SIGUIENDO EL RASTRO POR ALCUBILLA DE LAS PEÑAS

Una semana más los rastreadores y rastreadores en este caso del cole de Arcos de Jalón y Monteagudo de las Vicarías ambos pertenecientes al CRA El Jalón han estado siguiendo las pistas que encontramos en nuestra pasada ruta por Pozuel de Ariza.

Han hecho un gran trabajo de investigación junto a sus profesoras y como buenos profesionales del rastreo, una semana más han dado en el clavo descubriendo a la uidiza Abubilla de nombre científico Upupa epops, como bien nos indica uno de los alumnos del cole de Monteagudo. 

Esta especie como os contaba es una de las pocas valientes que se atreve con las orugas de procesionaria, y justo en la foto que os dejo esta semana la podemos ver alimentandose de una de estas oruguitas que recordemos, son urticantes.

Esta semana ha hecho un tiempo maravilloso, ya se nota que la primavera ha entrado no solo por el verdor de nuestros campos, si no también por la temperatura y por esa maravillosa banda sonora que nos empieza a acompañar en nuestros paseos con los cantares de los pajaritos.

Llevamos ya varios meses recorriendo y descubriendo muchos pueblos y parajes naturales del Alto Jalón y precisamente por este motivo, esta semana quiero invitar a nuestros rastreadores y rastreadoras habituales a que nos digan donde les gustaría ir a rastrear y seguir descubriendo nuestro territorio. ¡Soy todo oídos!

Esta semana nos íbamos a ir a un lugar que tanto para mí como para Pipo y Tina iba a ser nuevo y teníamos muchas ganas de descubrirlo. Antes de ponernos en carretera, como siempre comprobé que lo llevaba todo en la mochila: prismáticos, guías de rastreo y sobre todo nuestro particular cubo de basura para recoger todos los rastros contaminantes que va dejando el ser humano. 

Con la mochila ya preparada, me la eché a la espalda y Pipo y Tina ya nerviosos por irnos a nuestro nuevo destino comenzaron a saltar y ladrar de alegría. GUAU GUAU

Les abrí la puerta de la furgo para que se pusieran cómodos ya que teníamos un ratito de coche, así que nos pusimos los cinturones y nos dirigimos hacia Alcubilla de las Peñas. 

Alcubilla de las Peñas es un pueblecito que se encuentra muy próximo a Medinaceli por el que pasa el río Bordecorex y que cuenta con un puente romano chulísimo que es lo que íbamos a visitar en nuestro paseo semanal.

Al fin llegamos al pueblo. Dejamos el coche a la entrada y les abrí la puerta a Pipo y Tina, que después del viaje estaban deseando bajarse y estirar sus patitas. Una vez fuera del coche me puse la mochila y comenzamos nuestra ruta.

El paisaje era una pasada, estaba todo súper verde y si miraba hacia el monte, el color que predominaba era el amarillo. Está inundado de flores, ¿no se si sabéis cuales son? Son de las primeras flores en salir, como digo son de color amarillo y salen de un arbusto que tiene un montón de pinchos, con los que hay que tener mucho cuidado cuando vamos andando por el monte, porque si no sales con las pierna llenas de arañazos. Si alguno o alguna de las rastreadoras saben de que planta hablamos, que nos lo cuentes la próxima semana.

Me descuidé un momento, y Pipo y Tina ya estaban con las patillas en el agua. Con las lluvias que habían caído esta semana santa, el rio Bordecorex bajaba con buen caudal de agua y el puente romano que cruza el rio estaba precioso con tanta agua y todo verdecito a su alrededor. 

Según me iba acercando al puente comencé a escuchar un ruido que se mezclaba estupendamente con el sonido del agua y el cantar de los pajaritos.Sssshhhh un momento de silencio. ¿Lo escucháis?

Suenan un montón de anfibios!! Cómo mola, todavía no había llegado al puente, pero me estaba dando en la nariz que debía haber alguna charquita cerca en la que vivían un montón de anfibios. Y efectivamente, cuando llegué al puente observé que justo al lado había una especie de fuente de la que salía agua y formaba una pequeña charca. Se llama Fuente del Ojuelo. Pero no me acerqué. Porque si te acercas se meten todas las ranas dentro del agua y no las puedes ver. Así que me quedé en el puente, abrí la mochila y saqué los prismáticos. 

Miré hacia la charca y efectivamente estaba repleta de ranas y sapos cantando. ¡Qué pasada! Estaba empanadísima mirándolas cuando de repente... Pipo pasó corriendo por medio de la charca y espantó a todas las ranitas que se metieron de un salto en el agua.

Piiiiipo.... jo yo que estaba aquí lejos para no molestar y llegas tu, y catapúm! En fin, ya que Pipo había hecho de espantarranas, me acerqué a la charca para ver si veía algún rastro. Una charca con tantos anfibios puede ser el sitio ideal para que ciertos depredadores vayan no solo a beber agua, si no también a cazar anfibios.

Y justo!!! Que suerte! Según me acerqué vi bastantes huellas, fijaros bien, claramente son de ave, y por el tamaño.... de un ave que debe ser bastante grandecita. 

¡Hala, Miraaa!! Hay una egagrópila súper grande. Ya os conté la semana pasada lo que es una egagrópila. Es el vómito de algunas aves con los restos de sus presas y no solo las expulsan las rapaces... Me acerqué para mirarla y se veían algunos huesecillos, pero pocos. Lo que si se diferenciaba muy bien eran bastantes escamas.

La huella y la egagrópila nos estaban dando bastantes pistas. En primer lugar sabemos que es una ave de gran tamaño. Sabemos que dentro de su dieta es probable que haya ranas, por que las huellas están justo en la charca y en la egagrópila había algunos huesos, también había escamas así que en su dieta también puede haber peces. Con esta dieta podemos decir que es un ave que la podemos encontrar a veces ceca del agua. En ríos, embalses charcas....

Y mientras sacaba la guía y pensaba en todas las aves que podrían haber sido, escuché un sonido que fue la clave para adivinar quien había estado por la fuente del Ojuelo 

No se oía muy lejos...empecé a mirar con los prismáticos y a andar alrededor pero no conseguí ver nada.

Lo que si me encontré por el camino fueron varias plumas. Algunas completamente negras y otras completamente blancas. Es bastante probable que fuesen del ave que buscamos.

No se vosotros pero yo lo tengo más que claro. Si queréis hacemos un breve repaso a los rastros antes de dar vuestras respuestas. Por la huella sabemos que se trata de una ave bastante grande. Por el lugar donde las hemos encontrado, podríamos decir que a veces las podemos ver cerca de zonas de agua. Su egagrópila nos indica que en su dieta es posible que haya anfibios (ranas y sapos) y también algún pez. Hace un sonido muy curioso y muy característico. Y si las plumas que he encontrado son suyas podríamos decir que es un ave de color blanco y negro. Estoy segura de que vosotros y vosotras ya sabéis también de quien se trata...

Lo descubrimos la semana que viene aquí. En siguiendo el rastro!