MEDINACELI TEATRO CIERRA SU SEXTA EDICIÓN CON UN HOMENAJE 'INMERSIVO' A LA LEYENDA DE ALMANZOR TRAS TRES DÍAS DE ÉXITO ESCÉNICO

La sexta edición de Medinaceli Teatro bajó anoche el telón en el Palacio Ducal con un espectacular cierre a cargo de la compañía Arawake, que presentó El Titiriscopio, una pieza inmersiva que combinó marionetas, sombras y efectos visuales en un dispositivo escénico único. La obra estrenó, además, un montaje especialmente diseñado para esta edición, inspirado en la leyenda de la tumba de Almanzor, uno de los relatos más ligados a la memoria de la villa. 

El domingo había arrancado con la repetición de Quijotes y Sanchos, la experiencia itinerante de Los Números Imaginarios que ya el sábado sorprendió al público por las calles de Medinaceli. Esta propuesta inmersiva volvió a conectar a los participantes con el espíritu cervantino en un recorrido singular que convirtió el casco histórico en escenario vivo.

Con esta jornada se ponía fin a un fin de semana que arrancó el viernes con la arriesgada y celebrada propuesta Batallando: La vida es sueño, de la compañía Somos Nadie, que mezcló los versos de Calderón con el lenguaje del rap y la dinámica de las batallas de gallos. El sábado, la villa vivió una doble cita que mostró la diversidad del festival: teatro inmersivo en la tarde y, por la noche, el recital dramatizado de Pedro Casablanc y Jorge Rivera, Concierto de amor y muerte, en el que la voz del actor se unió a la música para dar nueva vida a los textos de Bécquer y Quevedo.

La dirección artística de Íñigo Santacana, en su primer año al frente del festival, ha confirmado la apuesta de Medinaceli Teatro por la innovación escénica y el diálogo entre clásicos universales y nuevas formas de representación. La implicación del público, la diversidad de lenguajes y la convivencia entre tradición y vanguardia han consolidado este certamen como un referente cultural de verano en Castilla y León.

Con el Palacio Ducal y las calles de la villa como escenarios, la sexta edición de Medinaceli Teatro ha vuelto a demostrar que la cultura es un motor de identidad y de futuro para el Alto Jalón, reuniendo a artistas, vecinos y visitantes en torno a un fin de semana inolvidable.