DUROS A CUATRO PESETAS-MEDINACELI-ARCOS 1907-1908

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Todo parece indicar que la expresión vender duros a cuatro pesetas, se la debemos al pintor y dramaturgo catalán Santiago Rusiñol. Parece ser que el pintor decidió vender duros a cuatro pesetas, para demostrar la desconfianza de las gentes, en un extrafalario experimento social. ¡Alguna trampa habrá para vender duros a cuatro pesetas ¡,se decía el personal. Los duros eran auténticos, pero Rusiñol, no vendió ni uno. No se sabe si la historia es real o parte del imaginario popular.


Pero hoy hablaremos de duros, pero no auténticos como los de Rusiñol, sino de los falsos también llamados sevillanos. El día 24 de septiembre de 1907, el teniente José Hernández de la Guardia Civil de Arcos, comunica que, en un registro en la casa del vecino de Arcos, Rufino H. "se encuentran en un cajón de la cómoda 500 pesetas en monedas de a cinco, y nueve piezas de a una, todas ellas falsas".


El tal Rufino confiesa que D. Aurelio Ortiz, vecino también de Arcos, era quien facilitaba la moneda para expenderla. Así tenemos a la benemérita registrando la casa del susodicho señor Ortiz, sin encontrar rastro alguno del delito. Pero como fuere que el tal Rufino lo había implicado, es trasladado a Medinaceli a prestar declaración ante el juez.


Había un problema. El señor Ortiz era el párroco de Arcos, así que un poco de tapadillo fue conducido hasta la estación de Arcos, para ser conducido a Medinaceli, por ferrocarril. Imagínese a los vecinos viendo a su párroco conducido por la Guardia Civil y posiblemente exposado.

Llegados a la estación de Arcos, el párroco, pide permiso para ir al retrete. Cosa que se le concede y a continuación es conducido en tren a su destino, para presentar declaración. El jefe de estación de Arcos da cuenta a la guardia civil, que en el retrete se han hallado nueve monedas de dos pesetas y seis de una, todas falsas que con toda probabilidad fueron arrojadas por el detenido.


Según parece el cerebro de la operación era un tal Lorenzo Pérez de Calatayud, quien le dio a Aurelio, 750 pesetas en duros falsos y éste los traslada a Rufino quien los distribuye. Aurelio confiesa que bastantes de los duros los tiró al Jalón, al devolvérselos un vecino por falsos. Es bastante probable, aunque la noticia no da cuenta de ello, que algún pescador arcobrigense se encontrase con algunas buenas capturas y un buen puñado de duros. Y es que el Jalón, siempre ha sido muy generoso con estas tierras.


Llegado el juicio en 1908 en Medinaceli, los detenidos son defendidos por dos colosos de la jurisprudencia soriana Mariano Granados y Luis Posada. La defensa es tan brillante que Granados, argumenta que la culpa es del Estado y que los implicados eran unos "pobres inocentes que no sabían muy bien lo que hacían".


El trapicheo de moneda falsa era una costumbre muy arraigada y las leyes sobre el tema eran un poco lasas. Los más desfavorecidos tenían la ocasión de ganarse unas perrillas. Y según argumenta el señor Granados, el Estado, con su actitud un tanto relajante "fomentaba la avaricia" de las gentes.


El párroco de Arcos, después de llevarse un buen sofoco, quedó exonerado de toda pena, al igual que el resto de los vecinos de Arcos implicados en la trama, en el juicio celebrado en Medinaceli en 1908.


En aquellos años se acuñó el dicho “más falso que un duro sevillano”, para referirse a personas de poco fiar.


Con los duros sevillanos, decimos adiós. Quizás un hasta luego o hasta siempre, pero en cualquier caso encantado de haber aportado un granito de arena, al Alto Jalón de mi buen amigo Fran.

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