EMBID DE ARIZA, EL CONTROL DEL AGUA

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El dominio de los ríos ha sido siempre uno de los grandes retos de la humanidad, toda una ingeniería dispuesta al servicio del aprovechamiento de las aguas, su conducción, bien para regar las tierras de labor o bien para mover sofisticados ingenios articulados y facilitar o acelerar el trabajo manual.

Embid de Ariza no se puede comprender sin su río, el Henar, también llamado Argadir a su paso por la villa. Éste fue el motor de desarrollo para fijar la población entorno a la agricultura y su industria, hoy desaparecida.

El control de los ríos se hacía mediante una estructura de piedra interpuesta en el curso natural del río a modo de barrera para elevar las aguas y conducirlas a las distintas márgenes para su canalización a través de acequias del árabe as-saqiya. Este tipo de construcción se denominaba azud del árabe as-súdd, un ingenio que ya utilizaban los romanos en su carrera por el desarrollo de la península ibérica.

Embid conserva en su actualidad una de estas presas que da servicio a un gran conjunto de acequias desde el paraje del Estrecho hasta morir de nuevo en el Henar ya en el término de la Casa de la Vega. Aunque antiguamente no era exactamente así pues la villa contaba con cinco azudes a lo largo del río, obras de mayor o menor envergadura pero que cumplían fielmente su función repartiéndose entre mas parajes, lamentablemente desaparecidos a excepción de uno en la actualidad.

En el libro de “Memorias de Apeamiento y Confrontaciones” del Curato y Rectoría de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Embid de Ariza encontramos una nota de los distintos azudes de la villa en el año de 1628.

El Azud del Batán, que sirve agua a la Vega Somera y el Castillejo de la Vega Somera. Por lo visto todo hace indicar que pudo existir un molino para su uso en la industria textil. Éste cumpliría su función de golpear el paño de lino, de cáñamo o de lana para desgrasarlo y apelmazarlo ya que los telares manuales presentaban una trama muy floja, poco firme y se deshilachaban fácilmente, a esta función se la llamaba el abatanado de las telas, especialmente las de lana. Podemos comprobar que en 1826 se producía cáñamo y lino, y además había una industria de telares de lienzo y lana. (1)

El Azud del Molino, que sirve agua a la Veguilla Somera, la Alberquilla del árabe al-birka en relación a la balsa de agua que surge en la zona del Estrecho de agua termal y que se utilizaban para curar el cáñamo (2) y la Vadera que es un paraje de poca profundidad, plano, firme y que se atraviesa con facilidad

Éste es el azud actual que conocemos y que daba servicio al molino harinero que se encontraba en pleno centro de la villa, ambos han estado unidos como parte del mayorazgo de los Palafox, hasta que el último de los descendientes que poseía el heredamiento de la Casa de la Vega, el Señor Conde de Valdeparaíso, D. José Joaquín Gaona y Palafox lo vende en el año de 1819 a D. Manuel Gilman y Llotellerie capitán de los Reales Ejércitos. En la descripción de los bienes inmuebles de esta escritura de venta encontramos en el apartado de los edificios y fincas en el lugar de Embid “Un molino harinero con una sola muela y la presa con el azud”, que son valorados en ochocientas libras jaquesas el primero y doscientas libras jaquesas el azud. (3)

A mediados del Siglo XIX todavía debía existir el batán, a la vez que el molino harinero ya que el diccionario de Pascual Madoz también nos indica, en la descripción del Henar,  que “en Embid de Ariza desde donde, después de mover otros dos (molinos), marcha a dar sus aguas al río Jalón.

Uno de los textos publicados por el Obispado de Sigüenza nos cuenta que en el año de 1882 “hicieron también un hermoso azud o presa junto al sitio que llaman el Estrecho que costó al pueblo 13.500 reales.” Sabemos que el azud es anterior a esta fecha por lo que de ser parcialmente cierto podría haberse tratado de alguna reparación o mejora. (4)

Si observamos con detalle, encontraremos a un lado de la pared de la margen derecha de la presa del río la inscripción en recuerdo de la finalización de la obra, hoy en estado ruinoso, donde podemos leer “Se terminó esta presa el 30-11-1917 siendo alcalde D. Esteban Latorre y P. de riegos D. José Latorre. Se hizo con la intervención y ayuda de D. Justo Chavarría. El pueblo agradecido dedica este recuerdo. Embid de Ariza 30/11/1917. Construido por U. Jambrina/Zaragoza”. Justo Chavarría era propietario en Villaroya de la Sierra dedicado al comercio textil, y Ulpiano Jambrina el albañil encargado de la obra.

Y por último, en el contrato de compra venta otorgado por Tomás Germán a Constantino Ramos del Molino Harinero de Embid de Ariza el 6 de diciembre de 1917 aparece lo siguiente, “Condiciones: El comprador no responde de las proporciones que el vendedor pudiera hacer para el arreglo del azud del río Argadi que conduce el agua a dicho molino


Elazud

El azud. Foto: Julián de Francisco


El Azud del lugar o de las Heras, que daba servicio a los parajes de Huerto Cerrado, el Cascajar que toma su nombre del lugar donde hay mucho cascajo, es decir, piedras menudas, el Rincón, el Terrero, el Carnero, las Cuevas y el Marcegal.


Catastron

Catastrón de 1945


El Azud de las Tapias,  dando servicio al Pajar caído, Quiñones paraje que toma su nombre del sistema de producción agrícola basado en el reparto de las tierras con el objetivo de sembrarlas y cosecharlas, las Palomillas, el Castillejo, los Morales, la Olmeda y Carracetina

Estos últimos dos azudes, debían encontrase muy próximos a la villa, es más, con toda probabilidad, entre la Iglesia y las escuelas del Ayuntamiento, tal vez aprovechando las obras de defensa de ambos márgenes del río que evitaban que el agua alcanzara las viviendas. Hay pequeñas barreras en el curso del río, incluso un antiguo pozo, llamado “el purnas”, que podría estar provocado por uno de estos saltos de agua.


Saltodeagua

Salto de agua. Foto: Francisco Mariscal


El Azud de D. Bernabé de Palafox, que daba servicio al Cañuelo, un canal artificial para el paso de agua. Éste ya riega el término de Cetina hasta casi el fin del río. Toma su nombre del caballero Bernabé  de Palafox de Rebolledo casado con María Palafox de Rebolledo Lanuza nacida en el año 1599 hija de D. Enrique Palafox de Rebolledo y Palafox diputado del reino y muy estimado del rey, caballero del Hábito de Calatrava, poseedor del heredamiento de la casa de La Vega. (5)


PALAFOX

Presa de Palafox.


Cabría pensar que tuvo que existir otra presa para todo el término de la Casa de la Vega, a la altura de la desembocadura del barranco de las Viñas, pero por alguna razón el libro del curato no la nombra. Este último paraje cuenta con una red de zanjas, acequias y canalizaciones muy bien ordenadas para permitir, en primer lugar, un riego eficiente de cada anegada y por otro la evacuación rápida de una repentina riada, responsable de desperfectos pero a la vez proveedora de fertilidad, algo que los árabes ya sabían. En cualquiera de los casos podemos imaginar una sucesión de azudes con un perfecto diseño para abastecer todos los parajes del término de Embid, un tiempo en el que no existían bombas o perforaciones modernas, un tiempo en el que la naturaleza  mandaba.




(1) Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal, Doctor Don Sebastián de Miñano, Madrid 1826
(2) Diccionario Geografico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz, 1845
(3) A.H.P.M. Not. Feliciano Corral T 23697, f. 303r-411v
(4) El Obispado de Sigüenza, o sea, Nomenclator descriptivo, Geográfico y Estadístico de todos los pueblos del mismo, Zaragoza, 1886


(5) Los Palafox en Aragón. Genealogía y datos biográficos, Miguel Plou Gascón, IFC, 2000


Jorge Mariscal. Asociación Histórico Cultural de Embid de Ariza


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