EDUARDO PANIAGUA Y SU ENSEMBLE HACEN VIAJAR AL PALACIO DUCAL A SUS ORÍGENES RENACENTISTAS: ÉXITO EN LA SEGUNDA JORNADA DEL V MEDINACELI MÚSICA ANTIGUA

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La segunda jornada del V Festival de Música Antigua de Medinaceli vivió anoche su momento más simbólico con el concierto De los códices medievales al Cancionero de Medinaceli, interpretado por el ensemble dirigido por Eduardo Paniagua. El recital, celebrado en el majestuoso patio del Palacio Ducal, no fue solo una lección de historia musical, sino también una experiencia sensorial que transportó al público al corazón sonoro de la Castilla renacentista.


Paniagua, figura clave en la recuperación del patrimonio musical medieval y renacentista en España, ofreció junto a su cuarteto vocal-instrumental un recorrido por repertorios que abarcaron desde los primeros manuscritos litúrgicos hasta las refinadas piezas profanas del siglo XVI. El epicentro del programa fue el propio Cancionero de Medinaceli, compilado por los Duques de la villa en los siglos XV y XVI, y considerado una de las joyas del Renacimiento hispano.





Instrumentos como la zanfona, el organetto o la viola de brazo, en manos expertas, lograron recrear con fidelidad las sonoridades cortesanas de una época que mezclaba lo sacro y lo profano, lo popular y lo noble. La interpretación del ensemble fue recibida con un profundo silencio por parte del público, roto solo por los aplausos al final de cada pieza.


Uno de los momentos más singulares de la noche llegó tras el concierto, cuando los asistentes, movidos por la curiosidad, se acercaron al escenario para observar de cerca los instrumentos utilizados. Eduardo Paniagua y sus músicos no solo permitieron ese acercamiento, sino que ofrecieron espontáneamente explicaciones sobre cada uno de ellos, su origen, su técnica y su papel en la música antigua, en una prolongación didáctica y cercana del propio espectáculo.


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Con este segundo concierto, y tras el emocionante recital del viernes con la lira de Luis Paniagua abriendo el festival, Medinaceli Música Antigua consolida su vocación de unir rigor histórico y emoción estética en un entorno privilegiado. Si el viernes Luis Paniagua emocionaba al público con la espiritualidad de su lira de 17 cuerdas, anoche su hermano Eduardo le daba continuidad elevando la memoria musical de Medinaceli a categoría de arte compartido.


El festival concluirá hoy domingo con un broche épico: el concierto El Cid en Medina del Cielo, previsto a las 12:00 horas. En él, la figura legendaria de Rodrigo Díaz de Vivar será evocada a través de melodías caballerescas que narrarán no solo sus gestas, sino también la complejidad cultural de la España medieval. Una tierra de fronteras y alianzas, de tensiones y admiraciones mutuas entre cristianos y musulmanes, de la que Medinaceli fue testigo privilegiado.



Con esta clausura, el Festival de Música Antigua de Medinaceli volverá a confirmar que su mayor fuerza reside en la capacidad de hacer presente lo que parecía ya parte del pasado. La historia, la música y el alma de un tiempo remoto se escuchan —y se sienten— de nuevo, bajo el cielo eterno de la villa ducal.

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