DE PANDEMIAS, SUSPENSIONES DE FIESTAS Y MÉDICOS COSMOPOLITAS

|

¡Ya está aquí la Navidad! …y con ella las reuniones, cenas y celebraciones. Me encontraba precisamente el otro día pensando en estas últimas, especialmente en Nochevieja, cuando me di cuenta de que este año tampoco está claro que vayan a poder organizarse eventos multitudinarios. Tengo muchas dudas sobre si veremos verbenas, discomóviles o similares, más allá de la apertura habitual de bares (y que no aumenten las restricciones) y de cómo se quiera montar uno la fiesta con su familia y/o cuadrilla.

Y vamos ya para dos años ¡ufff! Los más pequeñajos ni conocen (ni han disfrutado) los festejos tradicionales de sus pueblos. Pienso, en el caso de Alhama, principalmente en los de San Roque, Santa Quiteria y, en menor medida, San Gregorio; además de aquellos que no son religiosos como el Carnaval. Todo eso me hizo recordar que esta situación que nos parece tan extraordinaria no lo es tanto. Ya sucedió algo parecido hace bastante tiempo, en 1885, cuando las fiestas de San Roque debieron suspenderse por la epidemia de cólera que por entonces asolaba España. Así, en la entrada del libro de la Cofradía de San Roque en la que se da cuenta de los sucesos de aquel año, se lee: A consecuencia de haber suspendido las fiestas de Sn. Roque por razón del cólera se celebraron los días 13, 14 y 15 de septiembre.


267433222 1801255136747115 5503901464034736744 n

Extracto del libro de la Cofradía de San Roque donde queda constancia de la suspensión de las fiestas

 

Realmente, más que de una suspensión casi procedería más bien hablar de un aplazamiento. Como dice el texto, la celebración tuvo lugar un mes después y no presentó diferencias sustanciales con las de otros años, aunque sí hubo más varas votivas que otras veces (en aquella época también había varas en San Roque, prometo hablar de ello algún día). No obstante, la rapidez con la que se superó la epidemia no debe llevar a engaño: aquel brote de cólera tuvo unos efectos devastadores en España. Imagino que lo que ocurre es que se trata de enfermedades distintas. Desde mi completa ignorancia sobre cuestiones patológicas, solo puedo apuntar que el cólera, a diferencia del covid, se trasmite por una bacteria y no un virus.

Precisamente, en relación con tal epidemia concreta, tenemos la inmensa fortuna de contar con la obra Etiología y profilaxis del cólera. Basados en numerosas estadísticas, hechos y observaciones recogidos durante la epidemia colérica de 1884-85 en España, escrita por el médico Felipe Hauser. Un tipo curioso este Hauser. De familia judía y alemana nació, sin embargo, en territorio húngaro que ahora forma parte de Eslovaquia. Creo que el personaje encarna muy bien las cosas “divertidas” del Imperio Austrohúngaro y su batiburrillo de pueblos, lenguas, etc. Este señor, que cursó estudios en Viena, se movió por varios lugares Europa y ganó cierto prestigio como médico entre las clases acomodadas del viejo continente. Finalmente, se afincó en Sevilla (donde, por cierto, tiene dedicada una céntrica calle) y permaneció en España hasta su muerte en 1925. Todo un “ciudadano del mundo”.


265238191 419454406591367 6930765585314540957 n

Felipe Hauser


El estudio de Hauser constituye un completo y exhaustivo análisis para seguir la expansión del cólera por todo el país. Un trabajo que seguramente se ajusta más a la investigación alemana del s. XIX, un mundo académico del que, recordemos, el propio Hauser provenía, que al tipo de trabajos que se hacían en España. Sobre la llegada de la enfermedad a nuestra zona podemos leer que el primer caso conocido se dio el 16 de junio de 1885 en Urrea de Jalón, desde donde se extendió río arriba por toda la ribera hasta entrar también en la provincia de Soria y en la de Teruel, en este caso a través del valle del Jiloca.

Pasando ya al ámbito local, Hauser plantea 24 cuestiones generales a las que trata de dar respuesta para cada municipio de España. Intenta averiguar desde el número de infectados y fallecidos hasta la salubridad de las aguas o las comunicaciones, pasando por otros asuntos como las fechas de inicio y fin de la epidemia. Todo esto, repito, en todos los pueblos de España. Por eso resulta tan útil para que cada cual obtenga información sobre la incidencia del brote cólera allí donde quiera o le interese buscar.

Con respecto a Alhama, creo que se puede hacer una pequeña selección de los datos de mayor interés. Se nos presenta un pueblo de 1251 habitantes, es decir, un poco más grande que en la actualidad. La epidemia entró el día 2 de agosto y pasó el 29 del mismo mes, lo cual explica perfectamente por qué se suspendieron las fiestas de San Roque, y dejó un total de 72 casos de los cuales 32 acabaron en defunción. Resulta igualmente curioso que se especifique que el número de contagios aumentó los días que el Jalón bajaba con crecida. Así pues, el mal se extendió mucho menos en el tiempo que la actual pandemia, pero también fue mucho más intenso. Si las cifras son correctas, estamos hablando de 32 muertos en 27 días: más de un muerto al día.

Y llegados a este punto aparece el enorme problema que supuso el traslado de los libros sacramentales del archivo de la iglesia de Alhama a Tarazona (también prometo que no será la última vez que proteste, me queje o deje constar mi malestar con este asunto). Esta documentación aporta una información valiosísima para explicar la Historia de Alhama, especialmente en los siglos XVII, XVIII y XIX. Sin embargo, al ser llevados a la sede de la diócesis, la labor de aproximación a la historia local desde el propio pueblo presenta unas dificultades que en la gran mayoría de las veces resultan imposibles de superar. De hecho, de permanecer estos libros en su emplazamiento original (la iglesia de Alhama), hace días que hubiese cotejado los datos que ofrece la obra de Hauser con lo que en ellos se diga y obtenido un cuadro mucho más amplio y preciso del daño que causó la epidemia del cólera en el municipio.

En fin, que ya está aquí la Navidad y aún no sé si habrá discomóvil o un dj o algo en el pabellón; que llevamos dos años sin fiestas y que, aunque mucha gente no lo sepa, no es la primera vez que ocurre esto. Desde 1885 ha pasado mucho tiempo, pero, y aquí va mi reflexión final, si esto ya ocurrió y ocurre ahora ¿quién nos dice que no vaya a volver a suceder? ¿Que, a la larga y por el motivo que sea, habrá algún año que tendrán que volver a suspenderse las fiestas? Quizá nadie que esté vivo ahora lo vea, pero estoy convencido de que sucederá, más tarde o más temprano. Así que yo, si tuviera que apostar, apostaría sin duda que sí.


Comentarios