CAE EL ÚLTIMO VESTIGIO DE LA 'EDAD DORADA' DE ARCOS DE JALÓN

Sobre las 10.30 horas de este miércoles Alfonso Maroto recibía la llamada. La cubierta de una de las bóvedas del Cine Numancia, construido en 1958, se había venido abajo, aplastando con sus cascotes varias filas de sus butacas, otrora llenas de gente. El último vestigio de la 'edad dorada' de Arcos de Jalón se viene abajo, y con ello se establece un paralelismo con el estado de la España rural, poniendo de manifiesto el abandono que viven nuestros pueblos.

"Un símbolo de la grandeza de Arcos y de su caída, y en consecuencia la de mi familia". Son las palabras de Alfonso Maroto, uno de los dueños del Cine Numancia de Arcos de Jalón, definiendo al emblemático inmueble de la localidad soriana del Alto Jalón como una metáfora de la decadencia de la España Vaciada. "De tener un cine con mil localidades a no tener ni mil habitantes", señala. Hoy no ha podido aguantar más su vacío y ha cedido ante las humedades y filtraciones. 

El edifico del Cine Numancia, cerrado al público desde principios de los años 80, aún conserva el glamour de los años 50 en su vestíbulo, maquinaria cinematográfica en su sala de proyecciones y muchas de las elegantes butacas en las que se proyectaban los estrenos, uno de los último antes de su cierre, 'La Guerra de las Galaxias: El Imperio Contraataca'. Ahora, los rayos de sol que entran por su techo, proyectan las nubes sobre su suelo ante un apenado Maroto porque "justo la semana pasada habíamos aceptado un presupuesto de una empresa de Arcos para arreglarlo".

Ahora queda esperar a las evaluaciones de los arquitectos para tomar una decisión. "No sé si lo arreglaremos por mantenerlo, o se derribará", duda el empresario hostelero que está viviendo "uno de los días más tristes de mi vida al ver el trabajo y el esfuerzo de unas grandes mujeres, de una gran familia, destruido por por las políticas absurdas", nos cuenta recordando a Araceli, Angelita y Vicenta. Las creadoras de Cine Numancia, conocidas en Arcos de Jalón como "las Timoteas, porque era el nombre de mi abuela", relata Maroto desde Madrid, donde "me he venido para pensar como hacer frente a esto".

Alfonso Maroto y su familia no saben qué harán con el emblemático cine arcobrigense, un edificio que aún conserva el aroma de tiempos pasados de plenitud que terminaron con la proyección de 'El Crimen de Cuenca', película de Pilar Miró que fue, "por convicciones intelectuales" según nos cuenta Maroto, la última en proyectarse en la pantalla ahora a la intemperie de Cine Numancia.