BRUSELAS CONFIRMA EL RECORTE DEL 20% EN LA PAC Y DESATA LA INDIGNACIÓN DEL CAMPO

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AGRICULTORES MADRID



La Comisión Europea ha presentado este miércoles su propuesta de marco presupuestario para el periodo posterior a 2027 con un anuncio que ha encendido los ánimos del mundo rural: la reducción de al menos un 20% en los fondos destinados a la Política Agraria Común (PAC). La cifra supone una rebaja de 380.000 millones a 300.000 millones de euros, a pesar de que el presupuesto total de la Unión Europea se incrementa de 1,2 a 2 billones de euros, con un aumento significativo en el capítulo de Defensa.


La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha defendido el nuevo reparto asegurando que los pagos directos a agricultores seguirán garantizados, representando ese total de 300.000 millones. “Se trata del 80% del total, y está salvaguardado”, ha explicado. Von der Leyen ha remarcado que el diseño presupuestario permitirá, en combinación con planes nacionales y regionales, que haya “mucha más financiación accesible”, al tiempo que se mejora la especificidad, rapidez y transparencia en el reparto de fondos.


Sin embargo, sus palabras no han calmado los ánimos del sector primario. Desde horas antes de conocerse la propuesta, cientos de agricultores de varios países europeos se han concentrado frente al Parlamento Europeo, en Bruselas, en una movilización convocada para exigir garantías de futuro para el campo.


El malestar se ha intensificado tras conocerse que la intención de Bruselas es integrar la PAC en un Fondo Único multisectorial, lo que supondría, según denuncian los manifestantes, diluir su identidad y autonomía financiera. Las organizaciones agrarias reclaman un presupuesto propio, mayor participación en la toma de decisiones y recursos suficientes para asumir las crecientes exigencias ecológicas y regulatorias.


Desde la Comisión insisten en que los nuevos fondos buscarán una mayor eficiencia y una orientación más estratégica, sin renunciar a los objetivos de sostenibilidad. Pero en el campo, el mensaje es claro: sin financiación suficiente, los compromisos climáticos y territoriales serán imposibles de cumplir.



El anuncio ha encendido todas las alarmas en un sector que arrastra ya meses de movilizaciones en diferentes países, y que ve en este recorte un nuevo golpe a su viabilidad en un contexto de creciente incertidumbre internacional y aumento de costes. Las protestas no han cesado tras la presentación del plan, y todo apunta a que el pulso entre el campo europeo y las instituciones comunitarias continuará en los próximos meses.

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