EL HASTA LUEGO

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Fernando benamira


Llega septiembre y con ello empieza la desbandada. En algunos pueblos ya se ha ido notando dicha desbandada, aún quedan cuatro nostálgicos/as pero en general aquí estamos ya más solos que el prospecto de un medicamento de la farmacia que no se lee nadie. Esto implica varias cosas, como por ejemplo mi tardanza en haceros esta crónica.



Os preguntaréis que a que se debe dicha tardanza e incluso alguno habrá “intuido” varias cosas como por ejemplo “pobre, está triste ante la falta de vecinos” o “ya no le llega la inspiración”. Nada más lejos de la realidad amigos y amigas, mi tardanza se debe a que con la “huida” de estos nuestros amigos y amigas veraneantes y/o hijos del pueblo a Madrid, Zaragoza o Barcelona (entre otros lugares y si, yo también fui uno de ellos en su día), pues los que nos quedamos en el pueblo ya no sabemos como sobrevivir a esta situación y vamos como pollos sin cabeza, más o menos como la Comunidad de Madrid ahora sin la oficina del “español” de Toni Cantó, para que os hagáis una idea.



En estos días en estos nuestros pequeños pueblos ya no se escuchan esas conversaciones o chascarrillos sobre como tiene que estar una calle, que si el precio de la cerveza del teleclub está un pelín alto o que si “ese tomate del huerto no parece muy bueno eh”. Tampoco se forman ya “grandes” colas en el pan -un inciso aquí, para mi cinco personas esperando es una cola del copón que me da para pedir la vez, ir a por agua, un rato al huerto, que si me tomo una cerveza, saco al perro y entonces ya me toca, obviamente cuando vuelvo el del pan ya se ha ido-; el de la fruta ya no viene y el de los congelados tampoco, es más, si vinieran no tendrían una clientela mayor a seis personas ahora mismo. Esto provoca que se acaben también esas bonitas trifulcas entre “abuelas” y demás en el pan sobre que nieto o nieta hizo la trastada mayor el día anterior (que cada día es uno diferente, pero el día que no toca que sea el de tu familia se te hincha el pecho a ir poniendo a parir al resto que no Pedro Sánchez anunciando que nos va dejar los dos trenes que tenemos al día a Madrid gratis).



Por supuesto los vermús se limitan a dos ronditas de tostada 0.0 y bitter kas (que si alguien me sabe decir a que sabe eso exactamente se lo agradecería, porque eso no se sabe si es amargo, salado, dulce … vamos, que está ese sabor menos claro que el menú de David Muñoz a más de 300 euros); la partida de guiñote ha pasado a ser una de tute, con suerte, y por supuesto se ha acabado esa algarabía de niños correteando por debajo de tu ventana a las doce y pico de la noche cuando tu te tienes que levantar a las 5:30 para ir a trabajar y encima te responden: “oye, que es verano “


En fin, que aquí me quedo con mi tristeza casi solitaria en Benamira viendo pasar la vida y el tiempo con un disgusto ahora mismo que no se si podré superarlo, más o menos como el Barça haciendo chanchullitos con las palancas para que me entendáis. Es más, para que me entendáis mejor, un disgusto ahora mismo como un argentino por la muerte de la reina Isabel


  1. de Reino Unido. 

  2. Igualmente,   volved pronto, que los pueblos no son lo mismo sin vosotros ni vosotras y aquí os estaremos esperando, eso sí, sin hacer ni caso de todas las tareas que nos habéis encomendado este verano para el verano que viene, pero se os quiere igual. Un saludo!


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