El altojalonero Eleuterio Gil, natural de Deza y vecino de Cetina, ha logrado un destacado subcampeonato en la Copa de España de Rastro de Liebre con jauría celebrada recientemente en la Reserva del Saja, en Cantabria. Se trata de la prueba más prestigiosa de esta modalidad cinegética en el país, y en ella participaron equipos de comunidades como Galicia, Asturias, Navarra, País Vasco, Cataluña, Extremadura y Aragón, que estuvo representada por Gil.
En declaraciones a Pasajeros al Tren de Alto Jalón Radio, el cazador y entrenador de sabuesos explicó que esta ha sido su tercera participación en la prueba. “Las anteriores veces fue mal, pero este año los perros ya estaban más acostumbrados al terreno del norte, muy distinto al de aquí, y la cosa fue mucho mejor”, relató.
La disciplina de rastro de liebre, tal como detalló, se basa en que los perros —entre cuatro y seis por equipo— localicen y persigan el rastro que deja la liebre durante la noche, en lo que se conoce como rastreo de encame. “Es una modalidad sin muerte. No se trata de cazar a la liebre, sino de seguir su rastro con precisión, cohesión de jauría y sin distraerse con otras especies. Si un perro se desvía, queda eliminado”, explicó Gil.
La raza elegida por el cazador dezano ha sido el sabueso porcelana, originario de Francia, una de las muchas que participaron junto a beagles, grifones o sabuesos cántabros. La clave del éxito, asegura, está en el adiestramiento: “Los perros, de forma natural, persiguen a todo. El reto es limpiarlos, enseñarles a seguir solo el rastro de liebre. Y eso requiere muchas horas de trabajo”.
Gil entrena a sus perros durante todo el año, principalmente en tierras de Cetina, Deza y La Alameda. “Más de la mitad de las veces salgo sin escopeta, solo para verles trabajar, porque lo que me llena es ver cómo hacen el rastreo, cómo se conjugan y cómo disfrutan”, añadió.
Aunque la prueba solo dura una hora, el resultado es fruto de años de dedicación. “Estoy muy contento, sobre todo por los perros, porque al final esto es un reconocimiento al trabajo que hacemos juntos. En mi casa los tratamos como uno más de la familia”, señaló emocionado. La Reserva del Saja, donde se celebra la Copa, es además un entorno natural privilegiado, con presencia de osos y lobos, que Eleuterio destaca como “un lugar increíble para disfrutar, solo por estar allí ya merece la pena”.
Preguntado sobre el futuro, el subcampeón no dudó: “Volveré el año que viene, a intentar mejorar y a disfrutar otra vez de esa experiencia única”.
El Alto Jalón suma así un nuevo éxito deportivo en una disciplina poco conocida pero de gran tradición y exigencia técnica. Con pasión, paciencia y amor por los animales, Eleuterio Gil ha demostrado que las raíces rurales siguen dando grandes frutos. Escucha aquí la entrevista completa.
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