CETINA - LA GRAN DESCONOCIDA DEL ALTO JALÓN

La semana pasada nos pusimos las botas para visitar uno de nuestros pueblos abandonados. Corvesín fue un gran aliado para pasar una mañana estupenda con niños. Disfrutamos de los tonos de verde del campo que nos regalan el trigo y la cebada en este tiempo, lo pasamos en grande con el viento volando nuestra cometa, paseando por el tiempo entre sus edificaciones derribadas y ya casi devoradas por la naturaleza, que todo lo devuelve a su ser y borra la huella del hombre con el paso del tiempo.

Como prometimos, esta semana nos movemos a la vertiente zaragozana del Alto Jalón y, de nuevo, intentamos viajar en el tiempo a través de nuestra historia, nuestro patrimonio y el legado que tenemos para hacer ahora de nuestra tierra, algo bueno que vuelva a llenar de gente nuestros pueblos. Este fin de semana #MePongoLasBotas para visitar Cetina, un gran desconocido del Alto Jalón y una joya de la corona que no debemos perdernos. La historia que tiene este pueblo es tan rica, que casi nos perdemos entre Quevedianas y Contradanzas, entre su Iglesia y su Castillo, al que aquí todos llaman Palacio. Contamos para la visita con un lujo que no está al alcance de todos. Su nombre es Jorge Berdún y dudamos que alguien sepa más de lo que sabe él de su pueblo. Nos da un agradable paseo, repleto de anécdotas y fechas, por la villa de Cetina, su patrimonio y su cultura y tras él, sin duda, podemos decir que este pueblo es una de las joyas escondidas más importante de nuestra comarca. Nos pasó lo mismo en Arcóbriga, donde también tuvimos fenomenal guía, reafirmando la impresión que ya tenía de que es mejor visitarlo todo con alguien que nos diga lo que pasó en cada lugar o lo que cada cosa significa. Sería fenomenal que alguien se decidiera a montar visitas guiadas entretenidas por todo el Alto Jalón que enriquezcan las vistas.

La Plaza Mayor de Cetina, lugar donde se representa la Contradanza.

Jorge nos cuenta que Cetina es zona habitada desde la noche de los tiempos. Existen testimonios y vestigios en Cetina de cultura magdaleniense, del final del paleolítico. Tienen documentadas defunciones, desde la Edad Media, de personas de procedencia extranjera, lo que demuestra con papeles que esta es zona de paso y cruce de caminos que nos comunican con otras tierras. Con gran presencia islámica, Cetina fue reconquistada en 1.120 por la milicia cristiana y pasó después a ser frontera con el reino de Castilla en la Guerra de los dos Pedros. Esto explica la existencia del castillo-palacio de Cetina.

Altar de la Capilla del Palacio, donde contrajo matrimonio Francisco De Quevedo.

En la guerra, el castillo tuvo una función clave. Cetina era una villa amurallada tan grande que, tuvieron problemas para contar con gente suficiente para todos los puestos de defensa. Este lugar fue parada y fonda de las comitivas reales durante mucho tiempo. Aquí durmió Juana la Loca y los Reyes Católicos, entre otras personalidades, y fue fortaleza y villa de peso, que pasó a la historia por la boda, el 16 de febrero de 1634, de Francisco de Quevedo con la señora de Cetina. El matrimonio duró pocos meses, porque Quevedo, poeta de culo inquieto, se marchó para no volver tan solo echando de menos las salchichas que aquí probó. Cuenta la tradición que sus descendientes son los carniceros del pueblo, que siguen haciendo con pasión esos embutidos, tan apreciados por el poeta que hasta a su Rey le escribió sobre ello. El Palacio, como lo llaman en Cetina e incluso algunos forasteros lo nombran como 'El Palacio de Quevedo', tiene vestigios de construcciones anteriores romanas. Sus sillares son prueba de ello y no fue hasta 1920 cuando desapareció la puerta de entrada a la Villa que daba paso a la plaza del pueblo.

Es una zona de muchas tormentas y por los barrancos bajan las aguas con mucha fuerza y, como pasase en Santa María de Huerta no hace tanto, el 10 de mayo de 1995 hubo una inundación que anegó gran parte del pueblo y que es recordada en Cetina por una placa. La ermita de la Virgen de Atocha atestigua también esto. Cuenta la historia que unos arrieros mandaron reedificar este templo y lo dedicaron a la Virgen madrileña tras verse a salvo después de ser sorprendidos en Cetina por una enorme riada. 

El Palacio nos lo enseña Manuel, su dueño, que se obliga a venir desde Alicante para enseñar sus estancias y capilla a todo visitante que quiere verlo. Esta edificación estuvo habitada hasta principios del s.XXI y es asombroso verlo por dentro, convertido en varios pisos con luz y teléfono. Es emocionante subir las escaleras de su torre del homenaje, a la que se puede ascender para observar desde el mirador como se ve, por un lado Embid de Ariza, por el otro Sisamón, hacia el Oeste el Castillo de Ariza y en el Este, Alhama de Aragón. Tener estas vistas te explica el por qué de estar aquí esta edificación. Y la joya mejor guardada de este Palacio-Castillo es su capilla gótica que nos deja sin palabras y casi sin aliento. Tan solo ver la puerta ya asombra, pero cuando entras, el artesonado de su techo y paredes, unidos a la única luz que entra por un ventanuco redondo que envuelve todo en un halo de tenebroso templo, te hace sentir en otro tiempo a la vez que percibes una vibración de lugar sagrado en el que el silencio no debe ser roto por nada ni nadie y en el que cerrar la boca de asombro es algo que no está al alcance de corazones inquietos. Quizá sea esta una de las visitas más recomendables que hemos hecho.

Entrada de la capilla del Palacio de Cetina

San Juan Lorenzo, paisano de Cetina, es el patrón de este pueblo. Por él y su valentía para morir por su credo, se celebran Dance y Contradanza desde, al menos, el s.XVI. La Contradanza es un baile documentado por primera vez en 1751, momento en el que llegó a Cetina la primera reliquia de San Juan Lorenzo. Hay teorías muy diversas sobre el orígen de este baile que se remonta según algunos hasta la cultura celtíbera, donde probablemente tenga sus orígenes y haya evolucionado, a partir de ahí, con el paso del tiempo. Hoy por hoy, lo que se conserva, es un baile popular y jocoso con tintes barrocos y que hoy confundimos con algo parecido a una danza de la muerte. Pero como Jorge Berdún nos explica, es un baile del pueblo que representa diferentes momentos o aspectos característicos de Cetina. Dirigidos por un diablo con cuerpo humano, sin tridentes ni bigotes se representan cada una de las 33 mudanzas que componen el evento. El Diablo, vestido de rojo, representa en cada una de ellas al personaje principal, siendo desde Jesucristo hasta la Virgen de Atocha en cada uno de las mudanzas. Los ocho contradanceros, cuatro de negro y blanco y cuatro de blanco y negro, lo acompañan y ayudan a representar estos pequeños cuentos donde el fuego, las chanzas y las danzas son protagonistas cada 19 de mayo. 

Jorge Berdún enseñándonos el Museo de la Contradanza

Museo de la Contradanza De Cetina

A pesar de lo que se piense desde fuera, es el Dance lo que los cetineros hacen con mayor devoción. Tanto es así, que tan solo la pandemia ha conseguido que, en toda la historia, dejen de hacerlo. Los años 2020 y 2021 son los únicos que los que no han podido hacerlo, a diferencia de la Contradanza para la que no siempre han estado dispuestos. Pero la vistosidad en la noche del fuego y el baile popular que es la Contradanza, lo han hecho muy conocido y sospecho que más que va a serlo. Visitamos su museo, donde cuentan toda su historia y están expuestos sus trajes y atrezzos con los que representan estos bailes para que no se pierdan con el tiempo. Mantienen la historia viva, investigan y mantienen vivo un evento que el Alto Jalón debería utilizar como elemento característico de nuestra comarca. El caso es que cada 19 de mayo, sin excepción salvo por el coronavirus, las mañanas se engalanan con el Dance en honor a San Juan Lorenzo y las noches, con el fuego, se dedican también al santo pero con un tono menos religioso y más del pueblo.

"No podéis marcharos sin que os enseñe la Iglesia", nos dice Jorge mientras va corriendo a por la enorme llave que nos abrirá las puertas del templo. Todo en la entrada de la iglesia de San Juan Bautista está dedicado a la Trinidad y se repiten por tres cerraduras, puertas y ranura de la cerradura, que está hecha en forma de número tres con un triángulo encima. Al entrar, gran sorpresa y mirada a Jorge de esas que dicen "menos mal que te has empeñado en enseñárnosla". Es sorprendente desde su tamaño, pasando por su simetría y acabando, maravillados, mirando sus techos donde las pinturas, exquisitas, dibujan relieves que, si Jorge no nos avisa, nos creemos que están ahí a pesar de que son trampantojos. A la vista de nuestros ojos las pinturas se convierten y parece que están vivas. Estos techos y esta cúpula son tesoros escondidos de Cetina que nadie que venga puede irse sin mirarlas con asombro.

Nos marchamos de Cetina y tenemos que hacerlo agradeciendo a Manuel y a Jorge su tiempo. Nos han enseñado el pueblo y el Palacio sin escatimar un segundo, a pesar de que ambos tenían otras ocupaciones. Se han preocupado por su pueblo y porque os contemos su historia y se les nota que realmente lo han hecho porque aman a Cetina. La mirada se les ilumina al hablar de la memoria colectiva de su localidad. Nos vamos sin poder tomar una cerveza en el bar de la esquina, pero en el alma  nos quitamos la espina de no conocer este rincón tan emblemático del Alto Jalón cuya visita no decepciona en absoluto. Una mañana en Cetina es un asombro tras otro.

La semana que viene nos pondremos las botas para seguir descubriendo los tesoros de nuestra comarca y contaros, cada domingo, estas visitas que nos encantan. ¿Te vienes con nosotros? Si no apareces te pondré falta. Hasta la semana que viene.