MENUDO SERMÓN-CHAORNA ¿1787?

En marzo de 1924 se publicaba en el periódico 'El Motín' un escabroso sermón.  Andaba el párroco de Chaorna bastante enfadado por los comentarios de los vecinos del pueblo sobre la relación que mantenía con su criada. No se le ocurrió  mejor ocasión que aprovechar el sermón dominical para poner las cosas en su sitio. Para evaluar la contundencia del famoso sermón, nada mejor que resaltar unos cuantos extractos.

Después de hacer una introducción sobre Adán y Eva, el párroco arremete contra las feligresas presentes: “¡¡Oh picaronas desolladas!! (sinvergüenzas), que no ignoro cuanto me murmuraréis  con mi criada”. Y continua en plena ofensiva: “Pensáis que no se que me andáis royendo los zancajos (calcetines) diciendo que si volvió (la criada)…que si vino, que si tornó, que si por arriba, que si por abajo… Y aun cuando ella y yo hayamos sido malos, (dados a los vicios de la carne) no seremos los primeros en el lugar”. Si el primer asalto es tremendo, en el segundo el párroco no deja títere  con cabeza.

A continuación  pasa lista de las supuestas pecadoras: ”..Y si no Hilaria Alonso y la mujer de Juan Gil, digan como andan y digan los bribones si lo consienten o no. Hablen también la viuda de Huertecillos, la de Máximo Andrés (que Santa Gloria haya), hable una y otra (la fallecida pobre poco podía  hablar), y para no cansar hablen todos y todas lo que me tienen dicho en el confesionario… ¡¡¡Menudo sermón para aquel caluroso domingo, día de San Bernardo.!!!.

En otro extracto del sermón refiriéndose a San Bernardo "…se daba crueles azotes y terribles puñaladas", para a continuación, arremeter contra los alucinados feligreses de Chaorna: "Ojalá os las dieseis vosotros (las puñaladas y azotes), bribonazos y bribonazas que me estáis oyendo". La misa se había convertido en una guerra abierta en toda regla.

Termina el cura su sermón con otra amenaza: “Hombres y mujeres de Chaorna, enmienda… no diréis  que tenéis un cura tonto… otro domingo traeré otra idea”. No creo que a los chaorneses les quedasen muchas ganas de volver a sufrir semejante atropello una vez más. Un domingo se aguanta, dos no.

Hay quien pone en duda que esta historia sea real, pero veamos algunos datos. En el 'Libro de anotaciones familiares: 1815-1875', de Manuel María Ferrer, se habla de la “plática del cura de Chaorna”, y cita la fecha de 1787 y una inquietante firma ( J.S de R), que pudiera o no corresponder con la firma del párroco. En España, Carlos III era rey y el Duque de Medinaceli, además de señor de estas tierras, era mayordomo mayor de Carlos III. Eso explicaría que el Rey tuviese un conocimiento exacto de lo sucedido en Chaorna y tomara cartas en el asunto. Si  además, añadimos que en el libro “El Criterio Médico" se dice que en el archivo de la Casa Ducal se custodia el famoso sermón, la cosa se pone, como mínimo, interesante.             

En cuanto a los apellidos, Alonso es muy propio en la zona en esa época. Huertecilla parece un diminutivo de Huerta, apellido que llevan varias familias en la Chaorna de 1753. Los apellidos Andrés y Gil son menos frecuentes, pero todos los pueblos del Alto Jalón tenían apellidos poco frecuentes que generalmente correspondían con el cura, cirujano y maestro, que venían  de fuera.                                                                             

En el Nomenclátor del Obispado de Sigüenza de 1886, al referirse a Chaorna se dice: “Chaorna no tendría fama semejante a la que presta un documento celebrado en toda España, y que por demasiado conocido, todos lo distinguen con el nombre de Sermón". El mismo obispado da fe de que existe tal documento y reafirma la idea de que el suceso, parece  ser, fue real. Pero el Obispado no dice ni mu sobre la identidad del exaltado párroco .

Sea como fuere, el impacto mediático del sermón fue brutal, haciéndose eco de la noticia muchos de los diarios y revistas de la época. Hasta un diccionario francés y el famoso “Catalogue of the manuscripts in the Spanish Language ”, que se conserva en el Museo Británico de Londres.

Como veíamos al principio, la historia apareció en el diario 'El Motín'. Lo que no sabemos es si las gentes de Chaorna se amotinaron o no. Razones no les faltaban. Lo que si sabemos que semejante disparate dominical no quedó impune. Al sermoneador se le prohibió predicar más.                                                                                                              

La historia del sermón tuvo su auge en la segunda mitad del siglo XIX. Quizá fue el cura de Chaorna  el que inspiró  a Galdós, el  famoso autor de los “Episodios Nacionales”, para crear su “Crispulín de Chaorna”, trovador ficticio  de su obra "El Caballero Encantado".

Si el suceso hubiese pasado en tiempos más recientes, el párroco  se hubiese refrescado en la preciosa fuente que tiene este pueblo y no se habría  acalorado tanto.

¿Alguien  sigue pensando que nunca pasa nada en estas, nuestras queridas tierras del Alto Jalón?