LO DEL TORNEITO

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Fernando benamira


¿Cómo va ese agosto chavalada? ¿Se empieza a hacer cuesta arriba o todavía hay ganas de un jolgorio que ni juntando a Massiel y Ortega Cano? Pues para no perder la costumbre hoy vamos a seguir hablando de una cosa que ocurre gracias a la vorágine demográfica a la que nos enfrentamos estos días y no es otra que los torneos entre pueblos con motivo de las fiestas.





Inglaterra tiene muchas cosas malas como por ejemplo el “fish & chips”, el “Imperio británico” o al “Príncipe Carlos", pero también tienen o han creado sus cosas buenas y hasta son ingeniosos, fruto suponemos de tener como presidente a gente del tipo de Boris Johnson claro. Entre las cosas buenas podríamos destacar varias como son tener de vecina a Escocia, el rugby o el fútbol. Ser creadores de este último deporte que hemos nombrado no te da ya que sepas jugar, que a este gente les metió en un mundial un gol con la mano un puto enano con el pelo fregona porque saltó más que su portero, así que imaginaros el nivel.



La creación de este deporte, amado por una gran parte del mundo, tampoco implica que todo sea bueno o un jardín de rosas no no, ahí tenéis al Barça, al Real Madrid o a Esquinas Torres, pero también tienen sus cosas buenas como el tema que nos atañe en cuestión: los torneos de verano de los pueblos.



En estos torneos no esperes ni media jugada de las que ves viendo un Zalux Alhama – Arcóbriga, un Cádiz – Osasuna o un Liverpool – Real Madrid de Champions, son mucho mejores! Aquí se pueden ver jugadas entre trozo de tierra y hierro que sobresale que si lo ve Mbappé se retira del fútbol porque no tiene nada más que aportar a este deporte después de observarlo y es que el terreno de juego en el que se suelen jugar estos torneos es muy variado según el pueblo en cuestión. 


Lo primero de todo es adaptar los equipos a las dimensiones: hay pueblos que se la juegan y te dicen “aquí juegan once de sobra hombre” y claro, búscate once en el pueblo que consigan dar tres pasos en una carrera sin caerse ni lesionarse y que corra poco más que Echenique y al final acabas llamando a tu primo entrando en edad y kilos para colocarlo de lateral izquierdo con la única función de dar palmas de ánimos al resto y que si le llega el balón le meta un punterón “pa’rriba”; en otros pueblos en cambio los “estadios” se encuentran en las eras o al lado del cementerio con dimensiones más cortas, lo que provoca que en algunos lados se juegue al fútbol-8 y en otros a fútbol-4 y entre esas dos cantidades pues también, según el físico también, que no suele ser lo mejor en estos torneos.



Tampoco ayuda el tipo del terreno, que aquí también la variación es minina. Como ya hemos dicho, los campos se suelen poner en las eras o un descampado en el que no salen ni setas en año bueno de agua y si está en llano, esa suerte tienes. Tampoco pidas hierba, a lo mejor alguna hierba seca y vale junto con unos cardos, que le da más personalidad al juego para cuando hay alguna entrada o un revolcón. Por supuesto, incluso en terreno llano, olvídense de un campo plano; allí hay más bultos que en la cara de Belén Esteban, por lo que un despeje tonto desde el medio del campo se puede convertir en una ocasión clamorosa de gol aunque fuera de primeras hacia el córner. Se han dado casos en los que salen hasta agujeros por el campo que algún trozo parece la cara de un adolescente que acaba de descubrir lo de “las pajas” y la única solución suele ser o meterle piedras y tierra o que no pises ahí. Que sepáis que normalmente se da la segunda opción con resultado incierto.



Todo esto hace que todo lo que esté dentro de las líneas que delimitan el terreno de juego valgan, aunque sea unos cables que se encuentran a treinta metros de alto, que me descojono yo del dron ese con cables que han puesto en los partidos de primera para poner una cámara, en estas zonas somos unos adelantados entonces!!! A veces, por falta de logística e información, te puedes encontrar en el centro del campo un montón de cebada recién cosechada o una cosechadora y justo el día de las fiestas molesta. En estos casos lo lógico es acudir al pueblo más cercano con campo y jugar allí, pero no siempre pasa, con lo que algún retrovisor acaba peor que Jesé después de un puente de fiesta.



En cuanto a los planteles dispuestos por los contendientes son también de lo más variados. Lo normal es juntar a los cuatro chavales del pueblo junto con las viejas glorias cincuentonas que ese día han tenido el vermú tonto de la semana y están más frescos que Romario saliendo del Fabrik, aunque a la tercera carrera la realidad les coloca en su sitio. Esto vale para los torneos que se requieren pocos jugadores, pero como sean de 11 mínimo aquí empieza una excursión unas horas antes por todas las casas del pueblo buscando personal que ni InfoJobs dándole currículums al Ikea. 


Para que os pongáis en situación: imaginaros la cara de ese noviete o novieta de la hija o hijo del pueblo recién llegado por primera vez en su vida al lugar y que sin comer ni conocer a nadie lo secuestran, le ponen una camiseta del 83 de algodón malazo con el nombre del pueblo en medio que da más calor que una sauna con jaleo y sin saber si ha visto un balón o no en su vida allí que lo plantan; y que no se le ocurra decir que no que va al pilón de cabeza. El o la que saben jugar un poco se les pone por el medio para que en cuanto puedan tiren y tengan un poco el control (recordemos que el campo plano no es, por lo que el control se complica por mucho que seas mejor que Modric), y a los lados, como hemos dicho anteriormente, se van cogiendo los restos que hay por el pueblo hasta completar el once. 


Hace años aún había problemas para el portero, que normalmente se escogía a petición popular del que menos ganas tenía de correr, pero ahora hay seres temerarios e inconscientes que se ve que entrenan de eso en sus lugares de origen y hasta son buenos, menos cuando de repente un balón que iba fuera a dos por hora da en un topo (Casillas) y te la cuelan por toda la escuadra, ahí toda la calidad que atesoras queda relegada a qué te ha marcado gol un señor de cuarenta años que casi no vale hablar y le ha dado el balón de rebote y por ese partido pierdes el campeonato y tú eres una mierda y ese señor, que bastante tiene con respirar, es el héroe del pueblo para tres días con todas las cervezas pagadas.



Y es que esa es otra, aquí no esperes Aquarius, powerades, ni barritas energéticas de esas de aire con arroz porque aquí las bebidas oficiales son cerveza y kalimotxo. Se han llegado a ver partidos con menos jugadores uno de los equipos por pedir agua alguno de los chavales y darle tal vergüenza al resto del equipo que han preferido jugar con uno menos y mantener la dignidad intacta del “que dirán” a ganar el trofeo con “trampas”. En esta parte es donde si un día llegan hacer un equipo Guti, Romario, Jesé y Perico Ojeda te ganan los torneos de tres comarcas ellos solitos.



En fin, que yo pensaba que está iba ser una crónica cortita y al pie y al final ha sido pues como el modelo inglés, larga y a correr. Si al final tienen alguna cosa más buena y todo esa gente. Un saludo!

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