"NO TE MOJES"

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Acaba de ser San Blas y ya es 8 de febrero. El tiempo pasa tan rápido que se nos escapa entre los dedos. Y eso que dicen unos cuantos que el reloj se detiene en el pueblo. Será para quien viene a visitarnos, digo yo, pero para los que trabajamos aquí dentro, se convierten los días rápido en un lejano recuerdo que nos permite olvidarnos de lo malo y quedarnos con lo bueno. Eso nos pasa a todos, o eso espero. 

Quedémonos con lo bueno. Con que somos solidarios y nos ayudamos ante cualquier situación. Son pocos los que se salen de la 'ley del pueblo'. En el Alto Jalón lo hemos demostrado recientemente con Filomena, cuando hemos visto arrimar el hombro a todos para poder derrotar a la nieve. Con la escalada de contagios en Cetina y en Jaraba y los confinamientos domiciliaros, unos hacen la compra a otros, les apoyan y comprenden y todos estamos pendientes del estado de los contagiados. Aquí no hay culpables, como con la nieve: Hay afectados. Procuremos entre todos, con mascarillas y cuidado, no salvar más vacaciones y sí la vida del de al lado. Aprendamos de nuestros mayores, que siguen encerrados en sus residencias, aislados del mundo que les rodea en sus últimos años y esperando con paciencia que el resto queramos solucionarlo.

Mientras tanto pensemos en alto. No nos quedan muchas opciones. Ponemos de manifiesto la necesidad de nuestra comarca de recibir más atenciones. Necesitamos que se ponga en marcha todo aquello que nos cuentan los políticos sobre lucha contra la despoblación y la desigualdad territorial. Necesitamos que se cojan las riendas del Reto Territorial. Que nos ofrezcan las mismas oportunidades que a los demás. Pedimos lo que nos merecemos, ser tratados igual. Necesitamos comunicaciones, no sólo 5G y fibra óptica, que por supuesto tambíen, sino transportes. Suena viejo, lo llevamos en la comarca pidiendo durante generaciones. Carreteras deficientes y transporte público en extinción son una losa muy pesada para cualquier emprendedor que pueda lograr retener poblaciones. No pedimos aeropuertos, como el youtuber de Andorra, aunque las ventajas fiscales del Principado, para empresas que se instalasen en la zona, serían argumento perfecto para generar aquí trabajo. 

Siempre llego, si pienso en esto, a las mismas conclusiones. En este mundo la rentabilidad manda. Por eso no tenemos fibra óptica a no ser que haya subvenciones. Por eso el tren casi ya no para en nuestras estaciones. Por eso las carreteras están en malas condiciones. Porque no somos rentables mientras vivamos en el pueblo. Provocamos menos gasto viviendo en colmenas de pisos con ascensores, sin jardín ni patio, sin campo ni monte, sin vecino de al lado que te ayude a sacar el coche cuando se te queda atrapado entre la nieve y sin paisano con el que cruzarte y que te diga: "hasta luego majo, ten cuidado que va a llover, no te mojes". 

Somos más rentables comprando en centros comerciales entre aglomeraciones, porque así nos venden a todos en un mismo espacio sin tener que mover la mercancía por mil rincones y necesitar muchos más empleados. Resulta paradójico que sí sea más barato traer lo que nos venden desde China en contenedores. Claro, el coste ecológico no tiene precio, por eso no lo paga nadie en moneda, que es lo único que nos impone. Quizá con el cambio climático podamos argumentar también nuestras reivindicaciones. La Agenda 2030 y el Reto Territorial comparten las mismas ambiciones. ¿Hacemos algo más que firmarlo y ponernos en la foto?

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