DE RUTA EN BICICLETA POR EL ALTO JALÓN SORIANO

La semana pasada nos pusimos las botas para visitar uno de los pueblos con más historia del Alto Jalón. En el corazón de nuestra comarca, el Palacio de Cetina se erige como punto de vigilancia en la confluencia entre el río Jalón y el río Henar, controlando ambos valles desde su magestuosa altura. Dance, Contradanza, Quevedianas y una historia de la que hay constancia en su muralla desde la época romana. Nos quedamos muchas cosas en el tintero de este pueblo que, con la llegada de las máquinas al campo, se fue vaciando y ahora conserva la huella de haber estado mucho más poblado. Sorprendente su iglesia, que nos dejó anonadados mirando sus frescos en el techo que simulan relieves tan reales que nos costó trabajo creernos que solo estaban pintados.

El Alto Jalón tiene infinitos valores que poner sobre la mesa para hacer entender a cualquiera que esta es tierra visitable. Miramos a donde sea y vemos oportunidades. Somos desconocidos y estamos sin explotar, pero tan solo hace falta andar un poco para llenarse de razones. Esta semana, con dos bemoles, cambiamos las botas por los pedales y nos vamos a hacer una ruta en bicicleta de montaña. Tanto en la vertiente soriana como en la maña, tenemos caminos a montones por los que disfrutar de las dos ruedas, sobre todo con el buen tiempo que ahora hace. En la vertiente soriana parece que han empezado a ver el filón y hay creado un centro de BTT en Arcos de Jalón que cuenta con seis rutas clasificadas por dificultades. Hay carteles informativos, una web (www.arcosdejalonbtt.com) y está señalizado cada uno de los recorridos. Puedes descargarlas para tu navegador e incluso imprimirlas si eres analógico perdido. Nosotros, que somos más que todo eso y nos gusta la aventura, hemos decidido no hacer una ruta concreta y llevarnos un guía al lado. Hoy #MePongoLasBotas encima de la bici con Carlos, ciclista aficionado y fotógrafo de este diario que se conoce los caminos de esta zona como la palma de su mano.

Salimos desde Arcos de Jalón, por la antigua carretera nacional II, que nos llevará hasta Lodares. No tenemos guión y Carlos nos irá sorprendiendo en este viaje que empezamos sobre asfalto en un recorrido suave. Llegados a Somaén, seguimos pedaleando y nos adentramos en el Cañón del río Jalón. Un espectáculo visual de paredes interminables minado de cuevas excavadas en la roca por la erosión y el constante rumor del río discurriendo a nuestro lado. Los Buitres Leonados nos acompañan por momentos desde el cielo y algún corzo despistado se asoma a lo lejos. En mayo está todo verde y cobra una belleza supina. 

El viento fresco de la primavera te acaricia la cara y el pedaleo es sencillo en estos tramos de carretera. Dejamos a un lado Jubera y justo al entrar a Lodares, giramos a la derecha por el camino que asciende a Corvesín. Comenzamos a subir y la ruta se pone exigente mientras Carlos se gira en la bici y nos suelta de repente, "vamos, vamos, que como no seas constante resbalamos con las piedras". Ser constante es complicado cuando te empiezan a quemar las piernas. Pero con plato pequeño y el piñón mas grande, subimos constante y lento hasta llegar al puente que cruza la autovía A-2. A partir de ahí y hasta el pueblo abandonado de Corvesín seguimos subiendo, aunque el camino nos deja algún momento de parar de dar pedales. "No pares, no pares, que en las subidas te vas quedando", me aconseja Carlos. Seguimos pedaleando hasta llegar Corvesín y, cuando hemos pensado que "hasta aquí", el camino nos da otro palo en dirección a Blocona. 

Entrada a Corvesín desde Lodares.

Tres kilómetros y medio de subida constante, seguidos de algún descenso, una subida que nos obliga a bajar de la bici, razón por la que Carlos me insiste en que estoy poco entrenado, nos lleva a una cómoda pista forestal, por la que rodamos a toda velocidad hasta llegar a Blocona.

Llegados a este punto, mientras mis piernas y mis pulmones piden por favor volver a Arcos, a Carlos le llegan las señales y decide no entrar a Blocona para, pasando por Valladares, terminar esta ruta que me está demostrando que tengo que ponerme más en forma. La vuelta no es poca cosa y, antes de una subida y tanteando que el viento nos viene de frente, paramos en una fuente a recoger agua y aire. Tras la parada, corta para mí y eterna para nuestro guía, emprendemos la subida y tras coronar, llegamos a Valladares todavía sufriendo con algunos repechos y el viento. Nos quedan aún 10 kilómetros desde aquí hasta Arcos, donde nos espera una bebida fresca y un buen torrezno con el que también me voy a poner las botas. Esta motivación es la que ha hecho que siga pedaleando.

Torreznos de Bar Numancia de Arcos de Jalón.

Exageraciones a parte, han sido 40 kilómetros y una mañana espléndida con un guía perfecto que sabía qué desvio escoger en todo momento, y eso que había varios. Se me antoja que alguien que conozca bien todo esto puede organizar rutas guiadas en bicicleta y podría pasar por al lado de monumentos, lugares para avistar pájaros, saltos del río y cascadas, pueblos abandonados... Hoy nos hemos dado un poco de "caña", pero un paseo bien montado para ir parando por varios pueblos y disfrutar de nuestro entrono más preciado, podría ser un buen negocio para algún espabilado. Es una inversión pequeña para la que la administración pública ya ha puesto la primera piedra. Además, ahora se va a hacer otra ruta nueva en el Centro BTT de Arcos por la Sierra del Solorio, dentro del plan Soria Paraiso del Deporte. Soplan vientos favorables para el turismo de deporte y naturaleza.

La semana que viene volveré a irme, con las botas puestas, a un rincón de nuestra comarca para poner en valor esta tierra que tiene tanto que ofrecer al que quiera venir a verla. Nos toca vertiente zaragozana del Alto Jalón. Tenemos muchas opciones. ¿Qué me propones? Te espero la semana que viene.