"MONTEAGUDO ESTÁ COMO CONTENTO, ES UN BUEN MOMENTO PARA VENIRSE A VIVIR AQUÍ"

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Marta monteagudo


Marta Esteban ha decidido, a sus 47 años, cambiar la vida en la ciudad por el mundo rural y ha dejado Zaragoza para venirse a vivir al pueblo donde ha veraneado toda su vida, Monteagudo de las Vicarías. Una decisión que "he tenido en la cabeza toda la vida", según nos cuenta la nueva vecina rayana, cuya decisión incluso le ha supuesto perder el trabajo, algo que "con la situación actual de Monteagudo no me preocupa. El pueblo está como contento. Es un buen momento para venirse a vivir aquí".


El plan inicial de Marta era teletrabajar desde Monteagudo de las Vicarías, manteniendo su empleo como comercial de automoción en Épila. "La idea era teletrabajar por las mañanas y desplazarme por las tardes en el tren desde Ariza, pero finalmente los horarios del tren no cuadraron y perdí el trabajo", explica Marta solicitando "mejores horarios en el tren" como una de las mejoras necesarias para permitir más casos de retorno al pueblo como el suyo. Su hijo, Nicolás, de 18 años, sí que ha podido seguir con su actividad normal. "Va tres días a Zaragoza a la academia y vive aquí conmigo, que le flipa el pueblo también", señala Marta.


"Estoy intentando encontrar trabajo por aquí para no hacer desplazamientos", nos sigue contando con la esperanza de que "pueda encontrar algo aquí o en sitios cercanos como Almazán, Ariza, Arcos...", sin cerrarse a "emprender y montar algo por mi cuenta aquí, que hay muchas oportunidades". Y no se arrepiente para nada de esta decisión que, según nos confiesa, "está deseando poder tomar también toda mi cuadrilla". Porque Monteagudo de las Vicarías vive ahora un momento dulce propicio para generar interés a nuevos pobladores. "Ojalá hubiera más actividades, pero en el pueblo hay ambientillo todos los días", explica Marta.


La casa familiar, donde Marta ha pasado junto a sus dos hermanas las vacaciones y puentes de su infancia, es ahora su hogar. "Me parece un planazo quedarme aquí", señala la rayana, que no ha tenido que sufrir uno de los hándicaps del mundo rural: la falta de vivienda. Algo sobre lo que Marta nos resalta que "en Monteagudo no es tanto problema porque también algo de vivienda, así que se puede venir a vivir cualquiera", anima a los lectores del periódico enumerando ventajas como que "tenemos buena conexión de datos móviles y tenemos colegio y médico, aunque solo en días alternos, pero si se viniera más gente, estos servicios seguro que podrían mejorar".

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