La semana pasada, Pipo, tina y yo paseamos entre la nieve y disfrutamos del bonito paisaje teñido de blanco. En nuestro recorrido prestamos mucha atención a todos los sonidos de la naturaleza y hubo algunos que nos llamaron bastante la atención, ¿te acuerdas? Ese sonido que parecía entre una risa y el relinchar de un caballo y aquel martilleo incesante. La verdad que era una pista bastante clara de quien nos estaba acompañando en nuestra ruta.
¡Efectivamente! Se trata de un 'pájaro carpintero', en concreto de un pico picapinos, y es que, no sé si sabes que hay una gran variedad de carpinteros. Su nombre científico es algo complicado, tiene mas pinta de trabalenguas que de nombre de pájaro, ¡a ver si eres capaz de repetirlo dos veces seguidas! Dendrocopos major, DEN DRO CO POS MA JOR, ¡¿cuesta eh?!
El Pico Picapinos, junto al Pito Real son los dos carpinteros más abundantes en el Alto Jalón. Como pudisteis comprobar son aves bastante esquivas, con un vuelo bastante rápido que no da tiempo casi ni a verle los colore, pero muy fáciles de detectar si la tenemos cerquita, puesto que ese sonido que hacen, es inconfundible.
!Mira que bonitos son! Te enseño a los dos para que si algún día tienes la suerte de verlos, que sepas diferenciarlos.
Esta semana no sabía muy bien hacia donde dirigirme...pero tenia claro que me apetecía cambiar de paisaje. Mis compañeros peludos ya estaban listos y les pregunté que a donde les apetecía ir este viaje, su respuesta fue un ladrido y un movimiento a toda pastilla de sus colas, así que no me quedó otra que decidir yo el destino de la ruta...
Pipo y Tina me miraban impacientes, estaban deseando salir a nuestro paseo semanal, así que les abrí la puerta del coche para que entrasen. Se miraron entre sí y no lo pensaron ni un segundo. Dieron un salto y se montaron rápidamente en el maletero de la furgoneta.
Antes de arrancar la furgo, revisé bien mi mochila. Ya sabéis que hay ciertas cosas que no pueden faltar en ella como la bolsa para recoger la basura que nos vamos encontrando a nuestro paso, los prismáticos, las guías y la regla...y en este caso, ya que nos íbamos a un sitio privilegiado para ver aves, a parte de los prismáticos no me podía faltar el telescopio, es un poco engorroso porque hay que llevar también el trípode, pero esta, es la mejor forma de observar bien a las aves sin molestarlas.
El día acompañaba, hacía un sol esplendido y el cielo estaba completamente despejado y de un color azul que casi parecía una postal, así que nos abrochamos bien los cinturones y nos encaminamos hacia el pantano de Monteagudo. No se si lo conoces. Es uno de mis lugares favoritos, además hacía mucho tiempo que no iba, y Pipo y Tina no lo conocían así que pensé que era una buena opción.
Con todo listo, pusimos rumbo hacia la Villa Rayana. Pipo y Tina se tumbaron y aprovecharon el viaje para echarse una siestecita.
Por fin llegamos al pantano de Monteagudo y dejamos la furgo en los aparcamientos de la entrada. La vista era espectacular, además teníamos todo el embalse para nosotros solitos, no había nadie a nuestro alrededor.
Tina y Pipo bajaron del coche rápidamente y enseguida se pusieron a olfatearlo todo. Antes de comenzar a andar les advertí que en este paseo no se podían salir del camino. Es importante que cuando vayamos a un sitio donde sabemos que hay fauna viviendo muy cerquita, si queremos llevar a nuestros amigos peludos, tienen que comportarse y no salirse del camino, o si no, llevarlos atados para que no molesten a los habitantes salvajes de ese lugar.
Ellos muy obedientes, sin salirse del camino, encabezaron la expedición. Iba a ser un paseo muy tranquilito y ligero puesto que el camino que bordea el pantano, es muy llano. Hacía un día tan esplendido que se podían escuchar los cantos de varias aves, y eso que estamos en enero.
En nuestra vuelta por el pantano vimos un montón de especies de aves diferentes. ¡Mira mira! ¿Has visto esos patos? Tienen la cabeza de color entre azul y verde y parece que les brilla. No nos hacía falta casi ni sacar los prismáticos, yendo despacito y en silencio se podían observar muy fácilmente. ¡Son azulones! Seguro que los conoces porque es uno de los patos más comunes y los podemos ver también en algunos ríos del alto jalón.
¡Ostrásssss! ¿Qué es eso tan grande que acaba de salir volando casi de mis pies? Tiene unas patas súper largas, como una cigüeña o una grulla, pero algo más pequeña y es de color gris con un pico muy largo y grueso. ¡Efectivamente! Es una Garza Real.
La verdad que dimos un paseo súper chulo alrededor del pantano viendo un montón de pajaretes, pero cuando ya estábamos llegando casi al coche, vi que Tina y Pipo hicieron el amago de salirse del camino, no hacia la orilla del embalse, si no hacia al otro lado. Se me quedaron mirando, como pidiendo permiso y les deje salirse puesto que en esa zona no había posibilidad de que molestasen a la fauna.
Evidentemente me fui detrás de ellos, porque me daba mucha curiosidad ver lo que habían encontrado. Iban los dos con el hocico bien pegado al suelo sin levantar la cabeza y con la cola hacia arriba a modo de antena parabólica, pero de repente se frenaron en seco, y vi que Pipo cogía algo con la boca.
¡Pipo, suelta eso!, le di una voz y la verdad que enseguida me hizo caso y lo soltó.
Según me iba acercando a ellos, iba encontrándome muchas plumas pequeñas, esto se llama desplumadero, y suele indicarnos que un ave a sido cazada por un depredador. Cada vez había mas y más y según me iba acercando las plumas que encontraba, iban siendo más grandes, hasta que me encontré con un ala casi entera, eso era lo que Pipo había cogido con la boca.
La cogí para ver si era capaz de identificar que ave era la que había servido de almuerzo a aquel depredador que había pasado por allí, y por los colores grisáceos y el tamaño de las plumas, que no eran muy grandes, intuí que podían ser los restos de una tórtola. Ahora bien, ¿quién la había cazado? ¿Quién había llenado su panza a costa de la pobre tórtola? ¿Habría sido un ave rapaz? La verdad que en los alrededores del pantano se ven Halcones Peregrinos y las palomas y las tórtolas son su menú favorito...
Pero claro... también podía haber sido algún mamífero carnívoro que pasase por allí y aprovechase la oportunidad...
Por suerte, teníamos parte de un ala, y eso nos iba a dar la pista clave para saber si aquel cazador había sido una rapaz o un mamífero... ¿Qué cual es la clave?, ¡muy fácil!. Tenemos que fijarnos en los cañones de las plumas grandes, el cañón es la parte cilíndrica y dura de la pluma; es la parte que va incrustada en la carne, por donde escribiríamos, si fuese una pluma de tinta, para que me entiendas y nos fijamos si estos cañones están enteros o partidos.
Si los cañones están enteros, es decir, arrancados del ala, es que ha sido una rapaz, pero por el contrario, si los cañones estás partidos es que ha sido un mamífero, y en este caso, ¡mira! están la gran mayoría partidos. Por lo tanto, claramente ha sido un mamífero el que se ha alimentado de la pequeña tórtola.
¿Pero qué mamífero? Por que hay varios mamíferos carnívoros por la zona. Como el suelo estaba con bastante barro, Pipo, Tina y yo comenzamos a andar alrededor del desplumadero haber si había algún rastro más que nos pudiese dar más pistas, y efectivamente, ahí estaban las huellas que nos iban a desvelar quien se había pegado el festín.
¡Pssss.... Pipo, Tina! ¡Quietos, no piséis las huellas! Les mandé parar para que no destrozasen el rastro y poder verlo bien.
Mira, fíjate ¿Las has visto?, son unas huellas muy parecidas a las de un perro, pero con una pequeña diferencia en las distancias de las almohadillas.
No sé tú, pero yo lo tengo casi claro, sobre todo con lo último que me encontré encima de una roca muy próxima. ¡Fíjate es un excremento! y está puesto ahí en la parte más alta de la roca, para que se vea bien, esto lo hacen para marcar su territorio.
Como no llevaba guantes no lo toqué con las manos, pero cogí un palo para intentar deshacerlo un poco y ver que llevaba dentro, para así saber de qué se había alimentado. Parecía que tenía algo de pelo, cómo si se hubiese comido algún ratoncillo, pero lo que más había, eran semillas, por el tamaño y el color de estas, parecían de sabina.
Con todas esas pista ya estaba clarísimo quien había sido el depredador que se había comido a la tórtola.
Se trata de un mamífero de mediano tamaño y que tal vez se pueda parecer un poco al perro, a demás no parece que sea estrictamente carnívoro, porque en su excremento había semillas, por lo tanto es homnívoro y tal vez no le tenga mucho miedo al hombre porque estaba bastante cerca de la carretera.
¿Ya sabes de quién te hablo?
JALON
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