SIGUIENDO EL RASTRO POR LA SIERRA DEL SOLORIO

La semana pasada hacía frío y viento y decidimos no hacer una ruta como tal, si no visitar un enclave espectacular del Alto Jalón, como es la Gruta de las Maravillas y la cascada de la Paradera de la Villa de Ibdes.

Cuando nos acercamos a la cascada después de haber entrado a visitar la gruta, Pipo encontró una muy buena pista que había dejado un animal que había pasado por allí, y tuvimos la suerte de encontrar más rastros, incluso de llegar a ver al suso dicho que andaba escondido entre la maleza del rio.

Seguro que os ha sido muy fácil averiguar de quién hablábamos esta semana ya que se dejan ver bastante por nuestra zona, se trata de una de las especies más comunes del Alto Jalón. Tal vez las huellas nos podían despistar un poco, pero la cuerna que encontró Pipo y ese culete blanco que se dejó ver entre los matorrales eran inconfundibles. 

Efectivamente estamos hablando de un corzo (Capreolus capreolus), aunque son muy parecidos a los ciervos, las cuernas y el tamaño hacen que se diferencien muy bien. Los corzos son mucho más pequeñitos al igual que sus cuernas. Os dejo un vídeo capturado por las cámaras de Espíritu Animal Rural.

Esta semana también hacía bastante fresquito como la semana pasada, pero me apetecía mucho enseñaros un sitio que descubrí hace poquito y que me pareció impresionante... Además llevábamos varias semanas yéndonos de ruta a la ribera del Jalón y me apetecía más una ruta de monte.

Tenía el día un poco ajetreado así que decidimos hacer la ruta por la tarde, mientras iba haciendo la revisión de la mochila Pipo y Tina me miraban impacientes. Como ya sabéis estos perretes son muy listos y en cuanto me ven coger los prismáticos se huelen que nos vamos de paseo. Esta vez metí en la mochila un chubasquero, porque parecía que fuese a llover y antes de salir me puse a limpiar las lentes de los prismáticos, que hacia mucho que no lo hacía. Pipo y Tina se empezaron a impacientar y comenzaron a ladrar metiéndome prisa.

-Ya voy chicos, no tengáis tanta prisa que hoy tenemos un viaje un poco mas largo que el de otros días.

Nos íbamos a ir de visita a la Sierra del Solorio. ¿Sabéis donde está? Es una sierra que está bastante cerca de Arcos de Jalón, de hecho pertenece a su término municipal, y se trata del sabinar MÁS GRANDE DEL MUNDO.

Así que nos pusimos en marcha para aprovechar bien la tarde. Metí la mochila en la furgo y les abrí la puerta del maletero a Pipo y Tina para que fuesen poniéndose cómodos, ya que teníamos casi una hora de viaje en coche. Nos abrochamos los cinturones y arrancamos. 

Mientras iba conduciendo y nos íbamos aproximando a nuestro destino, iba alucinando con el paisaje, era precioso. Según íbamos subiendo por la carretera el cielo cada vez estaba más cerrado y comenzaron a caer algunas gotas de agua, aunque más que agua parecía aguanieve, menos mal que íbamos bien preparados.

Llegamos a Iruecha, este es uno de los pueblos que se encuentran en la Sierra del Solorio, no se veía nadie por la calle y era normal... Hacía un frío que pelaba y las precipitaciones se habían convertido en nieve, de hecho, cuando llegamos a Iruecha ya estaba todo el suelo de color blanco.

Aparcamos la furgo en la plaza del pueblo, les abrí la puerta a Pipo y Tina para que bajasen y no se lo pensaron ni un segundo. A estos dos les da igual que llueva, que nieve o que haga frío. De hecho les encanta corretear por la nieve y según pusieron los pies en el suelo comenzaron a rebozarse como croquetas. A mi solo de verlos me estaba dando mucho frio y rápido me puse el gorro y el chubasquero para comenzar a andar.

No nos íbamos a ir muy lejos porque el tiempo no acompañaba y no tardaría en hacerse de noche. Concretamente nos dirigíamos a visitar un corral de bardas que los vecinos y vecinas han recuperado hace poco. ¿Sabéis lo qué es? Un corral de bardas es un antiguo corral donde antes se guardaba el ganado y se podían refugiar los pastores. El tejado de estos corrales estaba hecho a base de ramas de sabina, que son los árboles que viven en esta sierra. Esta es una especie muy especial y está protegida, ya que por desgracia no hay muchas. Su madera huele muy bien, es un árbol muy resinoso y el olor se quiere parecer al del incienso. Cómo os decía antes, este sitio es el sabinar mas grande del mundo. Tenemos mucha suerte de tenerlo en el Alto Jalón y tenemos que cuidarlo y valorarlo, porque no hay otro igual.

Pipo y Tina iban delante de mí, y de repente vi que pipo empezaba a rastrear algo y se ponía un poco nervioso sin saber muy bien hacia donde ir. Comenzó a ladrar llamándome y me acerqué corriendo. 

No os podéis imaginar lo que había encontrado. Este perro es un rastreador de primera. Claro al haber nieve como ya os he contado en otras ocasiones, es muy fácil ver rastros, y en este caso, quien había pasado por allí había dejado un retrato suyo.

Y diréis... ¿cómo que un retrato? ¿Cómo se va a hacer un animal un retrato en el monte? ¡Pues si! Y os lo voy a enseñar.

Encontramos en la nieve un dibujo casi perfecto, parecía la silueta de un ángel en miniatura. Sabíamos que un ángel no podía ser, pero... ¿Quién habría dejado allí la silueta de su cuerpo entera? Se veían unas grandes alas. Me acordé que llevaba la regla para medir las huellas y abrí la mochila para sacarla y ver cuanto medía la envergadura del ave que había dejado su marca. Daba la sensación de que se hubiese estampado en el suelo, pero si hubiese sido así, estaría ahí sin poder volar y no era el caso...

Así que me puse a medir. La envergadura, por si hay alguien que no sabe lo que es, es la medida de punta a punta de las alas de un ave cuando las tiene abiertas, que es tal y como estaba la silueta que habíamos encontrado en el suelo.

Qué barbaridad... medía casi dos metros. Estamos hablando de que era un ave bastante grande. No tanto como un buitre, que estos casi llegan a los tres metros, pero si de un tamaño bastante considerable y la cabeza parecía muy gorda y muy redonda.

El caso es que nos pusimos a mirar alrededor y no conseguimos ver nada más... ni una triste pluma que nos pudiese dar alguna pista más, así que seguimos andando. Estaba empezando a nevar más fuerte justo cuando llegamos al corral de bardas y aprovechamos para meternos en él y ponernos un poco a refugio.

Estaba ya atardeciendo y mientras entrabamos un poco en calor para ir de vuelta hacia la furgo, el silencio que inundaba la sierra se rompió. ¡Escuchad! Vaya vaya... Es posible que ese cantar sea del mismo que ha dejado su silueta clavada en la nieve. De hecho estoy segura de que es él. 

Justo cuando salíamos para tomar dirección al pueblo, vimos una gran sombra que nos sobrevolaba, ya era casi de noche y lo vimos de casualidad, porque estas aves además, no hacen nada de ruido al volar, ya que al parecer, les gusta salir de caza cuando cae el sol. 

Le seguimos con la mirada y vimos como se posaba en una roca muy alta. No podíamos distinguir sus colores porque casi no había luz, pero si que podíamos ver su silueta que era esta.Se trata de un ave bastante grande, con la cabeza muy redonda y una especie de cuernos...

Os voy a dar alguna pista más, porque yo ya sé de quien se trata... Esa silueta que hemos visto, que parecía como si este ave que buscamos se hubiese chocado con el suelo, la ha dejado cuando intentaba cazar, probablemente algún roedor que andaba por debajo de la nieve. No es que se haya chocado contra el suelo.

Yo creo que ya sabéis de quien estamos hablando. Se trata de un ave bastante grande, con casi 2 metros de envergadura, que al parecer suele salir al atardecer a buscar su alimento. Se trata de un depredador, es decir se alimenta de otros animales, normalmente roedores. Por lo tanto es carnívoro. Tiene la cabeza muy redonda y una especie de 'cuernecitos', que realmente no son cuernos. Si alguien sabe lo que son, también os animo a que me lo contéis en vuestros audios y hace un sonido... que yo si hubiese ido sola en vez de con Pipo y Tina me hubiese dado un poquito de miedo... no se a vosotros...

Espero vuestras respuestas para descubrir de que animal se trata. La semana que viene aquí. En Siguiendo el rastro.