ESTAR ALEGRE NO SIGNIFICA QUE TODO ESTÉ BIEN

|

La alegría es, aparentemente, una de las emociones más fáciles de identificar. Y suele ser la más deseada. A quién no le gusta estar alegre, ¿verdad?


Y es que la alegría tiene una gran utilidad para que el ser humano alcance el bienestar emocional y su felicidad, ya que es la emoción que nos ayuda a dar valor a aquello que tenemos en nuestras vidas (incluidos a nosotros mismos), para que lo cuidemos y procuremos no perderlo.

Cuando es auténtica y sentida, de forma natural, nos llena de energía positiva, nos motiva, nos impulsa a sonreír, a explorar nuestro entorno, a valorar nuestra vida, a sentirnos bien con nosotros mismos y a percibir que somo capaces de conseguir cualquier cosa que nos propongamos.


Sin embargo, en algunas ocasiones cuando esta alegría no es auténtica, nos autoengañamos con ella, como si de una borrachera se tratase, porque detrás de esa “falsa alegría” se esconden otras emociones ocultas, como puede ser la tristeza, la ira o el miedo. Por eso es muy importante conocer esta emoción, en todas sus manifestaciones y formas, para no caer en la trampa del autoengaño.


Además de la alegría verdadera o auténtica, existen otros tipos de alegría, y no todas son tan positivas como podemos pensar:


Alegría patológica. Aparece como una euforia exagerada y desproporcionada a la situación. En algunos casos graves, puede llegar a perderse el control, debido a que la capacidad de razonar quedad mermada, así como la objetividad. No debemos normalizar este tipo de comportamientos, sobre todo cuando son muy intensos y frecuentes, ya que podrían ser síntomas de enfermedades como la bipolaridad o la esquizofrenia.


Alegría maliciosa. Se produce cuando una persona se alegra del mal de otra, o cuando alguien comete un error y la risa aparece como herramienta para hacer daño. Este tipo de alegría suele encubrir una autoestima baja (Ver https://www.elaltojalon.es/texto-diario/mostrar/2816816/autoestima-sistema-inmunologico-emocional) y una mala gestión de la envidia. (Ver https://www.elaltojalon.es/texto-diario/mostrar/2433610/envidia)


Alegría simulada o fingida. Se pone de manifiesto cuando no se corresponde la expresión alegre con lo que sentimos en realidad. Suele producirse cuando nos sentimos incómodos o no queremos demostrar que no nos gusta una situación, que no estamos de acuerdo, etc. De esta forma se encubre otra emoción a través de una falsa alegría. 


Alegría Cínica. Se trata de un tipo de alegría parecida a la fingida. Se produce cuando la utilizamos para enmascarar otra emoción, de forma inconsciente, como mecanismo de defensa, para no sufrir. Suele enmascarar emociones como el miedo, el enfado o la decepción.


Reflexiona sobre esos momentos en los que aparece la alegría en tu vida. ¿De qué tipo es? Seguro que a partir de ahora podrás identificar cada uno de estos tipos en ti mismo y en los demás.



Lo más importante es no olvidar que estar alegre, son siempre significa que todo está bien…



Montse Martínez. Formadora y Máster en Psicoterapia e Inteligencia Emocional.

Comentarios