SAHARA: TRAICIÓN O PRAGMATISMO

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El evidente cambio de rumbo del Presidente del Gobierno con respecto al conflicto del Sahara Occidental nos ha cogido a todos con el paso cambiado. Desde luego los cauces no parecen haber sido los más aceptables, pero ¿Por qué?


Es evidente que la presión del Gobierno de EEUU, que quiere a Marruecos como aliado estable en esta parte del Magreb y fiel vigilante de la entrada al Mediterráneo ha pesado lo suyo, pero hay que poner en la balanza el nuevo juego de fuerzas y estrategias de la Unión Europea con respecto a la guerra en Ucrania.


Europa se ha encontrado con la contradicción de mantener un contencioso con Rusia y, a la vez, ser totalmente dependiente energéticamente de este país. Las miradas en los recursos de gas y petróleo se han concentrado en el sur y Argelia, como proveedor más inmediato, ha demostrado su falta de fiabilidad, por su política pro rusa y su enfrentamiento con Marruecos. Parece ser que la gigantesca bolsa gasística de Mauritania podía estar en situación de producción en un año y son esperanzadoras las prospecciones de la costa Atlántica, cerca de las Canarias.


Para activar la explotación de estos recursos es totalmente imprescindible la colaboración de Marruecos y la pacificación del Sahara Occidental, el gas mauritano puede ser exportado por Canarias, pero también por Marruecos, quizás por medio del gaseoducto Magreb-Europa recientemente cerrado por Argelia. Si el conflicto con Rusia sigue, Europa va a necesitar toda esa energía y el tándem España-Marruecos se hará imprescindible: sobre la mesa la redimensionalización del gaseoducto Mid-Cat, entre España y Francia, y la muy potente capacidad de regasificación de gas licuado de España.


Ante esta situación los derechos del pueblo saharaui y los acuerdos internacionales se arrinconan en pro de la economía europea y después de los cambios de orientación de Francia y sobre todo de Alemania, la más interesada, solamente hacía falta que la potencia tutelar del Sahara diera el paso.


Una vez impuesto el pragmatismo de la necesidad a España le toca reivindicar su parte del pastel, además de exigir el cese de toda hostilidad sobre los territorios españoles en África, debería de transformarse en guía y tutor de los acuerdos para una “autonomía” del Sahara Occidental mínimamente fiable que acabara con la vergüenza de los campamentos de Tindouf, que ya va para medio siglo. Los saharauis tienen derecho a vivir en su tierra de forma digna y ya hay una generación que no la ha conocido.

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