EL OTRO DESFILE

|

¡Viva España, el rey, la reina, los alfiles y hasta los caballos! No me parece mal, que vivan todos. Este año se ha reducido el coste de los fastos por el día nacional. Y parece que todos nos congratulamos. El día que se supriman, o casi, nos debería parecer igual de bien. Cada uno, que celebre su cumpleaños cuando quiera y el de todos, fiesta común, no me parece mal.  A escote, nada es caro. ¡Ah! Perdón, sí, muy caro. Las dietas de los asistentes no llegaban a las dietas de los ayunantes obligados. Y depende de las circunstancias, y de la economía. El doce de octubre, la escuadrilla del Águila repartió cortos de cerveza en Cáritas Parroquiales, Dora la Exploradora descendió de un arcoíris plastificado hasta el Centro Social del barrio y dio pan con cebolla al que lo necesitaba. Yo no estaba en la cola, llamémosle fila, pero me lo han contado. Al mirar el comedor social del Banco de Alimentos, vista al frente, sin bajar la cabeza. Orgullo, dignidad y ni un euro en el bolsillo. Ministras, menestras de guarnición, aeronaves, garbanzos cocidos con acelga, tres ejércitos en uno, sopas de ajo, vehículos blindados, varias tazas de sopa –Castellana, claro-, el nuevo blindado de ruedas 8x8 Dragón se ha quedado sin desfilar, como las patatas sin cocer se olvidan de la sal. Algunos representantes autonómicos enviaron butifarras, goxua, empanada gallega y gachas manchegas a cobro revertido. Total que había más público en este desfile paralelo y diario, que es lo penoso, que en el oficial. Distancia y altitud de miras, al menos un poco de rompan filas, esas largas filas en las que cada vez hay más alistados en nombre del hambre, la necesidad y de esta España vivida, gastada, elogiada y denostada a partes iguales. ¡Ah, y viva Anthony Taylor, por qué no! Por supuesto, ¡viva mi pueblo, Arcos de Jalón!

Comentarios