NAVEGAR Y GOBERNAR

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El Residente


 Un día cualquiera nuestros actuales políticos se bajarán del caballo de los insultos y las malas formas y a lo mejor, les da por dar la talla. Será el momento de juzgarles como políticos, como personas ya se han calificado ellos.


Durante los temporales pasados, las reglas de navegación imponían unir todas las fuerzas en torno al patrón del barco. Discutir su mando bajo el huracán es propio de tripulantes inexpertos o cobardes.


En la historia de nuestra democracia hemos tenido momentos de gran zozobra. El golpe de estado del 23-F, el atentado yihadista del 11-M, la crisis económica del 2008 o el desafío independentista catalán del 1-O. Cada capitán tuvo ante sí un reto difícil y comprometido…..uno se enfrentó ante el motín de Tejero demostrando coraje y resolución, manteniendo a su lado al grueso de la tripulación, otro mostro dotes para unir a la marinería dispersa por los puertos francos, aunque luego se hiciera un lio con el timón y demostrara poca habilidad para manejar los vientos cuando soplan de sotavento, otro puede que impulsara importantes leyes progresistas, pero no supo leer ninguna carta de navegación que le hiciera ver la gravedad de la crisis económica, que al igual que un tifón antillano se nos venía encima. Alguno más reciente, condujo la nave España con pericia entre los peligrosos arrecifes que bordeaban el rescate económico, pero aun con las aguas sin calmar, consideró que la mejor decisión era sentarse a popa encender su pipa y esperar que amainara.


 A estas intensa borrascas se sumó el ciclón de la pasada epidemia, que sin duda mermo la tripulación y trajo graves consecuencias económicas al armador de la singladura.


 El patrón de ahora ha salido vencedor en duras y sucias navegaciones. Hubo grandes disensiones dentro de su naviera, se hizo con el gobierno de la nave de un modo irregular conduciendo una rebelión a bordo, eso le resulto muy fácil, se enfrentó a hombres que usaban sus mismas o parecidas armas para el abordaje.


 Han sido tiempos de muchas zozobras y mucho remar. Ahora toca navegar entre engañosos referéndum democráticos con piratas y grumetes paletos que no creen en la democracia sino es para usarla en su provecho.


Aun valiéndose de velas remendadas y de una tripulación poco fiable, pronto se verá si es capaz de pilotar el barco por esas difíciles aguas, adoptar el rumbo preciso y salvar no solo los escollos de la mala mar si no también los que interpongan sus propios marinos.


 Saber mandar, no dudar ante un dilema, transmitir confianza en medio de la tempestad…….unas veces izar velas y otras saberlas arriar, así hasta tocar puerto y atracar. En eso consiste, en dar la talla como capitán y en saber navegar.


                                                                                                                    El Residente. 

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