LA LLUVIA DESLUCE EL GEOLODÍA 2025 EN DEZA Y ALHAMA DE ARAGÓN, AUNQUE NO APAGA EL INTERÉS POR LA GEOLOGÍA DEL ALTO JALÓN

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El Geolodía 2025, que este año volvía a fijarse en la comarca del Alto Jalón con una doble cita en las localidades de Deza y Alhama de Aragón, quedó este domingo parcialmente deslucido por culpa del temporal. La actividad, organizada simultáneamente en toda España por la Sociedad Geológica de España con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la FECYT y el Instituto Geológico y Minero de España, pretendía acercar la historia geológica del territorio al público general bajo el lema “Mira lo que pisas”. Y aunque la lluvia obligó a modificar los planes, el interés no decayó.


En Deza, donde la jornada llevaba por título “Deza: un balcón sobre la cuenca de Almazán”, acudió un buen número de personas, entre ellas el subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre. La tormenta descargó con fuerza en plena actividad, y los asistentes tuvieron que trasladarse al pabellón municipal, donde se improvisó un espacio para continuar con algunas explicaciones. La ruta iba a estar guiada por el profesor Antonio Sastre, junto a Gonzalo Montamarta y Felipe de Miguel, y contaba con el respaldo del Ayuntamiento de Deza.


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En Alhama de Aragón, el recorrido previsto por el antiguo trazado de la carretera N-IIa, donde se cruza el contacto entre la Cordillera Ibérica y la Cuenca de Almazán, también se vio afectado por la lluvia. La jornada, que coincidió también con las celebraciones de San Gregorio, incluía una parada final en las aguas termales, cuyas propiedades están directamente relacionadas con la actividad geológica  subterránea. 


Después de que el año pasado el Geolodía de la provincia de Soria ya se focalizara en la comarca, en Tierras de Medinaceli, esta nueva edición reforzaba el papel del Alto Jalón como escenario de referencia para la divulgación científica en el medio natural. Ambas salidas estaban concebidas como una oportunidad única para aprender de forma amena sobre la evolución del paisaje y las formaciones rocosas que componen el subsuelo que pisamos.


Aunque el agua truncó parte de la experiencia al aire libre, la iniciativa volvió a demostrar su poder de convocatoria y su utilidad para despertar la curiosidad por el patrimonio geológico del entorno. La organización ya trabaja en futuras ediciones con la esperanza de que el tiempo acompañe y permita seguir mirando el suelo con otros ojos.


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