La villa termal de Jaraba vivió del 14 al 17 de agosto unas fiestas patronales que quedarán para el recuerdo. Han sido cuatro días intensos de tradición, música y convivencia, en los que vecinos y visitantes llenaron las calles y participaron en cada actividad del programa.
Uno de los momentos más emotivos se vivió el viernes 15, día grande, con la romería al Santuario y la misa baturra, que congregaron a una multitud de devotos y marcaron el pulso religioso de las celebraciones.
Por la noche, la cena comunitaria volvió a ser un éxito, con una asistencia masiva que convirtió la velada en un verdadero encuentro vecinal antes de la música de la Orquesta Montana.
El sábado, dedicado a San Roque, destacó por el concurso de disfraces de adultos, donde el ingenio y la originalidad de los participantes arrancaron risas y aplausos en una divertida pasarela. La jornada culminó con el gran ambiente de la Orquesta Gran Band.
El broche final llegó el domingo con actividades para todas las edades, desde el parque infantil acuático hasta el concurso de tortillas y tapas, la gymkhana y el encierro infantil, que desembocaron en una tarde festiva y en la esperada traca de fin de fiestas.
Con un ambiente excelente y una participación que no decayó en ningún momento, Jaraba volvió a demostrar la fuerza de su tradición festiva y el carácter acogedor de su gente.
Fotografías: José A. Berdie
JALON
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