Hoy, 12 de febrero de 2025, la historia de Arcos de Jalón ha cambiado para siempre. El muro que durante más de medio siglo ha separado la Plaza de la Estación del Barrio de la Estación ha sido derribado, marcando un antes y un después en la fisonomía del municipio. Con el estruendo de las máquinas y la expectación de los vecinos, el muro ha caído este medio día como caen las barreras que durante demasiado tiempo han dividido comunidades.
Casi parecía que las máquinas golpeasen a ritmo de 'The Wall' de Pink Floid, en un día en el que en Arcos de Jalón resuenan los ecos de su esplendor ferroviario del siglo pasado con la aprobación unánime de una PNL en las Cortes de Castilla y León para impulsar el proyecto del Ayuntamiento de construir un puerto seco en la localidad. Una caída del muro, tan real como simbólica, que ojalá en el futuro pueda ser recordada como el hecho que marcó y escenificó el inicio de una nueva época dorada del ferrocarril en el municipio.
La imagen es impactante: por primera vez en su larguísima tradición ferroviaria, Arcos de Jalón deja de dar la espalda a una parte de sí mismo. La plaza, hasta ahora contenida por una barrera de ladrillo y hormigón, se abre al horizonte, conectando el pueblo con un barrio que había quedado relegado a un segundo plano desde el desmantelamiento progresivo de las plantillas ferroviarias en los años 70.
El Barrio de la Estación, una vez hogar de generaciones de ferroviarios, había visto cómo con los años sus casas quedaban cada vez más vacías. Ahora, con la apertura de este nuevo acceso, sus últimos vecinos ven en este gesto algo más que una obra urbanística: una reconciliación con el resto del municipio. Han sido muchos, incluido el alcalde, Jesús A. Peregrina, los que han calificado este muro como "el muro de las lamentaciones", un símbolo de olvido y abandono que por fin ha desaparecido.
Desde hace tiempo, los habitantes del barrio venían reclamando más atención en mantenimiento e integración en la vida del pueblo. Con la caída del muro, el Ayuntamiento de Arcos de Jalón da un paso firme en esa dirección. Además, la transformación de la plaza permitirá conectar la zona mediante rampas y escaleras accesibles, haciendo que, por primera vez, el paso entre ambos espacios sea fluido y natural.
La transición entre el barrio de la estación y la plaza se realizará mediante unos bancales que formarán la nueva contención de tierras y la nueva zona ajardinada. Entre bancal y bancal se accederá mediante unas rampas que permitirán un recorrido más amigable. Una pretensión del Ayuntamiento y del arquitecto diseñador del proyecto, el arcobrigense David Gimeno, cuyo origen en el municipio baña al proyecto de una pátina de romanticismo todavía más intensa.
El derribo del muro forma parte de la renovación integral de la Plaza de la Estación, un proyecto que avanza a buen ritmo con el objetivo de estar terminado antes del final de la próxima primavera. No se trata solo de embellecer el espacio, sino de recuperar la esencia de un lugar clave en la historia de Arcos de Jalón, así como devolver el protagonismo a los peatones. Todo con el objetivo de que la plaza recupere la vida que la ha caracterizado durante toda su historia.
Para evitar fragmentaciones en las obras y reducir costes, los trabajos en la plaza avanzarán al mismo tiempo que la construcción de los accesos al barrio de la Estación, algo que ha sido posible gracias a las buenas relaciones con Adif, con quien recientemente estuvo reunido el alcalde obteniendo luz verde también para la posibilidad de construir el puerto seco.
Con el muro reducido a escombros, el siguiente paso podría estar en la recuperación del patrimonio inmobiliario ferroviario. Existen en el barrio varias viviendas propiedad de ADIF, que el Ayuntamiento podría plantearse recuperar para destinarlas a alquiler social o convertirlas en una propuesta turística que impulse el desarrollo económico de la zona.
Por ahora, el día de hoy quedará marcado en la memoria de Arcos de Jalón. Como ocurrió con otros muros a lo largo de la historia, la caída del suyo representa mucho más que un cambio en el paisaje urbano: es un símbolo de unión, de esperanza y de recuperación de una parte olvidada del municipio.
Hoy, Arcos de Jalón ha derribado su muro. Y con él, ha abierto un nuevo camino hacia el futuro. Nosotros nos guardaremos para marco un pedazo de la historia de Arcos de Jalón. Quién sabe si algún día un grupo de Arcos, como Tierra Vaciada, le dedicará a la caída del muro también una canción.
JALON
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