JOSÉ MANUEL LECHADO: "CETINA PODRÍA CONSERVAR UN MURO ORIGINAL DE SU JUDERÍA MEDIEVAL"

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El historiador y divulgador José Manuel Lechado fue entrevistado este lunes en Alto Jalón Radio para analizar su reciente artículo sobre la posible judería de Cetina. En la conversación expuso su hipótesis de que la calle Cantarranas conserve todavía un muro de cierre de la aljama medieval, lo que situaría a la villa aragonesa en un lugar privilegiado dentro de la Red de Juderías de España.


La judería de Cetina y el muro de Cantarranas

Lechado explicó que la tradición oral siempre ha situado la judería de Cetina en dos posibles enclaves: la calle Travesaña, donde estuvo el horno de pan, o la calle Cantarranas, junto a la antigua muralla sur y con vistas al Arrabal. Tanto él como el historiador local Joaquín Ibáñez Lacruz se inclinan por esta segunda ubicación. La clave estaría en un muro de piedra situado en la trasera de las viviendas de Cantarranas, visible desde un solar de la Rúa, que podría corresponder al cerramiento de la judería.


El investigador recordó que las juderías medievales en territorio cristiano solían estar rodeadas de muros y puertas que se cerraban de noche, creando auténticos guetos. En el caso de Cetina, el muro conserva un arco de ladrillo reforzado con cargadero de madera, que podría haber sido un acceso a bodegas o un elemento de descarga. Aunque insistió en que se trata de una hipótesis pendiente de un estudio arqueológico, subrayó que “sería un hallazgo de gran importancia patrimonial, porque apenas se conservan restos de este tipo en España”.


Contexto histórico y antisemitismo

Durante la entrevista, Lechado ofreció una panorámica de la presencia judía en la Península Ibérica, documentada incluso antes de la diáspora del año 70 d.C., inicio del exilio judío masivo, provocado por la primera guerra judeo-romana cuando el general romano Tito y su ejército destruyeron el Segundo Templo de Jerusalén . 


Explicó cómo los judíos vivieron en la Península tanto bajo dominio musulmán como cristiano, y cómo a partir de la Edad Media quedaron recluidos en barrios propios. Subrayó que el antisemitismo tiene raíces profundas en la historia europea, con la acusación de ser los “asesinos de Cristo”, pero también con un trasfondo económico: “los Reyes Católicos expulsaron a los judíos en parte porque les debían mucho dinero a los prestamistas”, recordó.


En este punto, diferenció entre judaísmo y sionismo, recordando que lo primero es una religión y lo segundo una ideología política. Advirtió de la confusión actual entre ambos conceptos y de cómo se utiliza de forma interesada el término “antisemitismo”, que, como recordó, no se refiere solo a los judíos, sino también a los árabes y otros pueblos semitas. Una reflexión que, según dijo, puede ayudar a comprender también la situación en Oriente Próximo y el genocidio que hoy sufre el pueblo palestino.


Turismo y dinamización económica

Lechado defendió que la puesta en valor del legado sefardí en el Alto Jalón podría tener un importante impacto en el desarrollo local. El turismo cultural vinculado a la memoria judía mueve cada año a miles de visitantes, incluidos descendientes de sefardíes que buscan las huellas de sus antepasados. 


“Si el muro de Cetina se confirmara como vestigio de la judería, sería una pieza muy atractiva, no sé si única, pero sí de gran relevancia para integrarse en rutas como Caminos de Sefarad”, explicó. Esta proyección permitiría a Cetina y a la comarca abrirse a un turismo especializado que ya ha demostrado su potencial en otras provincias.


Patrimonio olvidado: Arcóbriga y el castillo de Cetina

Sin embargo, el historiador lamentó la escasa inversión en patrimonio en la zona. Citó el caso del yacimiento celtibérico y romano de Arcóbriga, actualmente cubierto de maleza y con caminos intransitables: “es un núcleo arqueológico que podría ser la base de un museo comarcal y lo que tenemos es un cerro abandonado y lleno de matojos”. Mencionó también el deterioro del castillo de Cetina, con el que mantiene un fuerte vínculo personal, que “se está desmoronando sin que se actúe con la urgencia necesaria”.


En este contexto, reconoció las dificultades de plantear la investigación de un muro cuando ni siquiera se protegen los grandes monumentos de la comarca: “Si cuesta encontrar financiación para salvar un castillo, ¿cómo no va a ser difícil pedir dinero para estudiar una tapia de piedra?”.


Un reto pendiente

Lechado anunció su intención de ponerse en contacto con la Red de Juderías de España y la organización Caminos de Sefarad para explorar vías de colaboración que permitan valorar esta hipótesis. Concluyó recordando que “lo que somos hoy siempre es resultado de lo que fuimos en el pasado” y que rescatar este legado, además de un deber de memoria, puede convertirse en una oportunidad para el futuro del Alto Jalón.


Escucha aquí la entrevista completa




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