que he puesto más cariño, por razones sentimentales. Por ejemplo, empleando técnicas de maquetería para ambientar los adarves y tejados, procedimientos que no suelo utilizar nunca. En fin, un trabajo que he procurado hacer lo más detallado posible para nuestra serie dedicada al Alto Jalón. La próxima entrega... Ni idea: un monumento de la vertiente castellana, pero todavía no he decidido cuál. Por cierto, se admiten sugerencias.
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