HALLAZGO DE FÓSILES DE PALMERAS EN EL ALTO JALÓN

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Un soleado día del inicio de la primavera del año 2015, por una de esas casualidades que ocurren de vez en cuando, paseando en compañía de mi hermano Félix por un escarpado paraje del término municipal de Arcos de Jalón (Soria), hallamos un estrato de roca en el que se encuentran numerosos fósiles, especialmente de plantas del tipo palmera, algunos de gran tamaño.



Una noticia referida a la destrucción del yacimiento de dinosaurios de Coll de Nargó, en Lleida, me llevó a poner en conocimiento la existencia de este importante yacimiento con numerosos y espectaculares fósiles, de lo que parece que en su día fue un palmeral que, por los estratos geológicos de la zona, debió de ser sepultado por algún corrimiento de tierras o una inundación, durante la Cenozoica (Terciaria), época a la que pertenecen las capas geológicas de la zona donde se hallan.



Espero que ello pueda contribuir a preservarlo de que algún desaprensivo atente contra su integridad y a que las autoridades locales y regionales se interesen por su conservación. Además, podría ayudar a su estudio por especialistas en paleobotánica y geología.



Dicho yacimiento se encuentra en el término municipal de Arcos de Jalón (Soria), en un lugar con unas vistas espectaculares, dentro del encajonado valle labrado por el río Jalón, que va desde Lodares de Medinaceli hasta pasado Somaén, llegando a las inmediaciones de Arcos de Jalón.



  1. LAS PALMERAS Y SU ORIGEN:



Antes de entrar en detalle sobre las características geomorfológicas de las inmediaciones y el lugar donde se hallan los fósiles de palmeras1, considero que es necesaria una breve explicación sobre las palmeras y su origen.



La familia de las palmeras o palmas (Arecaceae o palmae) pertenece al orden de las arecales.


Las palmeras son plantas vasculares o cormofitas, que poseen raíz, tallo (estípite) y hojas. Entran en esta clasificación porque tienen un sistema vascular que reparte el agua y los nutrientes por la planta, la savia.



En su formación, primero desarrollan la yema apical, las raíces y las hojas, sin llegar a crecer en altura hasta que el estípite ha conseguido el diámetro definitivo. Tras llegar a este punto de desarrollo, comienzan su crecimiento en altura.


Dentro de las cormofitas, pertenecen al grupo de las angiospermas2, entre cuyas características principales está el tener flores que producen semillas. Los carpelos envuelven a los óvulos y éstos se transforman en semillas y frutos tras la fecundación.


Por el número de cotiledones de sus semillas, pertenecen a las plantas monocotiledóneas (un solo cotiledón3). Así pues, como plantas angiospermas poseen flor completa y visible y una sola hoja embrionaria o cotiledón en sus semillas.



La raíz es fasciculada, parecida a la de las hierbas. Desarrollan un abundante haz de raíces delgadas y alargadas que parten directamente de la base del tronco y les permite una buena sujeción al terreno.



Por su porte, se puede decir que estamos ante plantas perennes, arborescentes o arbustivas, desde pequeñas a robustas. El tallo, denominado estípite suele ser alargado, cilíndrico o columnar y normalmente no ramificado. El estípite posee a modo de un núcleo central esponjoso rodeado por un aro protector más rígido y resistente, formado por haces verticales de tejido conductor (xilema, floema).



Por ser la parte más distintiva de las palmeras y su importancia a la hora de dilucidar el tipo de palmera a la que pertenecen los fósiles encontrados, son las hojas las que más información nos pueden proporcionar para ello y, por tanto, es conviene precisar más los tipos y características de las mismas.



Las palmeras poseen hojas grandes, algunas de ellas muy largas, pecioladas, alternas, por lo general dispuestas en corona en el extremo del tallo. A menudo son envainadoras de tallo y paralelinervias.



Se pueden englobar en 3 o 4 grandes grupos, dependiendo si incluimos o no en el mismo grupo a las pinnadas y bipinnadas:


  • Las pinnadas4 y bipinnadas están formadas por una vaina que se une o abraza al tronco. A partir de un raquis5 nacen los segmentos hacia los costados, en forma de pluma.


  • Las palmadas carecen de raquis, tienen el limbo6 en forma de abanico, se insertan en el extremo del peciolo y los segmentos se disponen radialmente. En cuanto a la superficie de la hoja, puede ser plana, plegada y ondulada.
  • Las costapalmadas tienen las hojas palmadas y en ellas el peciolo se prolonga en forma de costilla, penetrando una porción de éste en el limbo.


Por la fotografía de una hoja bastante completa, se puede comprobar que, al menos parte de los fósiles de palmera hallados, tienen hojas costapalmadas.


FOTO 1 (1)



Las más antiguas arecaceae de las que se han encontrado fósiles son del periodo Cretácico Superior y sus hojas son costapalmadas, aunque ello no implica, por supuesto, que las halladas en Arcos de Jalón deban de pertenecer a dicho periodo.


Según consta en el estudio realizado por JOSEP MARMI, BERNAD GÓMEZ Y CARLES MARTÍN CLOSAS7, sobre el hallazgo en el Pirineo Oriental de una serie de fósiles de arecaceae con hojas costapalmadas, datados en el Cretáceo Superior: “Los restos más antiguos de palmeras fósiles consisten en hojas costapalmadas del Coniaciense-Campaniense inferior de América del Norte y Europa (Berry, 1905, 1911, 1914; Kvaček & Herman, 2004).”



Su trabajo trataría del hallazgo en el Pirineo Oriental de algunos de los fósiles más antiguos de arecaceae, correspondientes al Cretácico Superior, de hace unos 70 millones de años, que además pertenecen a un mismo ambiente sedimentario, cuyas hojas costapalmadas son parecidas a las del actual género sabal, como es el caso de los fósiles de palmera encontrados en el término de Arcos de Jalón (Soria).



Mis conocimientos de paleobotánica y geología no me permiten realizar un estudio de las características del planteado en el trabajo anterior, no obstante, las fotografías de los fósiles hallados en Arcos de Jalón sí permiten distinguir el tipo de la hoja de las palmeras, tipo costapalmadas, y algunas características del lugar y entorno en el que se desarrollaron mencionadas plantas, que debió de ser en una zona llana, junto a un río, pantano o un mar interior, con un clima de cálido a moderado.



De acuerdo con la Hoja 435 del MAGNA 508 y Mapa Geológico de España del Instituto Tecnológico GeoMinero de España, correspondiente a Arcos de Jalón, la zona donde se encuentra el hallazgo parece pertenecer al Jurásico Inferior o Lías, subperiodo Sinemuriense-Pliensbachiense, de hace unos 200 a 180 millones de años. Si bien, en sus inmediaciones, el mapa sitúa materiales de la cobertura miocénica, por lo que el estrato geológico donde se encuentran los fósiles muy bien podría ser de la Era Cenozoica, quizás del tránsito de un clima cálido, típico del Oligoceno, a un clima moderado propio del Mioceno, de hace unos 25 a 7 millones de años.



Dado que la pertenencia de los primeros fósiles de palmeras hallados es bastante posterior al Jurásico, en concreto período cretácico superior, según las investigaciones relativas a los primeros fósiles de palmeras hallados, se debería descartar que sean del periodo Jurásico, y por tanto lo más razonable es pensar que los fósiles de arecaceae hallados en el término municipal de Arcos de Jalón pertenezcan al Mioceno, quizás en su límite inferior en el que la temperatura fue más cálida.



La forma en la que se encuentran mezclados algunos de estos restos fósiles nos indica que muchos de los sedimentos se acumularon en un momento catastrófico, quizás un huracán o lluvias torrenciales que se llevaron las palmeras junto con los limos y otros sedimentos y los depositaron en una zona baja casi hacinados. Así lo demuestra el hecho de que parte de unas hojas se encuentran sobre otras, apenas separadas por una pequeña cantidad de limo, con forma de unos “abanicos rotos superpuestos”


FOTO 2, LOS ABANICOS



Lo mismo pasa con los positivos o negativos de algunos troncos, que están entremezclados en diferentes direcciones y casi juntos. 


FOTO 5


FOTO 3


FOTO 4



Los fósiles de arecaceae de Arcos de Jalón diría yo que son del mismo tipo, costapalmadas, y la misma época, Mesozoico, que el fósil de palmera expuesto en la plaza mayor de Calatañazor (Soria).



A continuación se muestra cómo se aprecian las partes de la hoja en la impresión fósil de una hoja de palmera del tipo costapalmada.



  1. CARACTERÍSTICAS GEOMORFOLÓGICAS DE LA ZONA:



Un buen conocedor de la zona fue el Marqués de Cerralbo, D. Emiliano Aguilera y Gamboa, en cuyo libro “El Alto Jalón”9, dedicado a sus descubrimientos arqueológicos en la zona referida, se encuentran referencias a la geomorfología de la zona del valle del Jalón.



También presenta referencias a la cabecera del Jalón la Tesis Doctoral de Antonio Vázquez Hoehne, titulada “La paramera de Sigüenza. Estudio Geomorfológico”10.


Vázquez Hoehne incluye la zona del Alto Jalón hasta Arcos de Jalón dentro de la “Paramera de Sigüenza”, territorio donde confluyen la parte más al NE del Sistema Central y la más al NW de la rama occidental del Sistema Ibérico.



No obstante, al objeto de situar la época a la que pertenece el estrato de rocas donde se encuentran los restos fosilizados del palmeral, una buena síntesis de las características geomorfológicas de la zona del valle del alto Jalón la encontramos en el libro titulado “El Jalón, Vía de Comunicación”11, que será del que tome más datos referentes al lugar del hallazgo.



Siguiendo el trabajo referido, tenemos como una de las principales características geomorfológicas de dicho Valle el hecho de que corta transversalmente la Cordillera Ibérica, desde su nacimiento en la cara Norte de la Sierra Ministra, junto a Esteras y Benamira, en las proximidades de Medinaceli, hasta llegar a la depresión del Ebro, abriendo profundos cañones y barrancos que han sido la ruta natural de acceso desde el valle del Ebro hacia la Meseta Castellana.



En concreto, en la zona que va desde Lodares de Medinaceli hasta las inmediaciones de Arcos de Jalón el río ha labrado un profundo valle, en algunas partes encajado en un estrecho cañón, por el que transita junto con la antigua Ctra. N-II y la vía de ferrocarril de Madrid a Zaragoza, que en algún punto discurren una encima de otra.



Dentro del encajonado valle y junto al río Jalón se encuentran las localidades de Jubera y Somaén, pedanías de Arcos de Jalón.



Desde su nacimiento en la Sierra Ministra se va adentrando y cortando transversalmente la Cordillera Ibérica, que en la parte del Alto Valle del Jalón corresponde a materiales plegados de la Era Mesozoica, hasta llegar a la zona cercana a Arcos donde empiezan a aflorar los materiales del Cenozoico de la depresión Almazán-Ariza.



Los materiales secundarios de la zona del Alto Jalón son terrenos de coloraciones rojas, azules y abigarradas de masas mesozoicas, cortadas por el Valle del Jalón.



Durante el Mesozoico, desde el Trías al Cretáceo medio, la Cordillera Ibérica estuvo ocupada por una cuenca de sedimentación, cuyas áreas más importantes estarán en los extremos noroeste y sudeste.



De acuerdo con lo indicado por María del Carmen Sancho de Francisco12, durante el Triásico se depositaron más de 800 metros de materiales, de los cuales la mitad corresponden al Muschelkalk y al Keuper; y serán las margas abigarradas del Keuper las que han aflorado más abundantemente en el Valle del Jalón entre Arcos y Medinaceli. En el Jurásico, la cuenca se dilató y alcanzó su máxima extensión. En la base se depositaron espesores de carniolas del Supra-Keuper a las que siguieron areniscas y calizas del Liásico, las cuales aparecen sin desmantelar en algunos de los relieves más elevados del Jalón.



Hacia el fin del Jurásico los movimientos epirogénicos elevaron la cuenca con lo que empezaron a sedimentarse areniscas y conglomerados del Cretáceo.



El plegamiento de la Cordillera Ibérica comenzó a finales del Cretáceo y tuvo su apogeo en el Eoceno y Oligoceno, finalizando en el Mioceno.



En la zona meridional del Jalón el movimiento orogénico tuvo lugar en época anterior a la zona septentrional; en las proximidades de Arcos de Jalón el Mioceno descansa discordante sobre los materiales jurásicos, lo que puede inducir a dudas sobre la datación de la era a la que corresponden los materiales del hallazgo.



El material acumulado en el Mesozoico se plegó y adaptó a la forma del zócalo de la cuenca, siendo la estructura resultante variada, que dependerá de la potencia de los sedimentos, siendo más importante donde más espesor había, zonas norte y sur, y menos importante donde había menos espesor, que era la zona central, donde se producen estructuras de tipo sajónico, con numerosas fallas y dovelas hundidas.



Sobre los relieves resultantes se desarrollará una potente erosión que ha excavado extensas cubetas rellenadas con depósitos miocénicos de la Era Cenozoica, que fosilizaron los relieves de la Cordillera bajo un potente manto de derrubios.



Los sedimentos miocénicos cubren los materiales mesozoicos plegados y dan el relieve en graderías del páramo castellano, como entre Arcos y Santa María de Huerta.



Erosión y relleno prosiguieron durante todo el Mioceno, dando lugar al final del periodo a una penillanura a 1.100 metros de altitud, quedando arrasadas las montañas y colmatadas las cuencas, siendo responsable de la actual morfología del Valle del Jalón, donde las penillanuras de Medinaceli y Maranchón enlazan con las superficies planas de los páramos, coronados de calizas pontienses al norte de Arcos.



El Jalón actuó sobre esa superficie pliocena y actual de unos 1.100 de altitud desde el nivel de la Depresión del Ebro, y cruzando las cuencas de Caltayud y Ariza y los relieves marginales se introdujo en los relieves de la Cordillera Ibérica del Alto Jalón hasta alcanzar el páramo castellano.



Actualmente el Jalón está desmantelando la cobertera horizontal miocénica y exhumando los relieves plegados mesozoicos.



De lo expuesto, en el estudio al que me he referido anteriormente se concluye que se pueden distinguir dos unidades de relieve en el valle del Jalón en la provincia de Soria:

  • La cuenca cenozoica (terciaria) entre las inmediaciones de Arcos de Jalón y Santa María de Huerta, que forma parte de la depresión Almazán-Ariza, donde los materiales miocénicos recubren relieves fósiles marginales.



  • El valle encajado del río Jalón, entre Arcos y Medinaceli, que corresponde principalmente al reborde mesozoico plegado de la Cordillera Ibérica; como se ha dicho, son relieves fósiles exhumados o en vías de exhumación pertenecientes al Triásico y Jurásico.




En estos materiales ha excavado su valle el río Jalón, que tras desmantelar la cobertura miocénica se ha encajado en la estructura plegada abriendo un estrecho y profundo valle que corta transversalmente materiales mesozoicos.



Observando la Hoja 435 del MAGNA 5013 y Mapa Geológico de España del Instituto Tecnológico GeoMinero de España, correspondiente a Arcos de Jalón, de cuyo estudio es autor A. Lendínez González (INTECSA), he podido comprobar que la zona donde se encuentra el hallazgo parece pertenecer al Jurásico, en concreto, a una formación con alternancia de calizas y dolomías de Cuevas Labradas, del Lías, subperiodo Sinemuriense-Pliensbachiense. Si bien, en sus inmediaciones, el mapa sitúa materiales de la cobertura miocénica, por lo que el estrato geológico donde se encuentran los fósiles muy bien podría ser del Mioceno.



Dado que las arecaceae no aparecen hasta el Cretáceo Superior, se debe considerar que los fósiles hallados pertenecerían a los restos de la cobertura miocénica, de hace entre unos 23 y 7 millones de años.



En el litoral, barreras o frentes playeros de un lago o mar interior se pudieron desarrollar las palmeras arrastradas y enterradas como consecuencia de un fuerte temporal.



  1. RESTOS FÓSILES ENCONTRADOS:



Durante la breve visita que realizamos al lugar del hallazgo, hice bastantes fotos de algunos de los muchos fósiles que se encuentran en el estrato de roca en el que aparecen. Podría haber cerca de 100 fósiles, principalmente de plantas, que por los estratos donde se encuentran pertenecerían, como se ha dicho anteriormente, al Mioceno.



Destacan por su tamaño, conservación y vistosidad varias hojas de palma del tipo de palmera costapalmácea, cuyo estudio precisaría a cuál de ellas pertenecen los fósiles.


También se encuentran restos de troncos de plantas y otros que no hemos podido identificar adecuadamente.



Por el tipo de preservación en el sedimento, nos encontraríamos con impresiones y compresiones sobre todo en las hojas de palmas, debido a que las mismas han dejado su huella en el sedimento como si de una impresión se tratara.



También existen fósiles cuya presentación es en forma de moldes o contramoldes, que corresponden a diversos troncos de árboles o palmeras que han quedado enterrados y al destruirse su materia orgánica dejan un hueco, alguno de ellos rellenado posteriormente de sedimento formando contramolde.



Puede haber otros tipos, como permineralizaciones o mineralizaciones, frutos de semillas mineralizados, pero es algo que tendrán que determinar especialistas en paleobotánica.



Fósiles de hojas de palmeras en la Península Ibérica no existen demasiados, aunque he comprobado que existen estudios donde se constata que los hay en la isla de Gran Canaria, en el Pirineo catalán, en la Comunidad Valenciana y de una hoja de palma en Calatañazor (Soria).



No obstante, por la cantidad, tamaño y diversidad de los fósiles encontrados en el Alto Jalón, considero que puede tratarse de un hallazgo no sólo de gran importancia sino excepcional, digno de un estudio detallado.



  1. ALGUNAS FOTOS DE LOS FÓSILES HALLADOS:



A continuación, se insertan algunas de las fotos de fósiles que realizamos durante el paseo, especialmente algunas de las más interesantes.



Cuando vimos sus figuras sobre la pared de roca, en un principio no supimos ante qué nos hallábamos, pero al observar una de ellas comprobamos que se trataba de una hoja de palma, figura nº 1, de la que se bifurcaban los foliolos alargados de lo que parecía una palmera y pudimos comprobar que las demás también parecían ser hojas de palmera, otros eran troncos de árboles o palmeras, además de otras diversas formas que no pudimos identificar, cosa que espero realicen especialistas en la materia.


IMAGEN1

Hoja de palmera costapalmada. Fotografía: Jesús Nájera.


IMAGEN2

Impresión de hojas de palmera entremezcladas con forma de “abanicos rotos superpuestos”. Fotografía: Jesús Nájera.

Imagen3

Moldes de troncos de árboles. Fotografía: Jesús Nájera.


Imagen4

Molde de tronco de árbol. Fotografía: Jesús Nájera.


Imagen6

Impresiones de pinnas o foliotas de una hoja de palmera.Fotografía: Jesús Nájera.


Imagen7

Impresión de hoja de palmera. Fotografía: Jesús Nájera.



Imagen8

Molde relleno de limo de estípite o tronco de árbol. Fotografía: Jesús Nájera.
 


  • CONCLUSIONES:

Una de las principales conclusiones del trabajo es que los materiales donde se encuentran los estratos de fósiles de palmeras parecen pertenecen a la Era Cenozoiza, al periodo Mioceno (hace de 23 a 7 millones de años).


Como se ha indicado, en las inmediaciones del lugar del hallazgo hay materiales de la cobertura del Mioceno, por lo que los fósiles encontrados deben pertenecer a ellos, dado que de pertenecer al Jurásico, como parece indicar el Mapa Geológico de la zona, habría que anticipar la aparición de las arecaceae en muchos millones de años.


Entre los materiales descritos se encuentra el estrato donde aparecen los restos fosilizados de las palmeras y troncos encontrados, que como he dicho debieron ser arrastrados por algún corrimiento de tierras o más bien por la crecida de un río que produjo una importante inundación y los arrastró con el limo hasta la cuenca sedimentaria de un lago o mar somero que por entonces debía ocupar la zona.


Además, puesto que las palmeras crecen en tierra firme, estas debían encontrarse en una zona llana, junto a algún río, cerca de la zona sedimentaria donde fueron depositadas, en concreto en el borde de la cuenca sedimentaria existente donde se elevó posteriormente la Cordillera Ibérica.


En el Mioceno el clima era moderado y permitiría el desarrollo de las palmeras en la zona donde se han hallado sus fósiles.


No se indica en este trabajo la ubicación exacta de dichos fósiles debido a que se pretende prevenir que puedan ser dañados o deteriorados por la acción humana.



  1. BIBLIOGRAFÍA:



- AGUILERA Y GAMBOA, E., “El Alto Jalón”. Madrid. 1909.


- JOSEP MARMI, BERNARD GÓMEZ Y CARLES MARTÍN CLOSAS. “Presencia de macrorrestos parautóctonos de "Sabalites cf. longirhachis" (Unger, 1850) Kvacer & Herman, 2004 en facies parálicas del Cretácico Superior del Pirineo Oriental”. Revista española de paleontología, Vol. 23, Nº. 1, 2008, págs. 7-14.


1 Diccionario de la Lengua Española. Edición Tricentenario. RAE
Palmera, Palma: Del lat. palma y -era
1. f. Árbol de la familia de las palmas, que crece hasta 20 m de altura, con tronco áspero, cilíndrico y de unos 30 cm de diámetro, copa sin ramas y formada por las hojas, que son pecioladas, de tres a cuatro metros de largo, con el nervio central recio, leñoso, de sección triangular y partidas en muchas lacinias, duras, correosas, puntiagudas, de unos 30 cm de largo y 2 de ancho; flores amarillentas, dioicas, y por fruto los dátiles, en grandes racimos que penden a los lados del tronco, debajo de las hojas.
2 Diccionario de la Lengua Española. Edición Tricentenario. RAE.
Angiosperma: Del lat. cient. Angiospermae.
1. adj. Bot. Dicho de una planta: Del grupo de las fanerógamas cuyos carpelos forman una cavidad cerrada u ovario, dentro de la cual están los óvulos. U. t. c. s. f., en pl. como taxón.
3 Diccionario de la Lengua Española. Edición Tricentenario. RAE.
Cotiledón: Del lat. cotylēdon, y este del gr. κοτυληδών kotylēdṓn; propiamente 'en forma de copa'.
1. m. Bot. Primera hoja del embrión de las plantas fanerógamas.
4 Diccionario de la Lengua Española. Edición Tricentenario. RAE.
Pinnado, da: Tb. pinado. Del lat. pinnātus 'que tiene plumas', der. de pinna 'pluma'.
1. adj. Bot. Dicho de una hoja compuesta de hojuelas que van insertas a uno y otro lado del pecíolo, como las barbas de una pluma.
5 Diccionario de la Lengua Española. Edición Tricentenario. RAE.
Raquis: Del lat. cient. rachis, y este del gr. ῥάχις ráchis.
1. m. Anat. columna vertebral (‖ eje del neuroesqueleto de los vertebrados). 2. m. Bot. y Zool. Raspa o eje de una espiga o pluma.
6 Diccionario de la Lengua Española. Edición Tricentenario. RAE.
Limbo: Del lat. limbus “orla o extremidad de un vestido”.
6. m. Bot. Lámina o parte ensanchada de las hojas típicas.
7 JOSEP MARMI, BERNARD GÓMEZ Y CARLES MARTÍN CLOSAS. “Presencia de macrorrestos parautóctonos de "Sabalites cf. longirhachis" (Unger, 1850) Kvacer & Herman, 2004 en facies parálicas del Cretácico Superior del Pirineo Oriental”. Revista española de paleontología, Vol. 23, Nº. 1, 2008, págs. 7-14
8 LENDÍNEZ GONZÁLEZ, A. (INTECSA), “Hoja 435 del MAGNA 50, Arcos de Jalón”, 1987, y “Mapa Geológico de España, Arcos de Jalón”, bajo supervisión del Instituto Tecnológico GeoMinero de España (IGTE), Dirección y Supervisión por GABALDÓN LÓPEZ, V., (IGTE) y MARTÍN SERRANO, A. (IGTE), Madrid, 1991, pp. 65.
9 AGUILERA Y GAMBOA, E., El Alto Jalón. Madrid. 1909.
10 VAZQUEZ HOEHNE, A. La paramera de Sigüenza. Estudio geomorfológico. Tesis Doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Madrid. 2002. Pp. 321.
11 SANCHO DE FRANCISCO, Mª.C., “Características geomorfológicas del Valle del Jalón”, en ARGENTE OLIVER, J.L. y otros, El Jalón, vía de comunicación, Ciclo de conferencias, 1990, Soria, Unión Gráfica, 1990, pp. 15-37.
12 SANCHO DE FRANCISCO, Mª.C., “Características geomorfológicas del Valle del Jalón”, en ARGENTE OLIVER, J.L. y otros, El Jalón, vía de comunicación, Ciclo de conferencias, 1990, Soria, Unión Gráfica, 1990, pp. 15-37.


13 LENDÍNEZ GONZÁLEZ, A. (INTECSA), “Hoja 435 del MAGNA 50, Arcos de Jalón”, 1987, y “Mapa Geológico de España, Arcos de Jalón”, bajo supervisión del Instituto Tecnológico GeoMinero de España (IGTE), Dirección y Supervisión por GABALDÓN LÓPEZ, V., (IGTE) y MARTÍN SERRANO, A. (IGTE), Madrid, 1991, pp. 65.


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