El educador social y presentador del programa Charremos de Salud Mental en Alto Jalón Radio, Diego Royo, ha denunciado este martes en Pasajeros al Tren la situación de precariedad y falta de seguridad en la que trabajan muchos profesionales del ámbito social. La intervención de Royo se ha producido tras el trágico asesinato de Belén, una educadora social de un piso tutelado en Badajoz, un suceso que ha conmocionado al sector y que ha vuelto a poner de manifiesto las carencias estructurales en el sistema de atención social.
“Esto debería ser un punto de inflexión y obligar a las administraciones a replantearse las condiciones laborales y de seguridad en las que trabajamos”, señaló Royo. El educador social ha hecho hincapié en la falta de dotación de medios y personal en muchos centros de atención, así como en la ausencia de protocolos de seguridad para afrontar situaciones de riesgo.
Royo explicó que el caso de Badajoz pone de manifiesto fallos estructurales que llevan años sin resolverse. “Si había tantas denuncias previas y señales de alarma, ¿cómo es posible que no se tomaran medidas antes?”, se preguntó.
El educador social recordó otros sucesos graves ocurridos en centros de menores, como las agresiones a trabajadores de centros de reforma o el caso de Ateca, donde varios profesionales fueron agredidos. “No hay suficientes medidas de seguridad. En muchos centros no existen botones de pánico ni protocolos claros para gestionar situaciones de crisis”, afirmó.
Además, Royo señaló que una de las causas de esta situación es la mezcla de perfiles en los centros de acogida y reforma. “No es lo mismo trabajar con menores que han cometido delitos que con niños que están en situación de desamparo. Si las administraciones no establecen diferencias claras entre estos perfiles, las consecuencias son inevitables”, advirtió.
El educador social también denunció las precarias condiciones laborales que sufren los profesionales del sector. “Llevamos años reclamando un convenio digno para el sector de reforma en Aragón y seguimos sin respuesta. Trabajamos con los colectivos más vulnerables y, sin embargo, nuestras condiciones salariales y de seguridad son pésimas”, afirmó.
Royo criticó la falta de interés por parte de las administraciones para resolver estas carencias. “Parece que solo reaccionamos cuando ocurre una tragedia. Pero las soluciones deben ser estructurales y preventivas, no solo parches de emergencia”, insistió.
El problema también afecta a la formación de los profesionales. Royo denunció el intrusismo en el sector y la falta de personal cualificado en algunos centros:
El educador social también lanzó una crítica a la sociedad en general por su pasividad ante estos problemas. “Nos llevamos las manos a la cabeza cuando ocurre algo así, pero después nos olvidamos. Pasó con el caso de Ateca y pasará con este también”, lamentó Royo.
Royo también denunció que algunos sectores políticos están más interesados en criminalizar a los menores que en ofrecer soluciones estructurales. “No podemos tratar a los menores como mercancía. Son personas que requieren apoyo, tratamiento y acompañamiento. El buenismo mata, pero también lo hace la falta de intervención y de medidas preventivas”, afirmó.
Royo insistió en que uno de los principales problemas del sistema es que los profesionales que trabajan en él no están siendo cuidados. “Si nosotros no tenemos condiciones de trabajo dignas ni nos sentimos seguros, ¿cómo vamos a poder cuidar de otros?”, se preguntó.
El educador social también criticó el enfoque político y mediático que se da a estos casos. “Es fácil buscar un chivo expiatorio en el menor agresor o en la víctima. Lo difícil es exigir responsabilidades a las administraciones y a las empresas que gestionan estos centros con dinero público”, afirmó.
Royo denunció que las administraciones están más preocupadas por la rentabilidad económica que por la calidad del servicio. “Se prioriza el ahorro y la externalización sobre la seguridad y el bienestar. Si la prioridad son los beneficios económicos, las condiciones laborales y de seguridad seguirán empeorando”, advirtió.
El educador social también se mostró pesimista respecto a las posibles soluciones. “Sabemos que tras este caso habrá comunicados de condolencias y algún gesto simbólico, pero después todo seguirá igual. Hasta que haya una voluntad real de cambio, los profesionales seguiremos trabajando con miedo y en condiciones precarias”, concluyó.
Royo cerró su intervención pidiendo un cambio en el enfoque institucional y social hacia el sector de la atención social. “Esto no es solo un problema laboral, es un problema de modelo y de valores. O entendemos que las personas vulnerables merecen una atención digna y profesional o seguiremos lamentando casos como este”, sentenció.
Desde el programa Charremos de Salud Mental, Royo seguirá denunciando estas situaciones y dando voz a los profesionales del sector. “Hay que hablar de esto. La sociedad tiene que abrir los ojos y las administraciones tienen que actuar”, concluyó.
JALON
NOTICIAS.ES
Comentarios