DENUNCIAN LA INTENCIÓN DE INSTALAR CINCO MACROGRANJAS AVÍCOLAS EN PLENA RED NATURA 2000 Y ZONA ZEPA DE LA CABECERA DEL VALLE DEL MESA

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La recién constituida Plataforma en Defensa de los Valles del Mesa y del Piedra ha denunciado públicamente las intenciones de una empresa privada de instalar cinco macrogranjas avícolas de producción intensiva, con capacidad total para 600.000 gallinas, en plena cabecera del valle del río Mesa, dentro del término municipal de Maranchón (Guadalajara), en una zona incluida en la Red Natura 2000 y declarada ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves).


El proyecto afecta directamente a terrenos del término municipal de Maranchón, concretamente a las inmediaciones de Turmiel, una pequeña pedanía cuyas vecinas y vecinos se han organizado para rechazar esta amenaza. Pedro García, portavoz de la plataforma, advirtió este miércoles en Pasajeros al Tren de Alto Jalón Radio de la gravedad del proyecto: “Es un despropósito absoluto. No solo se pretende implantar ganadería industrial en una zona con la máxima figura de protección medioambiental de la UE, sino que además una de las granjas proyectadas se sitúa a escasos metros de un área crítica de nidificación de especies vulnerables como el alimoche, el buitre leonado o el águila real”.


El lugar elegido para esta implantación forma parte de un santuario natural con un valor ecológico incalculable, que no solo alberga especies amenazadas, sino que también ha sido recientemente certificado como Reserva Starlight por la calidad de sus cielos nocturnos. “Europa nos reconoce por nuestra riqueza natural y aquí la respuesta es permitir una granja industrial en medio de una ZEPA”, denunció el portavoz. Pedro García enumera los riesgos: contaminación por nitratos, aumento del tráfico pesado en carreteras estrechas y sinuosas, presión sobre los acuíferos —en una zona que en ocasiones ha necesitado abastecimiento en camiones cisterna—, y pérdida de un paisaje valioso, hoy todavía virgen. “Cada una de estas granjas consume el doble de agua que todo el pueblo de Turmiel. Multiplica eso por cinco y el impacto es tremendo”.


La plataforma denuncia además que la empresa promotora ha presentado cada una de las granjas como proyectos independientes, una estrategia que permitiría eludir los requisitos más estrictos de impacto ambiental. “Exigen que las granjas estén separadas entre sí para protegerse unas de otras, pero no les importa colocarlas junto a cortados de anidación, al lado del río o cerca de la captación de agua potable del pueblo. Las aves protegidas no les preocupan”, lamentó García. “No es aceptable que se evalúe cada granja como si no tuviera relación con las otras. Es una maniobra de manual para rebajar controles”, ha denunciado.


Actualmente, el proyecto se encuentra en fase de alegaciones, tras haber sido presentados los estudios de impacto ambiental ante la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha. La plataforma trabaja ahora en la redacción de informes para demostrar el perjuicio que supondría la instalación de estas granjas para el entorno y la población y ha iniciado ya la presentación de alegaciones, reclamando que se valore el impacto conjunto de las cinco granjas y se deniegue su autorización por ser incompatible con los compromisos europeos de conservación. “Esto no es solo un asunto local. Se trata de proteger un ecosistema de valor internacional y de frenar una deriva que pone en peligro las propias bases del desarrollo rural sostenible”, afirmó García.



El rechazo vecinal es rotundo. En una reciente reunión, 76 vecinos y vecinas de Turmiel votaron en contra del proyecto, sin que se registrara ningún voto a favor. “Es un número significativo para un pueblo tan pequeño. Se ha querido jugar con nuestra baja densidad de población, suponiendo que no habría contestación social. Pero se han equivocado”, ha asegurado García. “Este no puede ser el modelo de futuro para los pueblos. Es un ataque frontal a nuestro territorio, a la legalidad ambiental y a la inteligencia colectiva. Exigimos a las administraciones que actúen y frenen esta barbaridad antes de que sea demasiado tarde”, sentencia.


Y es que más allá del impacto ambiental, la plataforma defiende un modelo de desarrollo alternativo basado en el turismo de naturaleza, la conservación del entorno y el aprovechamiento sostenible de los recursos locales. “No queremos despoblación, pero tampoco pan para hoy y hambre para mañana. Estas granjas cierran la puerta a un turismo que ya existe. Tenemos casas rurales, visitantes que valoran el silencio, los cielos limpios para la observación astronómica… ¿Cómo vamos a compatibilizar eso con olores, ruidos y contaminación?”. 


García recuerda que la zona ha sido declarada recientemente como Reserva Starlight por la calidad de sus cielos, uno de los mejores de Europa para la observación de estrellas. “Y en 2026 tendremos un eclipse solar que atraerá a miles de visitantes. ¿Qué imagen nos vamos a dar si lo único que ven son granjas, con lo que ello conlleva?”.


Mientras el proceso administrativo sigue su curso, la plataforma continúa su labor de difusión en redes sociales y en medios locales, y prepara nuevas acciones de movilización ciudadana. “Esperamos que la administración escuche. Si no, seguiremos luchando. Este paisaje es nuestro, y vamos a defenderlo”.


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