EL EMBALSE DE LA TRANQUERA EN UNA MAÑANA DE VERANO

La semana pasada nos poníamos las botas para contar una leyenda 'inventada' sobre el Castillo de Almadeque, una construcción fortificada que se mantiene en pie a duras penas y está, desde 2010, en la Lista Roja de Patrimonio. A través de una historia de lobos, conocemos la existencia de esta Casa Fuerte en la que, probablemente, se alojasen viajeros de todas partes que cruzaban el Alto Jalón como buena tierra de paso que somos.

Esta semana me asomo a la ventana y el sol ya se deja notar sobre nuestras pieles. El verano está llegando y las temperaturas aumentando nos animan a ir cambiando costumbres y quehaceres para adaptarlos al periodo estival que tanto nos gusta a todos. Por eso, durante el verano, dejaremos las botas en el armario y nos pondremos las chanclas, el bañador y la toalla será la principal herramienta de explorador del Alto Jalón en busca de sus tesoros. El Embalse de la Tranquera es la playa del Alto Jalón. De este modo, hoy #MePongoElBañador para ir ¿a dónde si no tratándose de baño en nuestra comarca?.

Recogiendo las aguas del río Mesa y el Piedra, que luego van a parar al Jalón, entre Núevalos, Ibdes y Carenas, este embalse es el lugar perfecto para navegar en kayac o pasar un día de campo donde poderte bañar con la familia, los amigos o con quien tú quieras. Aunque este no era el plan inicial, pues queríamos darnos un chapuzón en el Salto de la Requijada, que esta zona esté vallada nos ha hecho recular. Pasamos Nuévalos dirección Molina de Aragón, dejando a un lado el Monasterio de Piedra, en busca de esta hermosa cascada y su poza que parece en foto perfecta para el baño, pero deberían recordar al Gobierno de Aragón que deje de animar al turista a acercarse a la Requijada, donde bien sea por el camino y las escaleras que bajan desde la Central Hidroeléctrica, o por el que sale de la carretera a 1 km de Nuévalos, te encuentras sendas barreras que te prohíben disfrutar de esto. Nos conformamos con una fotografía que nos deja los dientes largos y nos lleva de vuelta al coche camino, ya sí, del pantano.

Volvemos por la misma carretera que nos devuelve a Nuévalos y tomamos dirección a Carenas. El pueblo de Nuévalos tiene un reportaje por si solo que, si te esperas, te lo escribo para otro domingo que llueva y no podamos bañarnos. Pero con el sol tal y como ayer apretaba, solo teníamos ganas de meternos en el agua cristalina y fresca que contiene la Tranquera. Nos ha impresionado el azul turquesa y la limpieza, pero, sobre todo, nos ha llamado la atención el alto nivel del agua tras la presa. Parece que el año de nieves nos ha traído abundancia de agua para nuestras tierras. Alrededor de todo esto, restaurantes, casas rurales, campings y urbanizaciones que, cuando estén llenas, harán de este embalse la Costa Brava de nuestra comarca y un lugar de vacaciones donde disfrutar de la calma, los deportes acuáticos y un montón de opciones para visitar, desde patrimonio histórico hasta entorno natural. ¿Quién no querría pasar unas vacaciones con nosotros?

Hay numerosos caminos y accesos alrededor del pantano para poder meternos dentro. Nosotros elegimos uno que hay al lado del puente de la presa. Como si de una pequeña playa se tratase, el día tan caluroso hace que haya más bañistas cerca, pero hay espacio de sobra para todos. Un merendero a las espaldas nos anima a comer de picnic porque aquí lo tienes todo para pasar un día de agua perfecto. Si no fuera porque nos esperan a comer, alargaríamos el día hasta ver el atardecer entre las montañas que rodean el embalse, pero como aquí todo está cerca, nos marchamos sin descarte de volver otro día, eso sí, con un kayac para recorrernos el embalse. 

La semana que viene buscaremos otro lugar del Alto Jalón donde podernos refrescar del intenso calor. Todavía no lo sabemos, pues vamos a esperar a ver qué nos invita a hacer el tiempo. Es lo bueno de la España Rural, que los planes no hay que hacerlos con mucho tiempo. Si te quieres animar a viajar, aquí te espero. ¿Te vienes? Hasta la próxima semana altojaloneros.