En el corazón de Medinaceli, entre el murmullo del viento y la luz tenue que acaricia la piedra antigua, se ha revelado un tesoro olvidado: el reloj de fases lunares de la Colegiata de Santa María de la Asunción. Esta joya de la relojería, con su esfera tridimensional de 40 cm de diámetro, vuelve a marcar el paso del tiempo al compás de las fases de la luna, ofreciendo a la villa un toque de poesía y misterio.
Durante las labores de limpieza del verano de 2023, la comunidad redescubrió la esfera, que, aunque descolorida, oxidada y cubierta por el implacable paso del tiempo, conservaba intacta su posición original. Fue en ese instante cuando la iniciativa vecinal tomó fuerza para devolverle la vida a este singular mecanismo.
Gustavo Cosín, vecino de Medinaceli e ingeniero industrial especializado en mecánica, ha comentado en los micrófonos de Alto Jalón Radio que "lo sorprendente es que, a pesar de tenerlo delante de nuestros ojos, la mayoría no sabíamos que estaba ahí", y ha destacado que se trata de "un pedazo de historia viva que ahora vuelve a latir".
Según Cosín, el reloj lunar forma parte de la antigua maquinaria de la torre, un conjunto de ejes, engranajes, pesas y poleas que, aprovechando la fuerza de la gravedad, permitían contar el tiempo y accionar los toques de cuartos y campanas.
La esfera lunar se distingue de los relojes de disco plano, habituales en pulseras, por su realismo: está pintada en dos tonos, una mitad en blanco hueso y la otra en oscuro, imitando de manera casi exacta el aspecto de la luna en cada fase. Aunque los planos de la actual torre, aprobados en 1698 y finalizados alrededor de 1715, contemplaban la esfera, Cosín ha advertido que "podría tratarse de un mecanismo incluso más antiguo, quizá procedente de la torre anterior que fue reemplazada a inicios del siglo XVIII", lo que añade un halo de misterio a su origen.
El redescubrimiento del reloj y su posterior rehabilitación, realizada mediante un programador y un motor eléctrico, son solo el inicio de un ambicioso proyecto. Se planea recuperar, en el futuro, la maquinaria completa —que pesa cerca de 900 kg— y restaurar los toques originales de campana, dejando atrás el uso de megafonía que, por ahora, simula el sonido de las horas. Cosín ha resumido con entusiasmo que "ver cómo algo tan único y olvidado cobra vida es, sin duda, un regalo para Medinaceli".
El redescubrimiento y la rehabilitación de este dispositivo no solo reavivan una pieza histórica, sino que también reafirman su singularidad. Según Gustavo Cosín, tras consultar con diversas organizaciones y asociaciones especializadas en relojes de torre y campanas, todos coincidieron en que lo que se encuentra en Medinaceli es extraordinario, muy especial y único. "En este momento en España no hay ningún reloj lunar con esfera tridimensional que se conozca; en la Catedral de Cuenca hubo uno, pero tras el derrumbe de su torre hace 120 años, la maquinaria fue destruida y solo quedan restos almacenados. Además, en Europa hay muy pocos ejemplos de este tipo de reloj", ha afirmado Cosín. Con este proyecto, Medinaceli no solo rescata un testimonio vivo de su historia, sino que también invita a vecinos y visitantes a redescubrir un patrimonio que sigue contando sus propias historias.
Escucha aquí la entrevista completa con toda la información detallada osbre su hallazgo y recuperación
JALON
NOTICIAS.ES
Comentarios