Bienvenidos una semana más a Siguiendo el Rastro. Hoy ya tenemos con nosotros a los niñas y las niñas de los coles de Montegudo y de Arcos, que estaba yo este año un poco triste por no escucharles en nuestros primeros viajes, pero ya los tenemos aquí con nosotros.
Todos ellos y ellas han sido muy hábiles y les ha hecho falta poco para descubrir quién se escondía detrás de esos fuertes graznidos y de esa forma de V en la que volaban estas aves.
Efectivamente eran nuestras queridas grullas que llevan días pasando por nuestros pueblos montando un gran escándalo....Muy bien chicos y chicas veo que controláis bastante y que habéis investigado. Ya que os habéis unido a Siguiendo el Rastro, estas dos próximas semanas voy a ir de visita a vuestros pueblos. Hoy nos iremos al embalse de Monteagudo, a ver si tenemos suerte y tenemos algún bando de grulla por allí descansando y las podemos ver de cerca, y la próxima semana nos iremos a Arcos. A mi me encanta el paseo del Tejar... pero si conocéis otro paseo que os guste y queráis que vayamos a descubrir solo tenéis que decirlo.
Así que vámonos de aventura
Esta semana no me hacía falta pensar, como os he dicho, sabía muy bien hacia donde dirigirme.... Mis compañeros peludos ya estaban listos y según les dije que nos íbamos al embalse de Monteagudo spusieron muy contentos
Pipo y Tina me miraban impacientes, estaban deseando salir a nuestro paseo semanal, así que les abrí la puerta de la furgo para que entrasen. Se miraron entre sí y no lo pensaron ni un segundo. Dieron un salto y se montaron rápidamente en su maletero.
Antes de arrancar la furgo, revisé bien mi mochila, que ya la semana pasada me dejé los prismáticos. Ya sabéis que hay ciertas cosas que no pueden faltar en ella, como una bolsa para recoger la basura que nos vamos encontrando a nuestro paso, los prismáticos, las guías y la regla...y en este caso, ya que nos íbamos a un sitio privilegiado para ver aves, a parte de los prismáticos no me podía faltar el telescopio, es un poco engorroso porque hay que llevar también el trípode y pesa un poco, pero esta, es la mejor forma de observar bien a las aves sin molestarlas.
El día acompañaba bastante, hacía solecito con algunas nubes, pero es lo normal en otoño y la temperatura estaba bastante agradable, así que nos abrochamos bien los cinturones y nos encaminamos hacia el pantano de Monteagudo. Para los que no lo conozcáis, ya estáis tardando en ir, además esta es una época estupenda porque nos podemos encontrar con algunas aves migratorias que van de paso, como es el caso de las grullas, a ver si tenemos suerte!. Es uno de mis lugares favoritos del Alto Jalón, además hacía mucho tiempo que no iba, y Pipo y Tina estaban deseando volver.
Con todo listo, pusimos rumbo hacia la Villa Rayana. Pipo y Tina se tumbaron y aprovecharon el viaje para echarse una siestecita.
Por fin llegamos al pantano de Monteagudo y dejamos la furgo en los aparcamientos de la entrada. La vista era espectacular, además teníamos todo el embalse para nosotros solitos, no había nadie a nuestro alrededor.
Tina y Pipo bajaron del coche rápidamente y enseguida se pusieron a olfatearlo todo. Antes de comenzar a andar les advertí que en este paseo no se podían salir del camino. Es importante que cuando vayamos a un sitio donde sabemos que hay fauna viviendo muy cerquita, si queremos llevar a nuestros perretes, tienen que comportarse y no salirse del camino, o si no, llevarlos atados para que no molesten a los habitantes salvajes de ese lugar.
Ellos muy obedientes, sin salirse del camino, encabezaron la expedición. Iba a ser un paseo muy tranquilito y ligero puesto que el camino que bordea el pantano, es muy llano. Hacía un día muy bueno y se podían escuchar los cantos de varias aves, y de pronto...
Toma ya!! Sabéis lo que es ¿no?, habíamos tenido mucha suerte. Al principio solo las escuchaba pero no conseguí localizarlas. Abrí la mochila, saqué los prismáticos y comencé a recorrer toda la orilla con la mirada y ahí estaban!! un bando bastante grande de grullas estaban en la orilla de enfrente rebuscando comida y descansando de su largo viaje. Que chulas, veréis en las fotos que os voy a dejar que colores más chulos tienen.
Continuamos con nuestro paseo sin molestar y muy atentos, sobre todo a las orillas del pantano que es donde es más probable ver animales, sobre todo aves....La verdad que vimos un montón de especies de aves diferentes. ¡Mira mira! ¿Has visto esos patos? Tienen la cabeza de color entre azul y verde y parece que les brilla. No nos hacía falta casi ni sacar los prismáticos, yendo despacito y en silencio se podían observar muy fácilmente. ¡Son azulones! Seguro que los conoces porque es uno de los patos más comunes y los podemos ver también en algunos ríos del Alto Jalón.
¡Ostrásssss! ¿Qué es eso tan grande que acaba de salir volando casi de mis pies? Tiene unas patas súper largas, como una cigüeña o una grulla, pero es de color gris con un pico muy largo y grueso. ¡Efectivamente! Es una Garza Real. Esta es fija en el embalse, es raro el día que vas y no la ves, le debe pasar como a mi, que le gusta mucho Monteagudo.
La verdad que dimos un paseo súper chulo alrededor del pantano viendo un montón de pajaretes, pero cuando ya estábamos llegando casi al coche, vi que Tina y Pipo hicieron el amago de salirse del camino, no hacia la orilla del embalse, si no hacia al otro lado. Se me quedaron mirando, como pidiendo permiso y les deje salirse puesto que en esa zona no había posibilidad de que molestasen a la fauna.
Evidentemente me fui detrás de ellos, porque me daba mucha curiosidad ver lo que habían encontrado. Iban los dos con el hocico bien pegado al suelo sin levantar la cabeza y con la cola hacia arriba a modo de antena parabólica, pero de repente se frenaron en seco, y vi que Pipo cogía carrerilla y se volvía loco de un lado para otro. No sabía que le pasaba...
Según me acerqué, vi en el suelo muchos montoncitos de tierra, de primeras me parecieron hormigueros, pero cuando me acerque me di cuenta de que no lo eran, porque no tenían el agujerito de la entrada. Estaba el suelo lleno de estos montones. Cómo si alguien hubiese excavado para hacer un agujero y meterse dentro de la tierra.
De conejo tenía claro que no era, porque ellos dejan unas 'bocas' a sus cados, bastante grandes. Los cados son las madrigueras que hacen los conejos y la boca la entrada a ellas.
El caso es que Pipo iba de un montón a otro. Parece que se cansó y se quedó sentado moviendo la cabeza de un lado a otro, yo no veía nada más que los montones. Me puse a mirar por el suelo a ver si era capaz de ver alguna huella que me diera más pistas, y en una zona cercana, bastante embarrada vi unas cuantas. Eran unas huellas más bien pequeñas, un poquito más grandes que las de una rata podríamos decir, con unos dedos bastante largos y unas uñas muy marcadas.
Por lo tanto esos dedos era una señal clara de que era un mamífero, y por las uñas y los montones de tierra encontrados yo diría que es un súper excavador, lo más posible es que viva prácticamente todo el día bajo tierra en galerías subterráneas que hace con esas uñas y esos dedos largos que tiene.
Yo ya tenía claro lo que era, pero aun así, me retiré un poco, me senté en una roca y saqué los prismáticos a ver si conseguí ver asomar algo. Y así fue, Pipo era el que me daba la pista de donde mirar, por eso iba corriendo antes de una lado para otro. Aquel excavador asomaba su hociquillo fino y alargado de vez en cuando y Pipo iba detrás, pero este bichejo era bastante más rápido y parecía que estuviesen jugando al 'pilla pilla'. El caso es que conseguí verle un poco la cabecilla. Como os digo un morrete alargado y fino y parecía que no tuviese ojos y el color de su pelaje era oscuro.
Venga que vamos a hacer un repasito rápido de los rastros y os daré alguna pista extra. Se trata de un mamífero, más bien pequeño, podemos decir que algo más grande que una rata. Le encanta hacer túneles y galerías porque vive bajo tierra, y por eso donde ellos se encuentran podemos ver muchos montoncitos de tierra dispersos. Aunque parece que no tiene ojos, os diré que si los tiene, pero son muy chiquititos. Por eso siempre se ha dicho que son ciegos, pero no es así, aunque si es verdad que la vista la tienen poco desarrollada ya que tienen los ojos muy pequeñitos. Podéis investigar también porque son así de chiquititos sus ojos cuando descubráis la especie que es y como pista extra os diré que se alimenta principalmente de lombrices e insectos y que a los agricultores no les gusta nada que estén en sus campos. Esta es otra cosa que también podéis investigar si tenéis tiempo. El porque no son amigos de los agricultores.
Lo descubrimos to la semana que viene aquí, en siguiendo el rastro
JALON
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