CAMINO VIEJO DE ARIZA

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Descubrir un antiguo camino es siempre una gran aventura, imaginen que antaño no existían móviles, gps, y un plano era del todo reservado para ingenieros y empresarios. No, los aldeanos no usaban planos, se servían de la memoria, la lógica y la utilidad. Piedras que marcaban fincas, corrales en ruinas, árboles centenarios, barrancos, ríos, todos ellos para crear la auténtica geografía, y esta además se remonta a muchas generaciones tiempo atrás.

Hoy quiero hacer hincapié en un camino que del todo me ha resultado más que interesante, me ha envuelto de nostalgia pues la belleza que hay en su paso hace que piense en las caballerías que circularon por éste, los pastores y los caminantes, el camino que unía Embid con Ariza antes del año  1910.

De vuelta al exquisito plano de Francisco Coello que ya analizamos en el primero de estos artículos (1), éste marca con una precisión magnífica y detalla un camino que unía estas dos poblaciones con el tramo más corto posible. Ariza, cabecera de las villas que la rodean todavía conserva perfectamente gran parte de esta vía que comienza en el paraje Carraembid, que proviene del latín carrus que significa carro y que se le atribuye a la naturaleza de esta vía, recuerden el principal medio de transporte. El Camino de Ariza atraviesa La Machada el Llano Millán el Llano del Rehelor hasta llegar a la Hoya Lanero concretamente hasta una pequeñas ruinas que quedan entre los dos términos municipales en medio de una finca de cierta medida considerable. Aquí el camino está perdido, debido a la unión de varias de las parcelas.

Para continuar con esta investigación debemos hacernos con el catastro de 1944 en el que encontramos perfectamente identificado esta senda como “Camino Viejo de Ariza a Embid de Ariza” en pleno paraje “Campo Ariza”. Aquí, sigue el camino dirigiéndose al Norte y ligeramente al Este atravesará el Barraco de la Corregidora hasta llegar a un cruce de caminos, con el de Bordalba a Cetina. Deja a ambos lados Los Colladillos un entorno con una hilera de elevaciones suaves que todavía contienen parte de bosques de encinares. Tras coger la vertiente de un pequeño barranco llega al paraje de Valdefuentes, el cual no requiere mucha explicación, un lugar en el que el agua ha estado presente durante años.


Catastro1944

Detalle del catastro de 1944


Aquí haremos una parada especial en este viaje y nos detendremos en la Fuente del Troco Troco, un manantial que fue objeto de estudio en 1929 por parte de  la División Hidraúlica del Ebro con la finalidad de abastecer el pueblo de Embid de Ariza por encargo del propio Ayuntamiento. Entonces el abastecimiento de Embid provenía de las aguas del propio río Henar muy contaminado por lo escasas, por ir en cauce abierto y atravesar otros núcleos de población. En aquel entonces Embid tenía 520 habitantes para lo que se necesitaban 0,38 litros por segundo de caudal de agua. Lamentablemente dicha solicitud fue denegada al no alcanzar los niveles requeridos para su uso.


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Manantial o Fuente del Troco-Troco


Próximo al manantial existen también las ruinas de unos corrales, con detalles constructivos que nos advierten que pudo tratarse también de una vivienda, una entrada perfectamente trabajada, parte del revoque exterior se haya con dibujos del maestro albañil, similares a los encontrados en el horno de Casa de la Vega, varios pilares que se mantienen en pie y dibujan distintas estancias… Todavía no he podido encontrar documentación al respecto pero si algún testimonio que relaciona la propiedad del paraje con Casa de la Vega, por lo visto también existieron unas escaleras que permitían a su dueño bajar cómodamente hasta el manantial de la fuente del Troco-Troco.


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Ruinas en el camino a su paso por Valdefuentes


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Detalle del lucido de parte de la fachada


Seguidamente el camino deberá cruzar el gran barranco de Valdefuentes, por su parte más alta, junto a un pequeño manantial que en ocasiones todavía mana, para continuar por el actual camino de Valdefuentes. El original atravesaba parte de una loma que a día de hoy es impracticable aunque percibimos todavía parte de su huella. Llegando casi a lo alto de El Llano, volvemos a encontrar el camino viejo de Ariza que nos adentra en la Senda de la Perdiz, que toma su nombre de la misma fuente que hoy en día todavía vierte su agua a un paraje haciéndolo fértil hasta en las épocas más calurosas.


Perdiz

Fuente de la Perdiz


Dejando bien a la derecha el Coscorrinal, ahora cubierto de pinares, comenzamos a descubrir los edificios que componen el pueblo de Embid, hemos llegado al Camino de las Hoyas, la entrada principal a las Bodegas, el camino por el que bajaban los carros llenos de uvas provenientes del basto viñedo de San Cristóbal, El Blanquero, el Llano y el Barranco de las Viñas.


Pachecobodegas

Fotografía de Fco. Hernández Pacheco, 1950


En esta fotografía (2) de Francisco Hernández Pacheco, del año 1950, tomada desde el mismo Camino de las Hoyas, podemos ver prácticamente la totalidad de las Bodegas, con la Ermita del Santo Rosario construida en el siglo XVI. En la fotografía se observa la dificultad del camino, la gran pendiente y lo costoso que debía resultar utilizar este camino de acceso a Embid. Hay que entender que en el año 1910 se construye el túnel que abre una nueva vía de comunicación, con lo que los caminos de Embid a Ariza y a Cetina dejan de tener un uso tan frecuente, dejándose únicamente como acceso a las parcelas y fincas próximas para su trabajo, y no como vía de comunicación, aunque se utilizaran en tantas ocasiones para andar a pie o bibicleta.

Atravesando las bodegas el camino hace una parada solemne en el Cementerio Viejo, construido en el año 1801 y finalmente llega a la actual carretera que atraviesa todo el pueblo. En la entrada un peirón nos indica la población, el de San Antonio, reconstruido en los años 70 y cuya antigüedad, la del anterior, desconocemos.


Cementerioviejo

Cementerio Viejo de Embid de Ariza


Carretera

Comienzo del camino en Embid de Ariza


Son vías que seguro nos relatan una historia, que son anteriores a nuestra memoria y la de nuestros abuelos, caminos que también servían para aquellas caballerías, campesinos y soldados que entraban y salían en la Guerra de los dos Pedros, en pleno Siglo XIV, pero esa es otra historia para un nuevo capítulo de las Memorias de Embid de Ariza.


(1)  Embid de Ariza, por los antiguos caminos (parte I), Jorge Mariscal, Altojalon.es
(2) María Olivera Zaldua, Vicedecana de Estudiantes y Biblioteca. Grupo de Investigación Fotodoc. Facultad de Ciencias de la Documentación (UCM)

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