La cuarta ola de contagios avanza en España, en Aragón cuentan ya cinco, y en el Alto Jalón de momento no pasa nada y nos resistimos a subirnos. Aguantemos jornada a jornada, o como diría 'el Cholo' partido a partido, con cada vez más población vacunada y esperemos que los cero contagios dejen de ser noticia por acostumbrarnos a estar libres de virus. Mientras tanto, AstraZeneca, Pfizer, Moderna o la que quieran, pero que nos pinchen con ritmo para que pronto podamos abrazar a todos nuestros familiares y amigos. Confiemos en que no nos pase nada y en que vacunados volveremos a vivir tranquilos.
Si sube el pan cuando alguien habla, podríamos hablar para reclamar nuestros servicios. En pueblos como Sagides no tienen de nada, pero es que nos falta de todo en todos los sitios de nuestra comarca. El transporte público es una amalgama de intereses económicos y políticos que nos dejan sin paradas en el tren que tanto nos ha unido. Permanezcamos juntos para visibilizar el olvido en el que nos guardan mientras, vecino a vecino, se marchan en busca de lugares donde salir de obstracismo. La autovía y el AVE nos dejan incomunicados y perdidos en mitad de las ciudades que se alimentan de nuestros hijos. El retorno a la vida rural es posible, pero necesitamos ventajas fiscales para las personas que equiparen los atractivos de las grandes capitales que nos arrancan de nuestro sitio.
Porque para que se instalen empresas necesitamos habitantes que trabajen en sus objetivos. Sin mano de obra cualificada es complicado atraer a un emprendedor que dé trabajo a la comarca del Alto Jalón. Por eso es importante que atraigamos población y también que la formemos. Eso pretende Arcos de Jalón solicitando para su Instituto un módulo de Formación Profesional. Al calor del impulso de la deslocalización de los centros de trabajo podemos apostar, si nos proporcionan facilidades, por atraer a nuestros pueblos a trabajadores de otros sitios. Solo pedimos que nos devuelvan lo que nos quitaron con los cantos de sirena de puestos de trabajo y viviendas como colmenas.
Para muchos en el pueblo se vive mejor y estarían dispuestos a volver a nuestros dominios, pero no nos dejan muchas opciones para fijar población. Trabajamos con tesón para convencer a los políticos de que hagan algo por nuestra región. Con voluntad, y solo eso, se pueden dar pasos gigantes para conseguir el objetivo. Solo tienen que legislar a favor de algo tan necesario como cambiar el sistema de producción, aglutinando personas en ciudades dormitorio y llenando vagones de metro o autobuses urbanos en los que se pierde el tiempo que tendríamos para disfrutar de estar vivos.
JALON
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