Las Cofradías de la Vera Cruz de Torrehermosa y La Muy Ilustre Cofradía de la Purísima Sangre de Ntro. Sr. Jesucristo y Virgen de la Soledad de Vila-real han recuperado este sábado su anual acto de hermanamiento. Tras haber tenido que suspender su actividad durante los últimos tres años a causa de la pandemia, cerca de 120 personas procedentes de la localidad castellonense participaron en la representación del Vía Crucis, Sección de Guardia Romana incluida, en un acto que contó con la presencia también de vecinos y vecinas de Torrehermosa, así como de muchos pueblos del Alto Jalón.
La devoción por San Pascual Bailón, nacido en Torrehermosa y fallecido en Villarreal, es el nexo de unión entre ambas cofradías y localidades, que han celebrado este sábado su XXI Peregrinación Cuaresmal. Doce ediciones en las que Felipe Monfort, presidente de la cofradía castellonense, ha podido comprobar cómo ha evolucionado el pueblo. "Ha mejorado la cobertura, las calles, los alojamientos rurales y en general todos los servicios. El pueblo parece otro", explica Monfort contento de volver por fin a Torrehermosa donde "nos sentimos en nuestra casa gracias a lo acogedores que son aquí todo el mundo", señala.
La jornada de ayer se completó, tras el Vía Crucis, con la celebración de una Misa y la adoración al Santo. Para finalizar, todos marcharon a Monreal de Ariza a compartir experiencias de la jornada con una comida de hermandad en el Restaurante Castilla y Aragón, donde pudieron disfrutar de platos típicos del Alto Jalón como los torreznos o el ternasco. Tras la comida, partieron de vuelta a Villarreal, desde donde habían salido esa misma madrugada para pasar el día en Torrehermosa.
Candela regresaba como cada viernes por la noche a su pueblo, Arcos de Jalón. Cada vez soportaba menos Madrid. Y eso que vivía en Ciempozuelos, pero pasaba demasiadas horas en la gran ciudad. (leer más)
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