Casi 6.300 diabéticos utilizan en la actualidad, en Aragón, el dispositivo de Monitorización Intersticial Continua de Glucemia. Esto es posible gracias a la presencia de este sistema de control de glucosa en la cartera de servicios del Sistema Aragonés de Salud (SALUD) para todos los pacientes con diabetes tipo 1 y en algunos casos de diabetes tipo 2.
Desde 2018, estos dispositivos están financiados por el SALUD. En primer lugar, se implementaron en personas de 0 a 18 años con diabetes tipo 1 y mujeres embarazadas con esta patología. Progresivamente, se han ido ampliando los sectores de población incluidos, hasta alcanzar a todos los pacientes con diabetes tipo 1 y a las personas con diabetes tipo 2 en tratamiento con múltiples dosis de insulina, en mujeres embarazadas y otros tipos de diabetes secundarias asociadas a enfermedades pancreáticas o monogénicas. Así, se ha alcanzado la cifra de 6.216 pacientes que cuentan con la ayuda de este dispositivo.
Aplicar esta tecnología requiere, en primer lugar, de un equipo asistencial de médicos, enfermeras, educadoras en diabetes y la adecuada coordinación entre Atención Primaria y hospitalaria.
En segundo lugar, es necesario un aprendizaje por parte del paciente para hacer un uso correcto de este dispositivo. La educadora en diabetes en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y en el Centro de Especialidades Inocencio Giménez, Eugenia Almería, ha detallado el proceso: “Enseñamos el uso del sensor a través de un programa educativo estructurado terapéutico. Este programa consta de tres sesiones de unos 45 minutos de duración, con una sesión por mes, adaptándolo a las necesidades de cada persona”.
“El objetivo del programa es capacitar a la persona con diabetes y a sus familiares en el manejo de este sensor de una forma progresiva. Cada persona requiere unos tiempos diferentes y un acercamiento a la tecnología según sus capacidades. Tiene que ir integrando su uso en la vida diaria. Le enseñamos a interpretar los informes para que sea capaz de tomar decisiones acertadas sobre su tratamiento con múltiples dosis de insulina”, ha subrayado Eugenia Almería.
DISPOSITIVOS DE MONITORIZACIÓN CONTINUA DE GLUCEMIA
Los sistemas de monitorización continua de glucemia se colocan en el brazo del paciente y permiten conocer el nivel de glucosa cada 1-5 minutos, dependiendo del tipo de dispositivo. La persona recibe la información en un receptor externo, en un teléfono móvil o en un reloj inteligente a través de una aplicación. Para un correcto funcionamiento del dispositivo, el sensor que lo compone tiene que ser cambiado cada 15 días en el caso del más usado, el Freestyle Libre 2.
Estos dispositivos disponen de alarmas que son configuradas por el equipo médico para avisar de situaciones límite. Proporciona datos sobre la velocidad del cambio de glucosa para adelantarse a posibles hiper o hipoglucemias.
La información en tiempo real se puede compartir con familiares en la aplicación móvil y con el equipo sanitario en diferentes plataformas web. En el segundo caso, facilita la labor de los profesionales al poder hacer modificaciones del tratamiento de forma más precisa, mejorando el control de forma significativa, evitando así la aparición de complicaciones agudas y crónicas de la diabetes.
El uso de estos dispositivos se puede combinar con los sistemas de administración subcutánea continua de insulina, de tal manera que con la información que trasmite el sensor a la bomba, se administra una cantidad de insulina continua para que la persona con diabetes mantenga una situación lo más cercana a los niveles normales de glucosa.
"Todo ello supone un cambio de paradigma en el control y tratamiento de la diabetes, ya que además de reducir las complicaciones, disminuye la carga de la enfermedad en el paciente y por lo tanto mejora su calidad de vida", ha expuesto la endocrinóloga del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, Orosia Bandrés.
JALON
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