FOES CELEBRA SU GRAN NOCHE EMPRESARIAL CON UN EMOTIVO HOMENAJE AL TALENTO Y LA RESISTENCIA DEL EMPRESARIADO SORIANO

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La Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas (FOES) celebró en la noche del jueves 29 de mayo la XXXI edición de sus Premios Empresariales, en un acto repleto de emoción y reconocimiento celebrado en el Aula Magna Tirso de Molina. Una gala que, con cerca de 300 invitados, volvió a poner en el centro el compromiso, la innovación y el arraigo del tejido empresarial soriano, representado en los cinco galardonados de este año.


El máximo reconocimiento de la noche, el Premio FOES al Empresario Soriano 2024 y también el Premio CEOE Castilla y León, fue para José Miguel Gimeno Espada, fundador de Europea de Viviendas Duero, cuya trayectoria de más de cuatro décadas ha transformado el sector inmobiliario provincial con un modelo basado en la calidad, la cercanía y la apuesta por lo local.


En la categoría de Empresa Soriana del Año, FOES distinguió al restaurante Virrey Palafox, referente gastronómico que desde El Burgo de Osma ha llevado la tradición de la matanza a convertirse en un motor turístico, económico y cultural con proyección nacional e internacional. En su 50 aniversario, la empresa recibió el galardón como un ejemplo de innovación desde la raíz.

El premio a la Empresa Soriana en el Exterior fue para Conservas Celorrio, con origen familiar en Cigudosa y hoy con presencia en más de 40 países. Una historia de expansión basada en la excelencia, la adaptación constante y la fidelidad a sus raíces.


Sergio y Daniel Mateo Angulo, jóvenes emprendedores de La Milana, recogieron el Premio FOES Joven Empresario Soriano 2024 por sus iniciativas en el ámbito agropecuario y de bioseguridad a través de Gestión Agropecuaria Soriana y El Cerdito Azul. Su historia, como subrayó el presidente de FOES, Santiago Aparicio, demuestra que el medio rural no es obstáculo sino una ventaja cuando hay vocación y visión.


La Mención Especial recayó en la empresa J.J. Calabaza de Gómara, que cumple 100 años ligada a la maquinaria agrícola y a la modernización del campo soriano. Un siglo de continuidad familiar y adaptación tecnológica que simboliza la esencia de lo que significa ser empresario en Soria.


Durante su discurso, Santiago Aparicio ofreció una intervención atípica, cargada de simbolismo y crítica al actual marco normativo y económico, a través de una historia metafórica donde los empresarios eran los protagonistas invisibles de una novela sin final. Denunció que “mientras unos redactan normas, otros sostienen países y territorios”, y que “ser empresario no es explotar, sino exponerse”. Reivindicó justicia, condiciones estables y un entorno que no penalice la iniciativa, sino que la valore.


“En esta tierra pequeña, austera y resistente, excluida de los cruces de caminos, aún germinan ideas. Allí los empresarios no pedían milagros, pedían justicia”, sentenció Aparicio, en un discurso que recibió un largo aplauso y que sirvió como colofón a una noche que no solo celebró éxitos, sino también historias de superación y compromiso.


La gala estuvo presentada por el periodista Pablo del Campo y contó con la actuación de la violinista Judith Mateo, que puso la nota artística a una noche que sirvió para demostrar, una vez más, que Soria tiene en sus empresarios un pilar firme sobre el que construir futuro.

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