PÉREZ-SOBA: "NO SE TRATA DE CONVERTIR LOS RÍOS EN CANALES NI DE DEJARLOS A SU SUERTE, DEBEMOS BUSCAR EL EQUILIBRIO"

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En los últimos años, y especialmente tras los recientes acontecimientos provocados por la DANA de Valencia y la que ha afectado a la zona del Alto Jalón, con los graves destrozos sufridos en los valles del Mesa, Piedra y Ortiz, ha cobrado fuerza el debate sobre la gestión de los ríos y la prevención de inundaciones. 


Dos corrientes opuestas han ganado terreno en este debate. Por un lado, en muchas zonas del mundo rural, se ha instalado la idea de que la solución pasa por canalizar los ríos y limpiarlos de toda vegetación para que el agua circule rápidamente y se eviten desbordamientos. Por otro, en algunos sectores del ecologismo urbano, ha calado la postura de que la naturaleza debe dejarse evolucionar libremente, sin intervención humana, confiando en que el equilibrio natural se restablecerá por sí solo.


Sin embargo, Ignacio Pérez-Soba, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes en Aragón, ha desmentido ambas visiones simplistas y ha defendido la necesidad de una gestión equilibrada y racional de los ríos. En una entrevista concedida ayer a Alto Jalón Radio, Pérez-Soba ha subrayado que el hombre lleva miles de años modificando el entorno natural y que abandonar ahora esa intervención generaría un desequilibrio que pondría en peligro tanto los ecosistemas como las comunidades humanas.


"Los paisajes españoles, como los de toda Europa Occidental, son paisajes antropizados, es decir, moldeados por la acción humana durante miles de años. No podemos pretender que la naturaleza recupere un equilibrio que nunca ha sido completamente natural, porque la presencia humana siempre ha sido un factor clave en esa evolución", ha explicado el ingeniero de montes.


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Dos tipos de inundaciones con soluciones diferentes

Pérez-Soba ha explicado que en España existen dos tipos de inundaciones con causas y soluciones muy distintas: las torrenciales y las fluviales.


"Las inundaciones torrenciales, como las que se padecen en el Levante, ocurren en cauces temporales que están secos durante años y que, ante una precipitación extrema, acumulan gran cantidad de agua y sedimentos. La solución en estos casos pasa por repoblar las cuencas y construir diques forestales que retengan el agua y eviten la erosión", ha detallado el decano.


POZO HONDO CALMARZA


Por otro lado, las inundaciones fluviales, como las que se han vivido recientemente en Castilla y León y en el Alto Jalón zaragozano, tienen un comportamiento distinto: "En las inundaciones fluviales, el problema no es solo la limpieza de los cauces. Pensar que basta con limpiar los ríos para evitar crecidas es una visión simplista y errónea", ha afirmado Pérez-Soba.


¿Es necesario limpiar los ríos?

Pérez-Soba ha matizado el concepto de “limpieza de ríos”, explicando que la eliminación de vegetación o elementos naturales del cauce no siempre es la solución más adecuada. "Cuando hablamos de limpiar los ríos, debemos distinguir entre retirar basura y alterar el ecosistema natural. Claro que hay que eliminar los residuos y los árboles caídos que puedan formar tapones, pero no podemos pretender que los ríos sean canales artificiales diseñados para que el agua circule rápidamente", ha explicado el experto.


El decano ha recordado que la vegetación en las riberas de los ríos cumple una función ecológica vital: "La vegetación de ribera es un refugio para la fauna y un filtro natural para las aguas. Eliminarla por completo supone un daño ecológico importante y puede empeorar las crecidas al aumentar la velocidad del agua", ha advertido.


CARRICERO TORDAL (2)


Sin embargo, ha señalado que hay ciertas especies invasoras que sí deben controlarse, como el carrizo: "El carrizo es una especie muy invasiva que desplaza a la vegetación autóctona y que, cuando es arrastrado por las crecidas, puede formar grandes tapones en los cauces. Es fundamental retirar estas especies de manera selectiva para evitar bloqueos que agraven las inundaciones", ha explicado Pérez-Soba.


El ingeniero ha insistido en que no se trata de eliminar toda la vegetación, sino de diferenciar entre especies beneficiosas para el ecosistema y aquellas que suponen un problema para la dinámica natural del río.


Zonas urbanas vs. tramos naturales

Pérez-Soba ha diferenciado claramente entre las zonas urbanas y los tramos naturales de los ríos a la hora de intervenir en su gestión: "En las zonas urbanas es imprescindible que el agua circule rápido para evitar daños a las infraestructuras y a las personas. Ahí sí es necesario mantener despejadas las canalizaciones. 


Alhama de aragón río


Pero en los tramos naturales, lo que interesa es que el agua discurra más lentamente para que deposite sedimentos y no cause daños aguas abajo", ha explicado.


El caso del río Mesa: una combinación de factores

Sobre las recientes inundaciones en el río Mesa, Pérez-Soba ha indicado que se ha producido una combinación de fenómenos torrenciales y fluviales: "Primero ha habido una DANA (depresión aislada en niveles altos) que ha arrastrado materiales sólidos hacia el cauce, creando tapones naturales. Después han llegado lluvias prolongadas que al encontrar esos tapones han causado desbordamientos y daños en campos de cultivo", ha explicado.


Mesa ibdes


La solución, según el decano, pasa por una gestión integral de la cuenca: "Es imprescindible restaurar los barrancos laterales mediante diques forestales para retener sedimentos y evitar que estos acaben en el cauce principal. España ha sido pionera en este tipo de trabajos desde 1901, pero en las últimas décadas se ha abandonado esta práctica", ha lamentado Pérez-Soba.


La despoblación y el abandono de la gestión forestal

Pérez-Soba también ha vinculado el abandono de los trabajos de ingeniería forestal con la despoblación rural: "Hace décadas, las comunidades rurales cuidaban los montes mediante actividades sostenibles, como la ganadería o la extracción de madera. Hoy, la sociedad ha perdido ese vínculo con el monte y lo ve solo como un recurso de ocio, lo que ha provocado una falta de cuidado y gestión", ha señalado.


El ingeniero también ha advertido sobre la pérdida de conocimiento en la sociedad respecto a la gestión forestal: "Muchas personas desconocen incluso que existe la ingeniería de montes como profesión. La falta de gestión y cuidado de los montes está directamente relacionada con la despoblación y la desconexión de la sociedad con el medio natural", ha indicado.


Ni ríos canalizados ni naturaleza sin control

Pérez-Soba ha insistido en que la clave está en una gestión equilibrada que combine la conservación ambiental con la seguridad y las necesidades sociales: "No se trata de convertir los ríos en canales artificiales ni de dejarlos a su suerte. La ingeniería forestal debe buscar el equilibrio, restaurando las cuencas y gestionando la vegetación de manera inteligente para que los ríos sigan siendo ecosistemas funcionales y seguros para las comunidades", ha concluido el decano.


Esta combinación de intervención ambiental y gestión hidrológica, según Pérez-Soba, permitirá que las riberas y los cauces cumplan su función ecológica y de regulación del ciclo hidrológico, reduciendo el riesgo de inundaciones en el futuro.

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