MI DÍA DEL ORGULLO RURAL

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Ayer, 16 de noviembre, se celebraba el Día Universal del Orgullo Rural. Como fecha señalada en el calendario, instituciones y entidades ligadas a los territorios rurales de todo el mundo izaron la bandera con todos los colores de la Naturaleza, algo que parece que alguien ha decidido que nos debe identificar, para reivindicar y defender los derechos de las personas que deciden vivir en los pueblos. Y el día pasó, y el orgullo también, de largo con su minuto de gloria en las noticias y a seguir todo igual.


No soy partidario yo de señalar en un solo día la importancia o necesidad de mirar hacia "lo rural" de otra manera y con otro sentido. No me gusta limitar en un solo día en el calendario, el hecho de reivindicar que los que decidimos vivir en un pueblo merecemos tener los mismos derechos. No me parece justo que en un solo día aglutinemos los esfuerzos de todos y todas por hacer del mundo rural un lugar más habitable y mejor. Yo creo que esto hay que trabajarlo cada vez que sale el sol.


Y es que mi Día del Orgullo Rural es hoy, y también ayer, y también mañana. Me siento orgulloso de ser rural y de ser un rural diferente al que señalan. Está claro que el campo es mundo rural, la ganadería, la agricultura, la pesca, la caza y la recolección de setas. Es cierto que el mundo rural espera con aire puro y tranquilidad al que quiera vivir de otra manera. Pero también es cierto que en los pueblos la vida ya no es lo que era, o al menos lo que nos enseñan en la tele que es.


El mundo rural es moderno, trabaja por Internet, promociona sus negocios en redes sociales, vende a todo el mundo a través de plataformas digitales. El mundo rural crea, desarrolla, participa, se mueve. El mundo rural no es solo el tractor y el silbido al rebaño, sino que es mucho más y abarca, además, otros muchos trabajos. Pero eso no le interesa a la capital ni al Capital. Lo que interesa es el ejercicio colonial que ejerce sobre el pueblo la ciudad. Llenarnos esto de 'minas' de viento y sol, que seamos un granero excepcional, y traernos aquí sus desperdicios convirtiéndonos en el agujero donde la urbe mete todo lo que quieren lejos. Y encima, que lo tengamos esto bonito para cuando vengan en verano a vernos...


Nuestro mundo no es ese, o ese no es el que queremos. Es el de gente que quiere una vivienda digna, algo que no se puede proporcionar porque, a diferencia de en la ciudad, aquí no se invierte en vivienda pública de calidad esperando que todo el mundo pueda comprarse un terreno o hererdar el de la abuela. Nuestro mundo es el de la falta de seguridad sanitaria, pues si te da un ataque, veremos lo que tarda en llegar la ambulancia. Es el de la falta de transporte público y el de la necesidad de coger, para todo, el coche. Es el de la falta de oferta formativa, cultural y de ocio que arranca a los jóvenes y los transporta a la ciudad. Es el de la desigualdad de oportunidades que ahora quieren maquillar con ayudas funcionales que no valen para nada...


Tenemos que hacer que cada día, sea nuestro Día del Orgullo Rural. Levantarnos orgullosos de pertenecer a este lugar que se llama Alto Jalón y hacer, entre todos, que cada día sea un lugar mejor. ¿Cómo? Lo primero transmitiendo este sentimiento a nuestros hijos e hijas en lugar de mandarlos fuera como si les persiguiese aquí un ogro. Y después, no dejando que el discurso rural sea el que nos dictan desde la ciudad. Tenemos que levantarnos y enseñar que somos "otros" y no lo que quieren enseñar de nosotros. Ya no llevamos boina ni una milana en el hombro. ¿Conseguiremos que se lleguen a enterar de quiénes somos de verdad nosotros?


Para eso creamos El Alto Jalón, y para eso celebramos cada año el Aniversario del periódico. Para poner en valor lo grandes que somos, el valor que tenemos, nuestras ganas de pelear por vivir en el mundo que queremos. Y por eso hemos preparado una gran programación, en la que hay representación de todos nuestros pueblos y un objetivo claro, mostrar ejemplos para que el resto vean que esto tiene solución si todos nosotros queremos. ¿Te apuntas a la revolución? El 26 de noviembre, en Arcos de Jalón, os espero.


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