LOS JÓVENES SON LOS ÚNICOS CAPACES DE FRENAR LA DESPOBLACIÓN

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Uno de los cabos por atar en la lucha contra la despoblación es parar de una vez la sangría que supone el éxodo de nuestros jóvenes hacia las ciudades. Se marchan en busca de formación y oportunidades laborales que vayan más allá del campo y las tradicionales ocupaciones rurales. Se van con los ojos cerrados bajo promesas de una vida mejor que, paradójicamente, podríamos ofrecerles en el pueblo pero que, por lo que sea, no terminamos de verlas realizables.


Está claro que la legislación es la que es y que las competencias consistoriales llegan hasta donde llegan, pero imaginemos por un momento un mundo mejor. Cerremos los ojos y pensemos en una situación en la que los Ayuntamientos hicieran viviendas municipales que se pusieran a disposición de los jóvenes que no quieran cambiar los pueblos por las ciudades. Soñemos con que en el pueblo puedan tener formación para dedicarse a la infinidad de nuevas profesiones digitales que se pueden realizar desde cualquier rincón del planeta, siempre que tengamos conexiones a Internet aceptables. 


Pensemos en cómo sería nuestra situación si a nuestros chavales les diéramos la oportunidad de acabar su formación obligatoria y pudieran continuar aquí, aprendiendo a gestionar empresas turístico-culturales, a trabajar en la conservación y promoción de nuestro patrimonio, a crear plataformas digitales de venta o distribución, a diseñar proyectos de sostenibilidad y energías renovables...


Hoy en día casi ninguno se quiere quedar en el Alto Jalón a ser agricultores, ganaderos, hosteleros o pequeños comerciantes, pero... ¿y si les enseñamos que desde la zona rural también se pueden tener éxitos profesionales? ¿y si les ponemos más fácil conseguir la vida a la que aspiran sin tener que marcharse? Sería maravilloso poder decirles: "termina tu formación, piensa en el emprendimiento y en la aprovechación de nuestros recursos naturales y patrimoniales, y aquí tienes una vivienda y ventajas fiscales para que te sea más rentable quedarte aquí que marcharte". 


¿Cuántos elegirían "nuestra" opción? Ojalá algún día podamos anunciar que alguien está legislando en favor de un mundo sostenible y responsable, pensando en la vivienda y la formación como sus principales puntales y favoreciendo, ya no la repoblación, sino el freno a la marcha de nuestros jóvenes, los únicos capaces de conseguir que no se muera el pueblo de sus padres.

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