LA GUERRA DE GILA - LA PUEBLA DE ECA 1837

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La primera guerra carlista, entre 1833 y 1840, fue una guerra civil entre los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón (carlistas) y los isabelinos, defensores de Isabel II por hacerse con el poder. El famoso político y estadista alemán, Otto von Bismark dijo: “España es el país más fuerte del mundo. Los españoles llevan siglos intentando destruirlo y no lo han conseguido”. Y llevaba razón.

Pues en esas estamos cuando en agosto de 1837, corre la noticia de que unos facciosos merodean por los alrededores de Puebla de Eca. El término faccioso (rebelde, agitador) hace referencia a los carlistas partidarios de Carlos. Parece ser que había en Puebla de Eca un pequeño destacamento de isabelinos, al mando del subteniente Vicente Ballesteros.  

Por aquellos años, los vecinos de La Puebla de Eca, estaban intentando segregarse del partido de Medinaceli y pasar al de Almazán, entre otras razones debido a que con la villa adnamantina tenían la mayor parte de relaciones y, según decían, mejor comunicación. Y es que el problema de las comunicaciones en el Alto Jalón no son asunto nuevo, siempre ha sido así.

Pero sigamos con el destacamento que habíamos dejado en el pueblo. Sospechando que dichos facciosos, en número de unos veinte, eran los mismos que la noche anterior habían robado en varias casas de la cercana Aguaviva, los isabelinos salen en su busca. El relato prosigue de forma heroica, valga el sarcasmo: “(Los nacionales o isabelinos), los acometerán con el mayor valor, aunque sin más armas que palos, consiguiendo la captura de tres completamente armados y municionados. Por mi parte he dado las debidas gracias, y también a nombre de S.M, tenga a bien a su favor, así como al alférez comandante, subteniente de salvaguardia, e individuos de dicha partida. Dios guarde a V.E muchos años" - Soria 25 de agosto de 1837.

Leyendo la noticia, llama la atención el relato casi épico de unos soldados, ¡armados con palos!, que son capaces de detener a tres de los facciosos “armados y municionados”. Claro, habría que ver qué tipo de “armas y municiones2, llevaban los “revoltosos”, al punto de ser derrotados por una partida armada con palos. Pero de los aproximadamente 20 que componen la partida, son capturados solo 3. Si en una batalla se le escapan seis soldados por cada uno capturado, tiene usted un problema gordo.

Muchos de nosotros recordamos al genial Gila, el humorista que junto a su teléfono narraba las peripecias de una supuesta guerra hilarante y esperpéntica. El relato de lo sucedido en 1837 en Puebla de Eca no llega a tanto, pero se da un aire. A pesar de la situación casi cómica del relato, la primera guerra carlista causó más de 100.000 muertos. 

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