¿POR QUÉ NOS DA MIEDO ILUSIONARNOS?

|

Todos hemos sentido en el algún momento de nuestras vidas, cuando parecía que se presentaba ante nosotros la oportunidad de conseguir alguna meta importante, el siguiente conflicto interno: el impulso de ilusionarnos bloqueado rápidamente por el miedo a la decepción, mientras pensábamos “no quiero ilusionarme, que cada vez que me ilusiono, después algo sale mal…”


Es normal que ante la oportunidad de conseguir algo anhelado, sintamos cierto miedo a sufrir si sale mal, a decepcionarnos, al fracaso, etc. Pero, ¿hasta el punto de que llegue a bloquear la capacidad de ilusionarnos? Desde luego que no. Y es importante no normalizado y buscar soluciones.


Si te sucede a menudo, seguramente es porque cada vez que te has ilusionado en el pasado, has acabado teniendo experiencias negativas (decepciones, frustración, dolor, etc.) Por eso, de manera inconsciente, asocias el ilusionarte con el sufrimiento y obviamente lo rechazas.

¿Cuál es entonces la solución? ¿No volver a ilusionarnos nunca más con nada o con nadie?

Desde luego, esta no es la mejor solución, al contrario: ¡es la peor! ya que te llevará a la negatividad, a la apatía, a la desmotivación, a la frustración, incluso a una posible depresión.


La ilusión es necesaria para que podamos tener bienestar emocional. Es el motor de nuestras vidas: hace que cada momento sea especial, nos ayuda a imaginar la vida que deseamos tener y nos motiva a hacer los esfuerzos necesarios para conseguir todo aquello que nos propongamos.

Por eso, la única solución es vencer ese miedo a ilusionarnos. Pero, ¿cómo conseguirlo?


  1. Busca ilusiones a diario, en las cosas pequeñas. Como el miedo al fracaso también es más pequeño, te servirá de entrenamiento cotidiano.
  2. Ilusiónate con cosas más importantes, pero en su justa medida. Esto significa que seas realista, que no generes excesivas expectativas dentro de tu mente.


  3. Es importante diferenciar lo que deseas con lo que realmente sea posible de alcanzar. ¡No te autoengañes! El autoengaño te llevará a un fracaso seguro.


  4. No anticipes expectativas, ni fabriques una “película” en tu mente de cómo será el proceso, antes de tener toda la información posible: ¡Haz prevención de decepciones! Si te inventas una “película”, siempre chocará con la realidad. Si te ilusionas fácilmente, ¡” mantén los pies en el suelo”!


  5. Divide tus objetivos o expectativas por fases. Ilusiónate con cada una de ellas por separado. Paso a paso. De esta forma si alguna parte del proceso no sale como esperabas, te decepcionarás solo de esa parte.


  6. ¡Valora tus logros y tus esfuerzos! Si no les das valor, siempre vencerá la frustración y el desánimo.



No temas fracasar, ¿Qué es lo peor que podría pasar? Seguro que no se acaba el mundo.Como dice uno de los gurús del liderazgo, John C. Maxwell, "Algunas veces se gana y otras, se aprende".




Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

Comentarios